Comunicación en ‘mute’
Hace 20 años, Néstor Luján, quien fuera escritor y periodista español, publicó "La hecatombe de los cafés". El artículo hablaba de la desaparición de la tertulia en algunos bares de Barcelona.
Las personas que participaban en estas pláticas se caracterizaban por dominar la expresión y gesticulación, además de gozar de buena dicción y agudeza para desarrollar ideas.
En ese entonces, Internet daba sus primeros pasos y ya comenzaban las alertas a la desaparición de la comunicación verbal y no verbal.
María Alesandra Pámanes
Hace 20 años, Néstor Luján, quien fuera escritor y periodista español, publicó “La hecatombe de los cafés”. El artículo hablaba de la desaparición de la tertulia en algunos bares de Barcelona.
Las personas que participaban en estas pláticas se caracterizaban por dominar la expresión y gesticulación, además de gozar de buena dicción y agudeza para desarrollar ideas.
En ese entonces, Internet daba sus primeros pasos y ya comenzaban las alertas a la desaparición de la comunicación verbal y no verbal.
Ahora parece que los bares son para convivir y beber un rato, siempre y cuando se tenga el celular en mano y se levante la mirada –fuera de la pantalla del celular o dispositivo móvil– para hacerle una mueca casi inexistente al acompañante. En las cafeterías, las personas acuden acompañadas de sus computadoras, pues el Wi-Fi es uno de los principales servicios adicionales que hacen que –tanto librerías como cafeterías– estén llenas de individuos con sus laptops, y no de grupos de personas como en años pasados.
Se podría decir que vivimos en la actual deshumanización de la conversación entre personas, donde la participación de la comunicación no verbal es nula (está comprobado que entre 60 y 80 por ciento de la comunicación entre personas se realiza a través del lenguaje gestual).
Por un lado, Internet, SMS, los mensajeros instantáneos, las redes sociales, etcétera, son herramientas que permiten comunicarnos con un alcance masivo y casi instantáneo. Por otro, han provocado la extinción de la comunicación tanto verbal como la no verbal.
El constante flujo de la comunicación digital ha disminuido la interacción entre personas, incluso bajo el mismo techo. La falta de la comunicación que no es verbal en el intercambio de información entre las personas, por lo general en jóvenes, genera falta de identidad y despersonaliza las relaciones sociales.
Los seres humanos y las nuevas generaciones se encuentran en una zona de confort en la que no tienen la necesidad de expresar o mostrar sus emociones “de frente”, porque tienen sus gadgets y celulares para hacerlo.
Conversación en monosílabos
Recuerdo la escena de la película “Bedazzled” (2000), en la que Nicole (Frances O’Connor) se presenta como la nueva vecina de Elliot Richards (Brendan Fraser) y le dice: “Empieza por Nicole, luego se vuelve Nicky, después Nick, le sigue Ni y luego solamente Nn”.
Así comenzó la comunicación digital, de mayor a menor extensión y profundidad: con correos electrónicos, le siguió la simplificación con mensajes SMS y el chat desde los celulares, con aplicaciones como WhatsApp y lo más reciente, Twitter y sus no más de 140 caracteres.
Es una manera de ser concreto y, al no ser una comunicación cara a cara, hasta tenemos tiempo de editar el contenido que queremos transmitir previo a que se envíe el mensaje de manera masiva.
Pero los 140 caracteres están supliendo conversaciones directas, en donde la comunicación no verbal alimentaría y enviaría información que la Red no puede transmitir durante la interacción con el receptor del mensaje.
Cada vez los mensajes son más cortos y efímeros, la información llega velozmente, pero su trascendencia se esfuma con la misma rapidez.
Y no, los emoticones no son la nueva versión de la comunicación no verbal, son representaciones gráficas de emociones y gestos que, a falta de vocabulario o conformismo y pereza, acompañan los mensajes en las conversaciones digitales.
El analista de comunicación, Sebastiá Serrano, afirma que si pudiéramos dedicarle 15 minutos –cuando menos– a la conversación “cara a cara”, podríamos ser más felices.
Por su parte, Jordi Sánchez Navarro, investigador y profesor de Comunicación de la Universitat Oberta de Catalunya, considera que los sistemas de mensajería digital populares han potencializado los modelos de comunicación e información a gran escala, un ejemplo es Twitter.
Parte de la extinción de la comunicación se generó porque, antes, el procesamiento de información era considerado lineal. Ahora el cerebro trabaja distinto y es paralelo y multitask. Por eso podemos, desde nuestro celular, mandar un RT, darle Like a una foto y contestar más de dos mensajes en WhatsApp.
La Dra. Alba Richaudeau, neuropsicóloga del Hospital Austral y del Instituto Argentino de Psicología Aplicada (Iapsa), afirma que no se está afectando la capacidad de lenguaje de las personas, sobre todo en los jóvenes, sino que comparado con años anteriores, están cambiando.
En lugar de ‘mamá’, dirán ‘iPad’
A pesar de no estar en un país considerado “digitalmente” avanzado, los niños entre 6 y 12 años forman el 14.1 por ciento del total de la población que usa computadoras, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
Por si quedaba duda, según el estudio de Estadísticas sobre Disponibilidad y Uso de Tecnología de Información y Comunicaciones en los Hogares de 2010 del INEGI, en México, la población joven tiene mayor tendencia al uso de TICS (Tecnologías de la Información y la Comunicación).
Sherry Turkle, Doctora en Sociología y Personalidad Psicológica de Harvard, fundadora y directora de MIT Initiative on Technology and Self, asegura en su plática de TED “Connected, but alone?” que la tecnología está provocando que se esfume la interacción humana.
Las nuevas generaciones –debido al uso de gadgets y smartphones desde temprana edad– prefieren la plática a través de mensajes de texto, supliendo, casi por completo, la comunicación e interacción “cara a cara”.
“Solo porque crecimos con Internet, tendemos a verlo como un adulto, pero no lo es”, dice Turkle en su plática de TED.
La socióloga afirma en su libro más reciente, “Alone Together: Why We Expect More From Technology and Less From Each Other”, que los medios de comunicación y las redes sociales simulan que los mensajes en línea son la comunicación auténtica. Por el contrario, el verdadero intercambio de mensajes requiere, de manera imprescindible, de la comunicación no verbal.
Estar “conectados” no es ni siquiera la tercera parte del proceso de comunicación entre dos personas.
El celular en la mano y el constante texting, demuestran “a gritos” que nuestra mente se encuentra en una “nube” de menor esfuerzo para lo que antes era básico en el diario actuar.
Sherry Turkle: Connected, but alone?
Plática de TED disponible en http://bit.ly/HdCWnM