Con Jazz y Son Jarocho despiden al Cervantino 2023

La música de Arturo O'Farrill y su Afro Latin Jazz Orchestra y el Colectivo Conga Patria Son Jarocho fueron los encargados de clausurar la “fiesta del espíritu” en la Alhóndiga de Granaditas
José Pablo Espíndola José Pablo Espíndola Publicado el
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Después de 140 actividades y cerca de 100 mil asistentes, la edición 51 del Festival Internacional Cervantino llegó a su fin. El cielo de Guanajuato se iluminó con fuegos artificiales, casi tan brillantes y espectaculares como los más de más de 2 mil artistas nacionales e internacionales que se presentaron durante los 17 días que duró la llamada “fiesta del espíritu”.

Hubo lágrimas, algunas de felicidad, otras tantas de nostalgia y unas más de decepción. Se llegó a la meta, pero no con los resultados esperados. “¿Se están viviendo las últimas ediciones de lo que fue el festival más importante de Latinoamérica?”, se preguntan algunos, pero no hay respuesta. Hoy no. Solo queda dejarse llevar por la música de Arturo O’Farrill y su Afro Latin Jazz Orchestra.

La Alhóndiga de Granaditas lució llena, mas no abarrotada como en otras ediciones. Arturo salió e inmediatamente el público lo arropó con aplausos y gritos efusivos. La última noche comenzaba y había que disfrutarla.

Tomó su lugar y la música inició. El piano dio la señal. Le siguieron la corneta, la trompeta, el trombón y el saxofón. La tuba, el fliscorno, el clarinete, el contrabajo y la batería también estuvieron presentes. Hubo congas en la función.

La Afro Latin Jazz Orchestra hizo un recorrido musical por lo mejor de su repertorio. El público lo agradeció. Lo gozó. La pieza más aplaudida y emotiva fue “La suite afro latina”, escrita para su papá, el cubano Chico O’Farrill, quien se trasladó a México en 1957, donde vivió con su esposa y su familia hasta 1965. La obra fue escrita cuando Chico murió.

“Qué viva México”, gritó Arturo O’Farrill. “No hay palabras para describir este momento”, expresó, con una emoción evidente en su rostro. Fue consciente del honor que representó su participación.

Otra de las interpretaciones más aplaudidas de la noche fue una que le compuso Arturo a Donald Trump cuando este ganó la presidencia de los Estados Unidos. La tocó como una forma de advertencia porque, dijo, “estamos ante el mismo riesgo”.

Una versión en jazz de “La cucaracha” enloqueció al público. Risas y carcajadas se oyeron durante los minutos que duró. Aunque en el escenario solo había música, en las gradas la gente la cantaba. “La cucaracha, la cucaracha, ya no puede caminar, porque le falta, porque no tiene, porque le falta, una pata para andar”.

Poco a poco fueron llegando al escenario los integrantes del Colectivo Patria Son Jarocho para enriquecer la noche. Ambas agrupaciones mezclaron sus estilos. La música los unió y los aplausos los hermanaron.

“Veracruz y Nueva York, trajimos el mejor Son Jarocho el el mejor Afro Latin Jazz”, afirmó uno de los integrantes del Colectivo y el público lo confirma. Sus sonidos derribaron muros y construyeron puentes.

Sonó el fandango, la música del campesino mexicano. Con jaranas y zapateo, rimas también. A la mujer, a la patria, al Cervantino y a Guanajuato, todas ovacionadas por el público. Risas y porras. Gritos y chiflidos. Abrazos y besos. Todo eso hubo durante la última noche del FIC 2023.

“La clausura estará dedicada a nuestros hermanos guerrerenses”, expresó Alejandra Frausto, secretaria de Cultura federal, y así fue, los músicos ofrecieron unas palabras para “sus hermanos de Guerrero”.

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