Escuelas, institutos, museos, teatros y centros comerciales, entre otros lugares, cerraron sus puertas sin apoyo del Conacyt

Conacyt deja varados a sus becarios en el mundo

Investigadores y estudiantes mexicanos que se encuentran en el extranjero le piden a la institución dirigida por la doctora María Elena Álvarez-Buylla ampliar sus becas para recuperar los meses de trabajo que el COVID-19 les quitó. De no hacerlo, muchos de ellos tendrían que regresar al país dejando inconclusos sus programas

La pandemia por COVID-19 hizo que el mundo parara. Escuelas, institutos, museos, teatros y centros comerciales, entre otros lugares, cerraron sus puertas en todo el mundo para evitar la propagación del virus SARS-CoV-2, lo que impidió que se continuara con las actividades cotidianas, pero parece que esto no lo entiende el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).

Ante el confinamiento que se vivió en el mundo, los becarios en el extranjero del Conacyt se vieron en la necesidad de suspender sus investigaciones, por lo que le solicitan a la dependencia dirigida por la doctora María Elena Álvarez-Buylla ampliar sus becas para recuperar el tiempo perdido; sin embargo, el Consejo Nacional dice que no.

“Por esto del COVID-19 hemos estado intentando varios becarios pedir extensiones de tres meses al Conacyt para tratar de subsanar ese tiempo, porque en realidad no fue nada que se pudiera prever o como que nosotros nos retrasáramos porque quisiéramos, fue algo mundial”, explica, en entrevista desde España, Fadia Cervantes, investigadora becario Conacyt en el extranjero y miembro de la Asociación de Estudiantes e Investigadores Mexicanos en el Extranjero “Carlos Pellicer Cámara”.

Además del apoyo económico, solicitamos uno psicológico, pedimos que nos entiendan como personas, como seres humanos, pero a Conacyt no le importan sus becarios
Fadia CervantesBecaria Conacyt

Los becarios afectados han estado mandando cartas al Conacyt pidiendo un apoyo, una extensión de estos tres meses que se perdieron, sobre todo para los alumnos que están en su último año.

Ante la petición, Edwin Ricardo Triujeque Woods, director de Becas del Conacyt, les aseguró por medio de un correo electrónico que comprendía la situación, que la analizaría, pero que, como funcionario público, se sujetaría al reglamento y al presupuesto establecido.

“En realidad todo el tiempo nos han mandado correos diciendo que a nosotros no nos pueden dar más tiempo de beca, porque ya tuvimos el tiempo suficiente”, dice Fadia.

De acuerdo con el reglamento de Conacyt, si un becario tuvo apoyo durante la maestría, para el doctorado sólo puede recibir beca por 48 meses y sino, por cinco años.

“La mayoría hemos tenido apoyo en la maestría, porque en realidad siendo sinceros somos personas que no podríamos haber estudiado una maestría o un doctorado si no hubiéramos tenido un apoyo económico desde el Conacyt; entonces, obviamente todos hemos tenido apoyo”, dice la vocera.

Si bien, los becarios son conscientes del reglamento, le piden al Conacyt sensibilizarse ante la situación y entender que se trata de un caso extraordinario e implemente un plan de acción para no dejarlos varados.

“La pandemia, para empezar, no es culpa de nosotros, eso es como lo más importante, no es culpa de nadie en realidad, y a nosotros nos ha retrasado, pero no es nuestra culpa, no es porque no quisimos trabajar. Nos parece impresionante que no quieran apoyarnos en ese aspecto”, argumenta la becaria.

De acuerdo con un sondeo realizado por la Asociación de Estudiantes e Investigadores Mexicanos en el Extranjero “Carlos Pellicer Cámara”, el 59.3 por ciento de los encuestados había pedido una extensión de beca. De ese total, al 33.3 por ciento no le habían respondido, mientras que al 18.3 por ciento se la habían negado.

