La comunidad científica, una vez más, no volvió a ser escuchada ni tomada en cuenta por parte del máximo organismo de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación (CTI) en el país, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).
El pasado 21 de septiembre se publicó en el Diario Oficial de la Federación el nuevo reglamento del Sistema Nacional de Investigadores (SNI); sin embargo, no se elaboró un análisis previo al respecto junto al resto de la comunidad científica, lo que dejó diversas dudas.
Entre las modificaciones que se hicieron al nuevo reglamento están que el Consejo de Aprobación, la instancia de mayor autoridad del SNI, cambió a Consejo General, dejando de lado la participación del Foro Consultivo Científico y Tecnológico (FCCyT).
De acuerdo con el reglamento del Sistema publicado en el DOF en 2018, el Consejo de Aprobación debía estar conformado por diferentes directivos del Conacyt, algunas subsecretarías de la Secretaría de Educación Pública (SEP), por la coordinación del FCCyT, y tres integrantes del SNI que formaran parte de la Mesa Directiva del Foro.
Ahora, en el nuevo reglamento, aparecen los mismos participantes, pero no se menciona nada de la asociación que ha protagonizado diferentes enfrentamientos con Conacyt por cuestiones de autonomía y falta de montos económicos.
Al respecto, Gloria Soberón Chávez, doctora en investigación biomédica básica por la UNAM, y quien es representante del SNI por parte de la Mesa Directiva del FCCyT, asegura que esta conducta es ya un patrón por parte del Conacyt, donde “lo único que se trata de hacer son cambios conforme a la visión de la directora general”.
“Es una visión unipersonal en donde han tomado la decisión de no consultar a la comunidad, desconocer al FCCyT, que es un organismo autónomo (…) Entonces me imagino que esto es porque quiere que la única voz que se escuche en la política científica sea la de ella”, comparte la doctora.
Además, al remover al Foro del nuevo reglamento del SNI, dice la investigadora, también se desconocerán todas las funciones vigentes que esta asociación ya tenía en la Ley de Ciencia y Tecnología; confirmando así los propósitos de desaparecerla por completo.
Por otra parte, según la doctora, si se quisiera nada más cambiar el Consejo de Aprobación al Consejo General, se establecería que los que son representantes electos lo siguieran siendo a pesar de la modificación, en tanto no se elijan otros tras el nuevo reglamento. “Sin embargo, esto no es así, están tratando de desaparecer a los que ya estábamos y fuimos seleccionados”.
Después de darse a conocer los cambios al reglamento del SNI, la doctora Gloria fue una de las primeras investigadoras en lanzar su postura a través de un comunicado, destacando la falta de comunicación entre Conacyt y el resto de la comunidad científica.
Comunidad científica al rescate de la Biotecnología
Después de que se dieron a conocer los cambios al reglamento del SNI, así como lo hizo la doctora Soberón Chávez, la comunidad de biotecnólogos en México manifestó su preocupación al no ver el área de Biotecnología dentro del nuevo formato.
En el Capítulo IV del reglamento del SNI publicado en el DOF en 2018, se establece que la Biotecnología es una de las áreas para evaluar, mediante un análisis, la calidad académica, la transparencia, el impacto del trabajo de investigación y la docencia referente a esta materia. Sin embargo, eso cambió.
En el nuevo reglamento aparecen todas las áreas que había anteriormente, como Medicina y Ciencias de la Salud, menos Biotecnología, la cual ha sido esencial en los últimos meses ante la pandemia por COVI-19.
“La Biotecnología es una disciplina muy importante, es una de las tecnologías dominantes del siglo XXI en todo el mundo, no sólo en México (…) La prueba de todo esto es que, por ejemplo, actualmente está jugando un papel muy importante en la caracterización de los virus que están circulando en México, el SARS-CoV-2, y está participando en el desarrollo de vacunas y de pruebas diagnósticas”, afirma la doctora María Luisa Villareal, investigadora del Centro de Investigación en Biotecnología de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos.
La importancia de la Biotecnología fue expuesta en un primer oficio, publicado el pasado 24 de septiembre, por la Sociedad Mexicana de Biotecnología y Bioingeniería A.C., y por un segundo, firmando por 46 investigadores del Cinvestav, del IPN, de la UNAM, entre otros.
Para la doctora Brenda Valderrama, presidenta de la Academia de Ciencias de Morelos, los cambios al reglamento de SNI por parte del Conacyt fueron sin duda “apresurados y descuidados”.
Ante múltiples manifestaciones por la desaparición de la Biotecnología en el nuevo reglamento, un día después de que se lanzaron los comunicados por parte de los biotecnólgos mexicanos, el Conacyt intentó aclarar la situación, asegurando que no se eliminó dicha área.
Según especificó, antes, en el antiguo reglamento, se encauzaban las solicitudes de ingreso y permanencia a una única área (Área VI), que se denominaba Biotecnología y Ciencias Agropecuarias, y en el nuevo formato sólo se eliminó la nomenclatura anterior.
“La disciplina de Biotecnología no desapareció en el nuevo reglamento. Al contrario, ante la diversidad de líneas de investigación de la comunidad de biotecnología, se permite ingresar su solicitud en tres diferentes áreas del SNI, dependiendo de la pertinencia: Área II, Biología y Química; Área VII, Ciencias de Agricultura, Agropecuarias, Forestales y de Ecosistemas, y Área VIII. Ingenierías y Desarrollo Tecnológico”, especificó el organismo.
Al respecto, la doctora María Luisa Villareal asegura que, a pesar del comunicado de Conacyt, su justificación no soluciona el problema, pues Biotecnología sigue sin una comisión única.
“No hay una comisión como antes, que había una sola para evaluar la Biotecnología. Lo que hizo fue dispersarla en diferentes áreas, entonces eso no soluciona el problema, al revés, porque, por un lado, los biotecnólogos ahora no saben en qué área estar y, por el otro, no sé sabe si van a ser evaluados con propiedad”, señala.
De acuerdo con ella, por lo pronto la comunidad de Biotecnología seguirá en la misma posición, en espera de que Conacyt vuelva a reconsiderarlos.