Contaminación Lumínica: Apaga la luz y salva a las estrellas

El acceso a cielos oscuros es un derecho humano que se pierde rápidamente en zonas urbanas debido a la contaminación lumínica
José Andrés Velázquez José Andrés Velázquez Publicado el
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La luz de las ciudades se come a la de las estrellas a un ritmo asombroso. Observaciones realizadas entre 2011 y 2022 por personas voluntarias de todo el mundo a través de la plataforma de ciencia ciudadana Globe at Night confirmaron que los astros son cada vez más difíciles de ver debido a un rápido aumento de la contaminación lumínica.

Según los resultados publicados en la revista Science, el brillo del cielo ha aumentado un 10.4 por ciento cada año en América del Norte. Este incremento anual equivale a una duplicación del brillo del cielo en menos de ocho años.

Para entenderlo mejor, una persona que durante su infancia podía ver 250 estrellas, 18 años después solamente podría apreciar 100 de estos cuerpos celestes, de acuerdo con las estimaciones del equipo de investigación.

Pero no hace falta irse tan lejos. Actualmente hay personas adultas jóvenes, jóvenes, adolescentes e infantes que habitan en grandes ciudades, quienes nunca en su vida han podido observar la Vía Láctea.

“Me parece que el cielo oscuro ya lo hemos perdido y nuestra generación no lo ha tenido. Una buena proporción de la gente vive en sitios urbanos y no ve la Vía Láctea, ya no digamos diario, muchas personas no la han visto en toda su vida”, explica en entrevista el doctor Alberto Carramiñana Alonso, investigador titular del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE).

El derecho a la luz de las estrellas

Los resultados de este estudio confirman el acelerado crecimiento del problema de la contaminación lumínica. Este fenómeno, el Instituto de Astronomía (IA) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) lo define como “el flujo luminoso proveniente de fuentes artificiales de luz que provoca el aumento del brillo del cielo nocturno, disminuyendo la visibilidad de los cuerpos celestes”.

La principal fuente de contaminación de esta clase es la iluminación urbana, señala el doctor Carramiñana. En un intento por reducir el costo de iluminar las ciudades, el tipo de luminarias ha evolucionado.

Cambiamos de lámparas incandescentes a luminarias de vapor de sodio; más baratas y que a su vez iluminan menos el cielo. Sin embargo, con la llegada de la luz LED, los costos se reducen aún más, pero la iluminación del cielo aumenta, explicó el investigador del INAOE.

En 2007, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) reconoció el derecho a los cielos oscuros como un derecho implícito en la conservación del patrimonio cultural y natural de las generaciones futuras, de acuerdo con la Declaración sobre la Defensa del Cielo Nocturno y el Derecho a la Luz de las Estrellas.

No obstante, en México (y el mundo) “las personas sólo pueden tener la experiencia de un cielo verdaderamente oscuro saliendo al campo o a las montañas; sitios cada vez más escasos y remotos”, destaca Carramiñana.

Para el astrofísico, una de las primeras medidas para lograr la preservación de los cielos oscuros es “ir cobrando consciencia a nivel social de que este es un problema, pero también de que hay formas de abordarlo”. Aclara que a medida que la conversación respecto al tema se amplió, fue más fácil presentar iniciativas ante quienes toman decisiones.

En México, el 26 de abril de 2019 se aprobó una reforma federal a la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente (o Ley del Cielo) con la finalidad de preservar los cielos oscuros en el país; más de 10 años después de que la UNESCO los reconoció como un derecho humano.

Sin embargo, las medidas son muy recientes para el tiempo que llevamos ya de conocer este problema. Una evidencia del avance en la pérdida de cielos oscuros ha sido la necesidad de reubicar los observatorios mexicanos, un hecho de hace más de 70 años.

Otras consecuencias

La pérdida de cielos oscuros tiene diversas consecuencias y van más allá de la observación celeste. Según información del IA, este fenómeno tiene consecuencias en la ecología, consumo energético, patrimonio cultural, salud e incluso en el turismo.

Por ejemplo, el Instituto de Astronomía de la UNAM detalla que un importante número de especies de aves determinan cuándo es momento de migrar basándose en la cantidad de horas de luz al día, además de la temperatura del ambiente.

Asimismo, algunos reptiles dependen de las noches oscuras para reproducirse, ya que la oscuridad brinda protección a las crías contra sus depredadores.

Respecto a la salud humana, hay estudios recientes que los procesos relacionados con la regulación de la hormona melatonina (que influye en el ciclo de sueño) se ven afectados por el exceso de luz artificial. Esto provoca trastornos como el insomnio, que a su vez conduce a la ansiedad y depresión.

¿Qué puedo hacer para disminuir la contaminación lumínica? ¡Toma acción!

Haz la diferencia y sigue algunas sugerencias del Instituto de Astronomía de la UNAM para cuidar el medio ambiente y evitar la contaminación lumínica.

  1. ¿Esto requiere estar iluminado? Utiliza la luz solamente donde es completamente necesaria.
  2. Utiliza detectores de movimiento para que se enciendan las luces solamente cuando se necesite. Ahorrarás hasta 90 por ciento en tu cuenta de luz.
  3. Utiliza solamente la cantidad de luz requerida.
  4. Dirige la luz solamente a donde lo necesites.
  5. Si vas a salir solamente un momento a la oscuridad, lo más probable es que no necesites luz para ver.
  6. Informa a más personas. Mientras más personas conozcan los beneficios económicos, ambientales y astronómicos de disminuir la contaminación lumínica, más pronto y mejor veremos miles de estrellas en el firmamento.

El exceso de luz artificial también impacta en tu salud

La asociación por el cielo oscuro describe las siguientes afectaciones a la salud por la luz artificial en la noche:

  • Insomnio
  • Ansiedad
  • Depresión
  • Incremento de riesgo de desarrollar obesidad
  • Diabetes
  • Cáncer de mama
  • Interrupción del ritmo circadiano
  • Supresión de la producción de melatonina.
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