Con el tiempo encima

Fadia Cervantes es Química y actualmente estudia su doctorado en el Instituto de Catálisis y Petroleoquímica de la Universidad Autónoma de Madrid. Debido a las medidas estrictas que se tomaron en España, cerraron las instalaciones y no podía ir a hacer sus experimentos, por lo que ahora se encuentra haciendo una labor maratónica, ya que al mismo tiempo que está escribiendo su tesis, está haciendo los experimentos para intentar recuperar los tres meses.

“Es algo muy difícil, porque debo escribir una tesis, intentar hacer los experimentos y ver mi permanencia en España, además me dio COVID-19”, cuenta Cervantes, a quien tampoco le contestó el Conacyt el correo donde le avisaba que se había enfermado.

El visado de estudiante que tiene Fadia vence este mes, al igual que su beca Conacyt, lo cual complica su estadía en España, ya que, según las leyes, al no tener el apoyo de una institución, ella debe contar con una cuenta en el banco, por lo menos, con 6 mil euros, unos 150 mil pesos, aproximadamente, para renovar su visado. Cantidad que no tiene.

“Nosotros no queremos estar en contra de las instituciones, porque no tenemos fuerzas para poder estar peleando, pero uno no puede estar tranquilo, porque ya te tienes que estar peleando con Extranjería para ver cómo te van a renovar si no tienes beca del Conacyt”, dice Cervantes.

Profesores de Fadia en el Instituto de Catálisis y Petroleoquímica están tratando de negociar un contrato para ella, para que pueda permanecer en España sin problemas legales, pero la burocracia lo está complicando. De no lograrse, la investigadora mexicana tendría que salir del territorio para después entrar como turista y no ser una ilegal.

“Estoy esperando que el gobierno español tenga consideración, están cerrando todo; entonces, no estoy muy segura si cerrarán el aeropuerto, si lo hacen ya no tendré que salir. Lo importante es quedarme aquí legalmente para poder terminar la tesis que tengo que entregar en enero”, cuenta la química.

Hay un compañero de la Universidad de Cataluña que se tuvo que regresar a México, él ya no pudo más, la dejó inconclusa, habló con su asesora de tesis, porque no tiene dinero para regresar a España, así que hará su examen vía digital, por alguna plataforma como Zoom
Fadia CervantesBecaria Conacyt

Fadia tiene compañeros que no lo lograron y que tuvieron que regresar a México, a pesar de no haber terminado sus estudios ni sus tesis en España y que no tienen recursos para regresar a Europa.

“La gente del Conacyt para deslegitimar está diciendo que somos de familias acomodadas y no es así, no te puedo decir que el 100 por ciento somos relativamente normales, pero la gente que he conocido desde el año pasado hasta ahora, somos personas que si no tuviéramos la beca, jamás hubiéramos podido salir del país a hacer un doctorado”, afirma Cervantes.

Mucho que cambiar en Conacyt

En comparación con otras becas, como la Marie Curie que se otorga en Europa, las del Conacyt dejan mucho que desear.

“Nosotros muchas veces hemos querido entablar conversaciones con Conacyt sobre el monto de las becas que tiene muchísimos años, no estamos hablando de este sexenio, pero no alcanza, porque es un solo monto a todos y no observan el contexto de cada país al que nos están enviando; por ejemplo, hay lugares muy complicados como Reino Unido, donde los compañeros se las ven negras, porque solo les dan 790 libras al mes, que no les alcanza porque esa cantidad está por debajo del salario mínimo de allá”, explica Fadia Cervantes.

Los becarios han querido conversar este tema con el Conacyt para discutirlo, porque, dicen, viven situaciones muy precarias, incluso, algunos opinan que de haber sabido cómo iba a vivir, probablemente no hubieran aceptado la beca.

Además, muchos de ellos firmaron un contrato para no poder trabajar, lo que complica la situación, y aun si pudieran el tiempo no les alcanza, por ejemplo, Fadia Cervantes dedica a su doctorada entre 12 y 14 horas diarias.

“Yo he tenido una beca en México y en el extranjero, pero en ninguna de las dos partes hubiera podido vivir sin la beca, pero es que en el extranjero es peor, porque estás lejos de tu familia, con problemas económicos y migratorios; es bien difícil para nosotros”, cuenta.

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