Con la muerte de Ignacio López Tarso se cierra una época

El actor de Macario falleció la tarde del sábado a los 98 años de edad. Cosechó una fructífera trayectoria  en el cine, el teatro y la televisión. El crítico Jorge Ayala Blanco dice que su legado tardará en ser valorado
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En 2015, cuando el actor Ignacio López Tarso recibió en el Palacio Nacional el Premio Nacional de Ciencias y Artes en la categoría de Bellas Artes de manos de Enrique Peña Nieto, este le preguntó cuál era su secreto para vivir tantos años.

El actor, quien decía que quería vivir 100 años para seguir disfrutando la vida y, sobre todo, los escenarios, respondió: “vivir ordenadamente es fundamental. El orden en ti y dentro de ti, es para una vida alegre, sana, disfrutable”.

La tarde del sábado, tras ser hospitalizado debido a una neumonía y problemas intestinales, a los 98 años, bajó el telón de su larga y fructífera carrera en el cine, el teatro y la televisión.

Apenas se dio a conocer la noticia, las redes sociales se inundaron de mensajes que recordaron al actor conocido por su protagónico en Macario (Roberto Gavaldón, 1960), pero que también interpretó entrañables personajes de telenovelas y encarnó un sinfín de papeles en el teatro.

Ayer por la tarde, funcionarios culturales, familiares y público en general pudieron despedirlo en el Palacio de Bellas Artes, donde se le rindió homenaje de cuerpo presente.

En Twitter, el presidente Andrés Manuel López Obrador lamentó el fallecimiento de López Tarso y dijo que fue un “excepcional protagonista de películas y otros géneros del arte de la actuación (…) Me quedo con Pito Pérez, basada en la novela de José Rubén Romero”, añadió el mandatario, quien envió abrazos a sus amigos y  familiares.

Marca el cierre de una época

Diversas instituciones, actores, cineastas y personalidades del mundo cultural dedicaron mensajes a una de las figuras clave de la Época de Oro del cine mexicano.

La muerte de López Tarso cierra una época y su legado tardará en ser debidamente valorado, compartió a Reporte Índigo el reconocido historiador y crítico de cine mexicano Jorge Ayala Blanco.

“A López Tarso le tocó la triste gloria, en contra del tiempo, de cerrar una época, y acaso su legado tardará mucho en ser debidamente valorado, pero,  como escribe Zygmunt Bauman en su testamentaria Retrotopía: hoy el futuro ha sido reducido a ruinas, hasta vérsele como un infierno, y la mirada se dirige hacia el paraíso del pasado,  con la enfermedad global de la nostalgia como paradójica curadora de la continuidad de un mundo fragmentado y de su convulsión histórica”, expresó Blanco.

El autor del Abecedario del cine mexicano comentó que sin duda los mejores papeles interpretados por López Tarso no fueron los que se han considerado emblemáticos, como el de Macario y Los albañiles, sino tres roles que él considera que estuvieron marcados por “un estoicismo límite”.

“En primer lugar, el pistolero de severidad extrema que adiestra para máquinas de matar a Los hermanos del Hierro  (Ismael Rodríguez, 1960) y al final, como si fuera una encarnación del destino trágico,  encuentra sus cadáveres en el llano donde se han dejado matar; segundo, el hermético patrón pastelero de Días de otoño (Roberto Gavaldón, 1962) que enamora sin éxito a la embarazada imaginaria Pina Pellicer y termina proponiéndole matrimonio para salvarla redentoramente de su catártico ataque de esquizofrenia.

Y tercero, el cinéfilo nonagenario y erudito cuidador de los mingitorios de una sala de cine en Identidad tomada (Gabriel Retes, 2020), que, con la espalda quebrada y portentoso de dignidad terminal, era el único en reconocer el genuino talento del héroe creador”, abundó el crítico.

Memoria y lucidez hasta el último momento

Siempre lúcido y conversador, el actor nacido en Ciudad de México en 1925 tenía siempre presente la cantidad de personajes que había hecho en el cine o el número de obras de teatro realizadas.

“Hay muchas cosas bellas en la vida, pero el cine, el teatro, la televisión son fundamentales en mi vida y quisiera seguir trabajando, si no, ¿a qué me quedo?”, dijo en 2015, tras la recepción del Premio Nacional de Ciencias y Artes

No se bajó del escenario hasta hace dos años. Una de sus últimas apariciones fue en mayo de 2022, durante el festejo del 60 aniversario del teatro Hidalgo Ignacio Retes,  donde recordó la época de los teatros del IMSS en los 60 y 70, ya que, dijo, “han sido la mejor época del teatro mexicano”.

Ese amor que sentía por el teatro comenzó a los ocho años, cuando vio una función de teatro en una carpa en Guadalajara. En su adolescencia ingresó  al Seminario Menor de Temascalcingo, Estado de México, donde participó en representaciones teatrales a beneficio del seminario.

