El auge de las voces femeninas en la literatura latinoamericana no sólo ha diversificado los temas y propuestas narrativas, también anima a jóvenes escritoras a soltar la pluma sin miedo. Esto lo tiene claro la narradora Claudia Cabrera Espinosa, autora de “Los desterrados” (FCE): “Desde hace varios años las mujeres nos hemos dado cuenta de que podemos escribir sobre lo que queramos y que no hay límites. Eso ha dado pie a que podamos escribir sin miedo al qué dirán, sin miedo a quién nos va a leer”.
La escritora, que reúne en dicho volúmen una selección de 12 cuentos, celebra que ahora exista esa apertura para hablar, desde una mirada femenina, temas que antes se calificaban como de mal gusto o de poco interés. “El tema de la maternidad se ha estado trabajando bastante desde diferentes perspectivas, de una manera mucho menos idealizada que antes; también están los temas sobrenaturales, de cierto misterio”.
A esta investigadora y docente mexicana también le interesa explorar algunos de esos temas considerados tabúes en la literatura, como el sadomasoquismo y los juguetes sexuales.
“Dentro de esta nueva literatura se busca normalizar ciertas prácticas y yo trato de tener aquí una perspectiva bastante ingenua o de alguien que está aprendiendo, que se acerca a un taller para principiantes, que no suena nada perverso ni oscuro y es más como tomar una clase en la universidad, donde no hay morbo, sino que todo se va desarrollando de una manera muy normal. Se trata de ir quitando ciertos tabúes y normalizar ciertas prácticas e intereses”, comenta la autora al hablar de uno de sus cuentos en esta antología.
Ese relato, “BDSM”, tiene como personaje a un hombre que descubre, a invitación de su esposa, un taller de sadomasoquismo para principiantes y poco a poco comienza a interesarse en esta práctica, a pesar de las múltiples preguntas que rondan su cabeza sobre el posible pasado de dominatrix de su pareja.
La autora explora el destierro de la infancia
En esta antología, Cabrera Espinosa también explora historias de tono lúgubre o siniestro, pero también hay otras contadas desde una mirada infantil, como “Los desterrados”, que da título al libro. En ese relato, la autora cuenta las aventuras de un grupo de niños que viven en un condominio venido a menos, donde las ruinas y espacios abandonados se convierten en territorios de fantasías y hazañas.
“El título de Los desterrados juega con el doble destierro de esa edad: el destierro físico del lugar donde jugaban los niños y el de la infancia que se está terminando porque los niños ya están entrando en la adolescencia”, refiere.
La autora comenta que algunos de los cuentos de este volumen también habían sido “desterrados” de sus libros anteriores porque no encontraron su espacio dentro de la temática que abordaban. El mar y la playa en “Las ondulaciones del mar” (Eolas Ediciones, 2020); la vulnerabilidad del ser humano en “Posibilidad de los mundos” (Universidad de Guadalajara, 2019).
“Este es un libro que no tiene una temática estricta, retomé los cuentos que ya tenía escritos y los que fui escribiendo en los últimos dos años”, dijo la autora, quien adelantó que ya tiene lista una novela que espera publicar pronto.
La escritora convierte imágenes y noticias en cuento
Claudia Cabrera comparte que sus cuentos se inspiran de historias cotidianas, de imágenes vistas en el cine, noticias leídas en los periódicos o de anécdotas que le cuentan sus amigos:
“Los escritores siempre tenemos las antenas muy alertas para cazar estas historias y yo, a veces hasta advierto a mis amigos que lo que me cuentan se puede convertir en un relato”.