"Los robots pueden dejar sin trabajo a un contador, impulsar la productividad de un cirujano y no afectar en nada el trabajo de un peluquero"
Los empleos que ocupan las mujeres requieren habilidades emocionales, los de los hombres tienden a la fuerza física y la manipulación, cosa que una máquina podrá dominar fácilmente
En un futuro no muy lejano, las vacantes de empleo estarán disponibles para las máquinas y las mujeres.
Los robots podrían suplir la mano del hombre en diversos campos y áreas laborales, e inclusive sustituir a los hombres en diversos oficios.
Para el 2030, las máquinas, que ahora reconocen emociones y las interpretan, entrarán en las oficinas y ocuparán un asiento junto al tuyo. Un estudio de la Universidad de Oxford indicó en sus resultados que el 50 por ciento de los trabajos lo podrá realizar una computadora.
¿Por qué esta nueva revolución industrial afectaría más a los hombres que a las mujeres?
La respuesta, según expertos, es que los empleos que por lo general realizan las mujeres son menos vulnerables a ser elaborados por una máquina. Lo contrario a la “chamba” de ellos.
La inteligencia artificial provocará que el humano se vuelva obsoleto. En los edificios habrá cámaras y máquinas como sistema de seguridad y cada vez menos guardias a cargo de los mismos.
Otra investigación realizada por un equipo de expertos de la institución mencionada señaló que las máquinas obtendrían el 47 por ciento de los puestos de trabajo actuales.
Se solicitan mujeres y máquinas
Aunque la brecha entre hombres y mujeres en el ámbito laboral es muy amplia, lo cierto es que en la actualidad son pocas las mujeres en diversos puestos. En unos 15 años, eso podría revertirse.
Por ejemplo, de acuerdo a Jerry Kaplan en The Atlantic, en Estados Unidos (EU) más del 95 por ciento de los 3 millones de choferes de camión que hay corresponde a hombres, y los casi 3 millones de empleos como secretaria o asistente administrativo están ocupados en un 95 por ciento por mujeres.
¿Dónde está la vulnerabilidad? Kaplan dijo que “los vehículos autónomos son una posibilidad no muy lejana y, cuando lleguen, los trabajos de los conductores se van a evaporar; las oficinistas no sufren de esa inminente amenaza”.
Y es que, como apuntó el economista Jean Pisani-Ferry, “los robots pueden dejar sin trabajo a un contador, impulsar la productividad de un cirujano y no afectar en nada el trabajo de un peluquero”.
Pisani-Fierry aludió a lo que predijo en 1983 el economista galardonado con el Nobel, Wassily Leontief, quien aseguró que las máquinas reemplazarían la mano de obra humana así como el tractor reemplazó a los caballos.
Esa predicción no es del todo descabellada pues actualmente hay alrededor de 200 millones de personas sin empleo en el mundo. Es decir, 30 millones de desempleados más que en el 2008.
Jerry Kaplan subrayó que en EU los hombres ocupan el 97 por ciento de los 2.5 millones de puestos en construcción y carpintería. La Universidad de Oxford calculó que el 70 por ciento de esos puestos podría ser realizado por robots trabajadores.
En cambio, en el caso de las mujeres, que son el 93 por ciento de las enfermeras en dicho país, el porcentaje de riesgo de ser reemplazadas es de .009.
Hombres vs. robots vs. mujeres
De acuerdo a Kaplan y estudios como el de la Universidad de Oxford, la “inteligencia” de las nuevas máquinas –y las que están por llegar– se acopla más a los puestos que están dominados por hombres. “Muchos de los trabajos realizados por hombres involucran manipulación y percepción, casi siempre en conjunto con esfuerzo físico, como el uso de un martillo o cortar árboles. Los robots y máquinas móviles más actuales combinan sistemas avanzados de sensores con manipuladores hábiles para realizar este tipo de tareas”, puntualizó Jerry.
Por otro lado, las mujeres trabajan de manera más “caótica”, dijo Kaplan, con ambientes menos estructurados, “en los que la habilidad de leer las intenciones y emociones de las personas es clave para el éxito (…)”.
Como las enfermeras, que son magas a la hora de distraer y calmar niños al tenerles que aplicar una inyección, por mencionar un ejemplo. Hasta ahora, no hay una máquina o robot que pueda robarse este trabajo, o que cuente con habilidades de esta índole.
Solo reconocen e interpretan emociones, pero ni los humanoides se le han acercado al humano en cuestiones anímicas y emocionales.
Así que los hombres tienen de dos sopas, o aprenden cualidades típicas de la mujer en el ámbito laboral para no ser reemplazados por una máquina en el futuro cercano, o se convierten en amos de casa para que sean ellas las que generen la parte económica fuerte en el hogar.
> La Sociedad Mundial del Futuro señaló en su análisis “70 trabajos para el 2030”, que los empleos en 2030 serán divididos en tres categorías: los que ya existen (mejorados con tecnología), los que combinarán habilidades y tecnologías distintas para crear nuevos trabajos, y los que surgirán para satisfacer necesidades nuevas.
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