Las bodas y celebraciones de todo tipo tendrán que adaptarse a la “nueva normalidad” debido a la pandemia que se vive en todo el mundo por causa de la enfermedad Covid-19.
Denisse Rodríguez eligió el 6 de noviembre para contraer matrimonio, soñaba con casarse en Puerto Vallarta con cientos de invitados, pero su sueño se vio frustrado a causa del Covid-19, cuenta a EFE.
Denisse tuvo que hacer un recorte de invitados, la lista inicial eran 150 personas y ahora irán 60. Además, a la misa solo pueden ir 50 personas.
El uso del cubrebocas es obligatorio para todos los asistentes, incluso para los novios y deberán guardar una distancia de 1.5 metros en la iglesia, lo mismo aplicará para los demás asistentes.
También se recomendará a los novios y asistentes no portar objetos como corbatas y joyas, ya que pueden ser reservorios del virus.
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Se evitarán las actividades y juegos que impliquen aglomeraciones de personas y se reservará un espacio mayor para los servicios de música y entretenimiento.
Denise y su futuro esposo tuvieron que contratar dos pistas de baile para evitar aglomeraciones.
Y aún existe la posibilidad de cancelación total si las autoridades vuelven a ordenar el confinamiento y el cierre de actividades no esenciales.
Mientras el semáforo epidemiológico siga en color naranja, se recomienda que las iglesias operen al 30 por ciento de su capacidad; cuando se encuentre en amarillo se permitirá la asistencia del 60 por ciento, por lo que en la ‘nueva normalidad’ las bodas serán más intimas.