¿Comer orgánico hace la diferencia?
Con la gran cantidad de información sobre la relación que tienen la alimentación y las enfermedades, aunado a la creciente popularidad de lo green y las llamadas “superfoods”, es difícil no verse tentado por desechar viejos hábitos y dar la bienvenida a lo orgánico.
La idea es apuntar a lo más puro, a lo natural. Que todo lo que entre en nuestro organismo esté libre de tóxicos, conservadores, colorantes y endulzantes artificiales y demás aditivos que son perjudiciales para la salud.
Eugenia RodríguezCon la gran cantidad de información sobre la relación que tienen la alimentación y las enfermedades, aunado a la creciente popularidad de lo green y las llamadas “superfoods”, es difícil no verse tentado por desechar viejos hábitos y dar la bienvenida a lo orgánico.
La idea es apuntar a lo más puro, a lo natural. Que todo lo que entre en nuestro organismo esté libre de tóxicos, conservadores, colorantes y endulzantes artificiales y demás aditivos que son perjudiciales para la salud.
La pregunta es: ¿comer orgánico hace la diferencia? No, si se trata de comparar el riesgo de desarrollar cáncer entre las mujeres cuya dieta es orgánica y aquellas que consumen alimentos convencionales.
Al menos así lo demostró un estudio realizado por científicos de la Universidad de Oxford y cuyos resultados fueron publicados en British Journal of Cancer.
“La conclusión general es muy simple. No vemos diferencia alguna en el riesgo total de (sufrir) cualquier tipo de cáncer, independientemente de que las personas reportaban que elegían o no alimentos orgánicos. Es un estudio muy amplio, por lo que el resultado global es muy sólido”, dijo a The Guardian Tim Key, profesor de la Unidad de Epidemiología del Cáncer de la Universidad de Oxford y autor de la investigación.
Para llegar a esta conclusión, los investigadores analizaron datos sobre la alimentación de 600 mil mujeres mayores de 50 años, quienes participaron en un amplio estudio de la organización de beneficencia Cancer Research UK.
Y llevaron registro del desarrollo de 16 de los tipos de cáncer más comunes durante nueve años.
La única diferencia que se observó, tras tomar en cuenta factores como edad y actividad física, fue la relacionada con el cáncer de mama y el linfoma no-Hodgkin. Por ejemplo, se encontró un ligero aumento en el riesgo de cáncer de mama.
Y una reducción de 21 por ciento del riesgo de desarrollar el linfoma en las mujeres que en su mayoría comían alimentos orgánicos.
De acuerdo a los autores del estudio, los resultados son particularmente relevantes “dado a que se ha identificado que las preocupaciones en torno a la salud son el principal motivo por el cual los consumidores compran alimentos orgánicos”.