Carlos Vázquez Moreno vivía la vida de un rockstar, porque era el representante de las agrupaciones y artistas españoles más destacadas en su momento, comenzando por Hombres G, Marta Sánchez, Las Ketchup y Luis Eduardo Aute, sólo por mencionar algunos.
Apodado “Tibu”, por haber sido un tiburón en los negocios y la industria musical, este mánager amasó una fortuna considerable, que además incluía propiedades y autos de lujo, como todo un magnate de película; sin embargo, un día todo cambió.
En 2013, Vázquez recibió unos papeles del juzgado, que eran una demanda interpuesta por la agrupación El canto del loco, en la que se le acusaba de apropiación indebida y deslealtad societaria. El 29 de enero de 2015 fue privado de su libertad.
Durante su estadía penitenciaria, “Tibu” aprovechó para pensar en una propuesta que le había hecho un amigo tiempo atrás: el escribir sus memorias. Esta idea, primero, había ido emergiendo antes de su encierro, a manera de una entrevista larga, pero el representante tomó el valor de contar su versión de los hechos, por el apoyo que recibió de su pareja sentimental.
El resultado fue Memorias de un mánager, publicado por Malpaso ediciones, que llegó a librerías durante la crisis sanitaria en España. Vázquez no se quedó callado y habla severamente de la vida desenfrenada y de excesos que llevaban los artistas que representó en décadas pasadas.
Se podría pensar que “Tibu” lanzó el ejemplar para monetizar su vida y pagar deudas económicas, pero el exmánager comenta que este no es el caso, porque el libro se vende, pero tampoco es un bestseller internacional que agote sus ediciones.
Memorias de un mánager se presentará en México, con su autor, en el marco de la FIL de Guadalajara, el 4 de diciembre; “Tibu” reconoce que le emociona visitar el país porque lo considera algo más que su segunda casa, además de que no ha pisado el territorio azteca en más de ocho años.
Otro libro y otra carrera en camino
El gusto por escribir es latente en Vázquez, así que ya tiene lista una segunda publicación, nuevamente con Malpaso, que tentativamente se llamará No se requiere corbata, y que podría salir a la luz el siguiente año. En él, describe sus historias más personales de juventud, a manera de autobiografía.
“Es desde el lado de vista de un chaval de barrio, que como es mi caso, aunque la vida predestinadamente le tenía preparado ser un delincuente juvenil prácticamente, y la música le cambia el concepto y toda la forma de vida, y poco a poco, a partir de empezar a hacer pequeños conciertos y actuaciones en antros de mala muerte, descubre que hay una manera muy gratificante de ganarse la vida, que es con un instrumento en la mano”, dice.
“Tibu” está consciente de que después de su episodio negro ante la ley tiene tanto detractores como amistades, aliados en la música y quienes prefieren que nunca más vuelva a la industria, pero posee el ferviente deseo de continuar en esa senda que bien conoce desde hace décadas.
“La industria en España se ha reconciliado ya bastante conmigo, de alguna manera los que no me querían, me siguen sin querer antes y después, les ha dado igual el episodio, pero lo que sí reconocen es que el que tiene el know how y la experiencia mayor en España soy yo, entonces, eso tiene que valer de algo y cada día hay artistas que me llaman, preguntan y se interesan”, revela.
Luis Miguel: El Elvis latinoamericano
El cantante mexicano, quien también se ha destacado por su polémica vida, misma que se utilizó para hacerse una serie de ficción en Netflix, es un personaje que a “Tibu” le fascina personalmente e, incluso, comenta que lo llegó a conocer en persona fugazmente.
“Adoro a Luis Miguel, como músico me parece increíble, cómo puede cantar así de bien, el primer disco que sacó de boleros creo que lo gasté de tanto escucharlo, porque realmente no entiendo ese milagro que tiene este señor en la voz”, platica.
De la polémica en torno a su temperamento, el esconderse de la vida pública y tener un recelo hacia su imagen privada, Vázquez justifica a “El Sol”, porque dice que hay que ponerse en la piel de un hombre que hace 47 Auditorios Nacionales seguidos, con llenos totales, y esto le hace ser asediado sin poder caminar dos pasos sin que le pidan un selfie, un autógrafo o una sonrisa y eso causa un trastorno, que el mismo “Tibu” vivió en el momento más álgido de Hombres G en México, donde no podían ni tomarse una cerveza fuera del hotel donde se hospedaban.
“No quiero disculpar en modo alguno ciertos comportamientos que me constan, yo los he sufrido, de Luis Miguel, no puedo decir ‘qué sangrón es’ o ‘qué maleducado’, porque es Luis Miguel, es como si mañana Elvis vuelve a la vida, y Elvis no necesita explicar nada. En el caso de Luis Miguel, es el ‘Elvis Latino’, para mí es Dios, no participando de mis gustos musicales, a mí me gusta más otro tipo de música, pero no dejo de reconocer que el tipo es increíble”, puntualiza.