Conacyt ataca a las voces disidentes

Luego de aclarar las acusaciones que la doctora María Elena Álvarez-Buylla lanzó en contra del FCCyT y de su excoordinadora general, investigadores comparten que la mejor manera de solucionar los conflictos entre ambos es que el Consejo Nacional reconozca sus equivocaciones y proponga una reunión con las instituciones con las que más fricciones ha tenido para discutir la nueva Ley de Ciencia, Tecnología e Innovación
Fernanda Muñoz Fernanda Muñoz Publicado el
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La directora del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), la doctora María Elena Álvarez-Buylla, sigue atacando a uno de los órganos más importantes para el desarrollo de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación (CTI) en México, el Foro Consultivo Científico y Tecnológico (FCCyT).

Luego de meses de discusiones en los que el Foro luchó por un presupuesto digno por parte del Conacyt, la doctora Álvarez-Buylla señaló a dicho órgano de cometer actos ilegales al ser una asociación civil.

Además, durante la Octava Reunión de Trabajo de la Comisión de Ciencia y Tecnología de la Cámara de Senadores, la directora detalló que la ahora excoordinadora general del FCCyT, la doctora Julia Tagüeña, había incurrido en actos “al margen de la ley” al transferir 50 millones de pesos al Foro, cuando ella era subdirectora del Conacyt.

Al respecto, los seis excoordinadores del FCCyT, entre ellos los doctores José Antonio de la Peña y José Franco, aclararon que lo dicho por Álvarez-Buylla es falso. A través de un comunicado, distinguieron que el órgano que representaron es autónomo, de acuerdo con la Ley de Ciencia y Tecnología de 2002 y, por otra parte, que las acusaciones a la doctora Tagüeña no tenían fundamentos.

“Todas las cuentas del FCCyT han sido presentadas ante el Conacyt en tiempo y forma, y todos los resultados de sus programas tienen evaluaciones positivas”, se lee en el oficio firmado con fecha del pasado 13 de julio, y el cual se envió a los senadores y senadoras integrantes de la Comisión de Ciencia y Tecnología.

El doctor José Franco, investigador del Instituto de Astronomía de la UNAM y excoordinador general del Foro, dice, en entrevista con Reporte Índigo, que la única forma para arreglar este asunto es que el Conacyt empiece a mostrar más interés y, con humildad, evite confrontaciones parecidas.

“Lo que hay que hacer es ver cuáles serían las formas de enderezar esto. Creo que el Conacyt debería evitar confrontaciones y ser humilde, decir que se equivocó al hacer estas acusaciones (…) Me parece que así, todo el mundo estaría en la mejor disposición de trabajar con ellos”, dice el doctor.

De acuerdo con él, el Foro representó para Conacyt una piedra en el camino para convertirse en la única visión de la ciencia y la tecnología en México, pues es un órgano que opera de manera autónoma y que, además, tiene puentes entre las diferentes instancias de educación superior, investigación, con los sectores productivos y con los poderes de la unión.

Por otra parte, tanto la doctora Brenda Valderrama, de la Academia de Ciencias de Morelos, A.C., como el doctor David Romero, investigador del Centro de Ciencias Genómicas de la UNAM, sostienen que las acusaciones por parte de Álvarez-Buylla obedecen a una política que ella ha estado siguiendo para acabar con los organismos autónomos, como lo es el Foro.

“Su reciente declaración es una pieza más de un patrón de comportamiento, creo que es una tendencia a neutralizar a todas las voces disidentes”, declara Valderrama.

En entrevista con Reporte Índigo, la también académica señala que aunque la comunidad científica y tecnológica ha sido muy generosa en el sentido de que, a pesar de las acciones contrarias, siempre ha confiado en el Conacyt como cabeza de sector, este organismo ha estado cortando sistemáticamente todas las voces que no coinciden con su visión.

“Al escuchar lo que (María Elena) dijo, sentí tristeza y por otro lado indignación, porque con tal de lograr una ganancia política, está embarrando la reputación de una académica intachable y le está mintiendo al Senado”, menciona el doctor David Romero.

Para él, lo único que debería saber y reconocer la directora del Conacyt es que la principal fuerza de CTI en México radica en su diversidad y en su capacidad para encontrar soluciones creativas y no en reducir la diversidad a través de la eliminación de órganos que representan a la ciencia nacional.

En favor de un acercamiento entre el Foro y el Conacyt

Así como el doctor José Franco sostiene que una posible solución a los conflictos entre el Foro y el Conacyt depende de un acercamiento entre ambos, los investigadores Brenda Valderrama y David Romero coinciden y detallan que ese camino sería el más sano.

Sin embargo, la académica explica que para que eso suceda, primero se tendría que volver a modificar la legislación del Conacyt para que se vuelva a reconocer la autonomía del Foro. De lo contrario, no tendría sentido alguno hacer una reunión.

“No se puede iniciar una junta o un acercamiento si se cuestiona su autonomía, su libertad de actuar”, agrega el doctor Romero.

Para el excoordinador general del FCCyT, el acercamiento entre ambos organismos, además de que ayudaría a solucionar sus desacuerdos, también impulsaría a que la próxima Ley General de Ciencia, Tecnología e Innovación resultara favorecedora para todos los mexicanos y no sólo para quienes integran este sector.

“Recordemos que para tener una próxima gran ley, el Conacyt debe tener la asesoría de todos los elementos clave del Sistema Nacional de CTI (…) Para eso debe abrir sus puertas al diálogo, sobre todo con aquellas instancias con las que ha generado fricciones”, opina Franco.

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