Juan Pablo Meneses (Chile, 1969) es un periodista, escritor, cronista, reportero, emprendedor e investigador académico y todas estas facetas las engloba en la de escritor.
Es un hombre curioso que siempre está en constante actividad. Es un comprador de historias que a través de un fetiche consigue explicar los problemas de la sociedad. En Argentina, donde vivió por ocho años, compró una vaca de nombre “La Negra” y en el camino de la vida del animal logró entender –y explicar– el mercado de la carne y lo que culturalmente representa para los argentinos.
En la India adquirió un dios y le dio la vuelta al mundo para escribir Un Dios portátil y buscó explicar el mercado del futbol con la “compra” de un niño que tuviera todo para ser una estrella del futbol, como Lionel Messi o Cristiano Ronaldo, y escribió sus historias.
En enero de 2023 aparece “Un dieu à soi” (Un dios propio), la traducción al francés de “Un dios portátil”. Estará a la venta en Francia y Bélgica.
Me alegra que esta biblia de la espiritualidad freelance tenga una nueva vida. Su primera edición fue en Santiago, y ahora en París. pic.twitter.com/l3KESBIlfr
— Juan Pablo Meneses (@menesesportatil) January 4, 2023
“Recorro toda Latinoamérica, incluyendo México, para ‘comprar’ a un niño futbolista y recuerdo en particular que en Guadalajara me ofrecieron a un niño, me contaron su historia, yo no alcancé a hacer el negocio con ellos, se llamaba Malek y es un futbolista con mucha proyección en la época que yo lo conocí, que era hace ocho o nueve años”, cuenta Meneses, como parte de las anécdotas que retomó para hacer la publicación.
“Hace un par de años tuvo un accidente para Navidad, atropelló una pareja de novios, terminó en la cárcel y tuvo un tremendo drama”, recuerda Meneses una vez que explica qué es el ‘periodismo cash’.
Las historias de los niños futbolistas están en su mayoría ligadas con el fracaso, pero las más conocidas suelen ser las de éxito. Este es un sello en la escritura de Juan Pablo Meneses, contar la otra parte.
siendo alguien cero futbolero, les recomiendo este libro de @menesesportatil, quien recorrió latinoamérica buscando un niño futbolista para comprar (y vender). una crónica que vale la pena leer para conocer las dimensiones menos expuestas de la pasión de multitudes ⚽️ pic.twitter.com/vGwzII7Q72
— rojasinostroza (@rojasinostroza) March 7, 2022
Ahora está en la máxima casa de estudios de México en una estancia de investigación académica sobre el escritor chileno Roberto Bolaño (1953-2003), autor de Los detectives salvajes (1998) y La senda de los elefantes (1984), entre otros.
Cuenta que si aplicara su metodología de compra de un objeto para explicar la realidad mexicana, en definitiva compraría algo “picoso”.
“Compraría algo que tuviera que ver con esto picante, con lo picoso, me compraría desde una plantación hasta una fábrica, porque estoy seguro de que siguiendo todo eso de lo picoso se puede contar una gran gran historia de México y de nuestra alimentación”, expone.
Dice que este paso por México es muy especial, ya que viene acompañado por su familia.
“Sí espero llevarme algunas historias, porque además este viaje es especial ya que vine con toda mi familia y mi familia incluye a un niño de un año y una niña de tres. La niña de tres ya habla más palabras en mexicano que en chileno y está fascinada con los dulces picantes. No sé cómo vamos a hacer cuando volvamos a Chile, donde no hay dulces picantes, y después nos vayamos a Madrid, y no hay dulces picantes”, se ríe el autor de Equipaje de mano (2003).
Desde hoy en librerías.
Julio/2022#unahistoriaperdida pic.twitter.com/wI2kALc6ux— Juan Pablo Meneses (@menesesportatil) July 1, 2022
Cómo ‘comprar’ a un niño
La idea de comprar a un niño futbolista y hacerle a sus padres la pregunta de “en cuánto me vendes a tu hijo” se perfiló como algo difícil: “Si a mí viene alguien y me golpea la puerta y me dice por cuánto me vendes a tu hijo, yo lo saco y le llamo a la policía”.
Cuenta que su trilogía de ‘periodismo cash’ conformado por La vida de una vaca (2009), Niños futbolistas (2013) y Un dios portátil (2020) es complicada, pero era particularmente difícil preguntarles a los padres en cuánto venderían a sus hijos para que jugaran futbol.
“Estaba asustado de que me fueran a matar, pero después me di cuenta, desde la primera vez, que les brillaban los ojos, me invitaban a sus casas, me mostraban álbumes de fotos como si fuera el manual de una lavadora, me mostraban videos y ahí me di cuenta de que había una cosa que, a veces, los periodistas nos pasa mucho, que vemos la realidad desde nuestro punto de vista”, afirma Juan Pablo Meneses.
“Yo me habría enojado si me compran a mi hijo, pero en realidad si yo no fuera periodista, si yo no viajara, si yo no escribiera el libro, sino en cambio hubiera dejado todos mis trabajos precarios para apostarle al futuro de mi familia, a mi hijo futbolista, si alguien me lo va a comprar, yo veo que estoy haciendo las cosas bien de alguna manera”, afirma.
El crisol latino
El escritor Juan Pablo Meneses considera que la Ciudad de México es “la capital de América Latina”.
“De hecho, yo decía ‘DF’ y ahora siento que digo ‘DF’ y como que estoy pisando algún cayo, algún huevo, no sé cómo se dice ahora, me cuesta decir CDMX, pero siento que esta ciudad en particular es la capital de Latinoamérica. Por lejos”, afirma Meneses.
El narrador asegura que es en la Ciudad de México donde las cosas de Latinoamérica se viven de una manera más intensa.
Meneses sigue creyendo que la influencia que tiene México sobre Sudamérica es mucho más fuerte que la que puede tener Estados Unidos o Europa.
Además, afirma que el futuro de la narrativa es “híbrido”, entre lo tradicional como el papel impreso y las nuevas plataformas digitales.
“Siento que el futuro es híbrido, el futuro de la narrativa es híbrido, incluso en los soportes. Esta conversación va a haber gente que la pueda estar viendo en distintos soportes, en un iPad, en un teléfono, en una pantalla, yo creo que los libros también van a tener que jugar en varias pistas porque estamos enfrentando a lectores, a telespectadores, a auditorio, que ya tienen en su cabeza un consumo muy híbrido de los medios”, opina.