La tecnología ha evolucionado a tal punto que existen algoritmos digitales que pueden hacer música, escribir historias de ficción o crear ilustraciones, con apenas dictar unas cuantas instrucciones básicas por medio de textos; la realidad es que la Inteligencia Artificial (IA) ya está aquí.
Si bien dichos softwares de datos programados pueden “decidir”, no quiere decir que la IA sea consciente o piense por sí misma, ya que funciona a través de comandos que las personas indican; es decir, ofrecen una respuesta.
Lo intrigante aquí es que la música y las imágenes que ofrecen son coherentes y realistas, como si prácticamente una persona los hubiera hecho.
DALL-E y Midjourney son ejemplo de lo anterior, son algoritmos en fase beta que sólo un número limitado de usuarios se encuentra explorándolos actualmente. Cada una tiene sus pros y contras, pero la realidad es que sus resultados están causando tanto furor como intriga entre quienes se dedican de manera profesional en el campo de la ilustración.
“La verdadera preocupación es qué hay debajo de esta IA, qué propósitos. OpenAI (empresa que creó DALL-E) afirma beneficiar a toda la humanidad, pero ¿cómo podría un programa de este tipo beneficiar completamente a alguien? ¿Salvará vidas? ¿Mejorará la vida de las personas? El ser humano está tan obsesionado con el futuro, siempre rompiendo los límites y explorando posibilidades, mientras que hay mucho que hacer por el presente en primer lugar”, reflexiona la artista gráfica Priscillia “Tholia” Bentz.
Tholia es una artista francesa que durante una década fue diseñadora de patrones en la industria de la moda y, eventualmente, como pasatiempo comenzó a dibujar a una de sus heroínas: Lara Croft, de la franquicia de videojuegos Tomb Raider.
Fue en 2020 que decidió renunciar a su trabajo y empezó a dedicarse por completo a ser ilustradora freelance; sus fondos principales provienen de la plataforma Patreon, donde actualmente 29 personas financian su trabajo.
“Aquí entran muchas discusiones, ¿qué tan pertinente es la utilización de estos recursos si al final acabarán sustituyendo al oficio del creador de imágenes? Incluso, incluyendo a los fotógrafos, y quizá la discusión más acalorada que he visto es si estas imágenes tienen alma o no, si es que hay un toque humano. Creo que es muy temprano para poderla evaluar y estamos sin duda ante una herramienta poderosísima, a la cual no deberíamos temerle estrictamente, sino tratar de conciliar”, asegura el ilustrador y escritor mexicano Bernardo Fernández “BEF”.
El también monero con más de 30 años de trayectoria, a diferencia de Bentz, comenta que ya ha utilizado al menos a DALL-E para experimentar con las imágenes que crea en cuestión de segundos. Entre los experimentos que le ha pedido al algoritmo están el de una imagen del comediante Groucho Marx y del filósofo Carl Marx inhalando cocaína, o al escritor William S. Burroughs utilizando el clásico gorro con orejas de Mickey Mouse.
“Me parece muy inquietante la posibilidad de que esto pueda sustituir a las personas que nos dedicamos a la creación de imágenes, la ilustración, o pintura o fotografía y a toda la gráfica alrededor, pero, por otro lado, pienso en la posibilidad de que esto también pueda convertirse en una herramienta poderosísima, es casi mágica”, dice BEF.
Tanto Midjourney como DALL-E están en fase experimental sin costo al público; mientras que para la segunda el tiempo de espera puede ser hasta de dos meses, para la primera, que funciona a través de la plataforma Discord, solo se necesita crear un usuario y tener conocimientos mínimos para al menos saber utilizar este punto de encuentro virtual.
Ilustraciones con Inteligencia Artificial ¿Es arte o no?
Las ilustraciones que arrojan DALL-E y Midjourney pueden ser surrealistas, cubistas, impresionistas o de cualquier otro estilo que se le pida a la Inteligencia Artificial, ya que las posibilidades son infinitas, pero ¿acaso esto se puede considerar arte? Priscillia “Tholia” Bentz piensa que es relativo.
“Diría que para ser considerada como arte, la creación debe difundir alguna voluntad, demostrando la creatividad del creador. No de quien ejecuta. Hasta ahora, todo lo que el programa puede hacer es generar un resultado basado en imágenes existentes, a petición humana. Suena bastante cerca del arte, pero no lo es todavía en mi opinión”, describe la artista con más de tres mil seguidores tanto en Instagram como en Twitter.
Ante la misma pregunta, BEF se muestra dudoso, porque no considera tener una respuesta ante el cuestionamiento, ya que no hay certeza sobre si la IA está creando arte o de si lo será en un futuro.
Lo que está claro es que en internet las imágenes que se generan con DALL-E empiezan a ser comercializadas, incluso, ya en el negocio de los NFTs y las criptodivisas.
“Preferiría sentir que las ilustraciones generadas son herramientas. Por ejemplo, imaginemos que a alguien le gustaría reorganizar un gran jardín. La persona podría pedirle a DALL-E que cree la visión utilizando la descripción de texto adecuada. ¡Entonces la imagen podría ser útil como referencia o guía para pedirle a un paisajista que dibuje y cree el concepto real!”, agrega Tholia.
Inquietud a futuro
BEF recuerda que en los años 80 se publicó el cuento Los viejos y buenos tiempos, del escritor yucateco Juan José Barbosa, en donde se describe que los periódicos en el futuro se escribirían por máquinas redactoras y se hablaba de la resistencia por parte del gremio, sobre que estos escritos no tendrían una esencia humana; partiendo de esta ficción, el ilustrador observa que poco a poco, los empleos que antes se hacían de manera manual y por personas comienzan a sustituirse por computadoras.
“No hay actividad humana que no pueda ser automatizada o digitalizada y eso es lo que realmente me preocupa, se habla de tener sistemas médicos o trabajos de precisión que habrán de digitalizarse, ¿querrán reducir a los operadores digitales? Eso me parece amenazante. Quiero pensar que esto habrá de ser un desarrollo con gran potencial, pero que difícilmente sustituya a todos los creadores de la imagen que estamos activos en este momento”, platica el monero.
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