En 1949 ingresó a la Academia de Arte Dramático del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), donde tuvo como maestros, entre otros, a Xavier Villaurrutia, Salvador Novo, Clementina Otero, Celestino Gorostiza y Seki Sano. Su debut fue con la obra Sueño de una noche de verano, de William Shakespeare, a quien admiraba y describía como un maravilloso escritor y un gran poeta, “todo su teatro es maravilloso y poético, es extraordinario, te seduce, te atrapa, te subyuga”, decía.

Del dramaturgo inglés interpretó diversas obras, como El Rey Lear, Otelo, La Tempestad, algunas con el Teatro de la UNAM; sin embargo, una de sus preferidas era Macbeth, que presentó en  1957 en Bellas Artes, junto a la actriz Isabela Corona.  “Lo importante de la interpretación es llegar al personaje lo más profundamente posible”, aseguraba el actor que, aunque no logró cumplir su sueño de llegar a los 100 años de vida, sus personajes como Macario ya son parte de la memoria colectiva.

Cronología de sus interpretaciones:

Década de los 50

Teatro: Sueño de una noche de verano (1950); Don Juan Tenorio (1953); Macbeth, (Celestino Gorostiza, 1954); Las brujas de Salem (1956).

Telenovelas: Noches de angustia, (1957).

Películas: Nazarín, (Luis Buñuel, 1959).

Década de los 60 

Teatro: Cyrano de Bergerac, (1962); Los hombres del cielo, (1965)

Películas:  Macario (Roberto Gavaldón, 1960);  Los hermanos del Hierro (Ismael Rodríguez 1961); Rosa Blanca (Roberto Gavaldón, 1961); El hombre de papel (Ismael Rodríguez, 1962); Días de Otoño  (Roberto Gavaldón,  1962); Cri Cri el grillito cantor, Francisco Gabilondo Soler “Cri-Cri” (Rosalío Solano, 1963); El gallo de oro ( Roberto Gavaldón, 1964);

Telenovelas: Amor y orgullo (1966)

Década de los 70 

Teatro: Juego de niños, (1972); Hipólito, ( 1974)

Películas:  La vida inúnitl de Pito Pérez ( José Rubén Romero., 1970); La generala (Juan Ibáñez, 1971); Rapiña (Carlos Enrique Taboada, 1975) ; Los hijos de Sánchez (Oscar Lewis, 1978)

Televisión:El carruaje ( 1972. )

Década de los 80 

Teatro: El desperfecto, 1988  

Televisión: El derecho de nacer (1981), Senda de gloria (1987)

Cine: Bajo el volcán (John Huston, 1984);  Astucia (Mario Hernández, 1986); Muelle rojo (1987, José Luis Urquieta)

Década de los 90

Teatro: Hello, Dolly!, (1996)

Cine:  Codicia mortal (Paco del Toro,  1991); Santo Luzbel (Miguel Sabido, 1996); Reclusorio (Ismael Rodríguez, 1997)

Televisión: (Imperio de cristal, 1994); Esmeralda (1997)

2000 – 2010 

Teatro: Edipo en Colono (2000); Doce hombres en pugna, (2009);

Televisión: Peregrina, ( 2005); El pantera (2007- 2009); Mañana es para siempre (2008)

2010- 2020

Teatro: El cartero (Il postino) (2013); Aeroplanos, (2014); Un Picasso (2016); El Padre (2017)

Televisión: La fuerza del destino, (2011); Corazón indomable (2013); El encanto del águila (2019); Médicos, línea de vida (2019)

Cine: Más sabe el diablo por viejo (José Pepe Bojórquez, 2018); Identidad tomada (Gabriel Retes, 2020); Buenos días, Ignacio / Los lobos no están hechos para el circo (Rafael Martínez Sánchez, 2021)

Reconocimientos

  • Ganador dos veces del Premio Golden Gate al mejor actor; la primera por su trabajo en El hombre de papel (1963), de Ismael Rodríguez, y por Macario (1960), de Roberto Gavaldón.
  • Golden Gate Award (Festival Internacional de Cine de San Francisco, Estados Unidos, 1960) al Mejor Actor, por la cinta Macario.
  • Ariel a Mejor Actuación por la cinta Rosa Blanca (1973).
  • Doctorado Honoris Causa de la Universidad de Guadalajara, 2013.
  • Premio Nacional de Ciencias y Artes en la categoría de Bellas Artes, el 16 de diciembre de 2015.

El origen del apellido Tarso

El verdadero nombre del actor era Ignacio López López, pero al iniciar su carrera como actor cambió el último apellido porque, según contaba él mismo, su maestro Xavier Villaurrutia en la escuela de Teatro de Bellas Artes, consideraba que era un apellido feo para un actor.

En su búsqueda, recordó a Saulo de Tarso, el nombre original del apostol Pablo, cuya historia había escuchado en su paso por el seminario donde estudió en su juventud, por lo que decidió adoptar ese apellido.

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