Sin miedo al peligro
Sólo basta media hora para mostrar el nivel de pillaje bajo el que vive México y cómo es que el narcotráfico tiene sometido al gobierno federal, al poder judicial y tiene construido un imperio bajo las narices de todos los consumidores de droga del globo.
Al menos esto es lo que muestra “Clandestino”, serie documental que logró adentrarse hasta el interior del Cártel de Sinaloa y que en tres episodios muestra parte de las fechorías que estos maleantes realizan para mantener en funcionamiento uno de los negocios más redituables de México.
Hidalgo Neira
Sólo basta media hora para mostrar el nivel de pillaje bajo el que vive México y cómo es que el narcotráfico tiene sometido al gobierno federal, al poder judicial y tiene construido un imperio bajo las narices de todos los consumidores de droga del globo.
Al menos esto es lo que muestra “Clandestino”, serie documental que logró adentrarse hasta el interior del Cártel de Sinaloa y que en tres episodios muestra parte de las fechorías que estos maleantes realizan para mantener en funcionamiento uno de los negocios más redituables de México.
Aunque pareciera inverosímil, la producción a cargo de Discovery Channel en la que el periodista español David Beriain aparece a cuadro, sorprende por meterse hasta donde otros realizadores pocas veces han llegado y el reportero asegura que todo lo que se ve en el programa es real.
“No puedes pedirle nada a esta gente como de ‘oye, ponte ahí como que haces’. Hemos grabado con drones, pero no de ese momento en concreto, a veces, por la propia naturaleza de lo que se puede hacer con ellos, es difícil ligar las escenas, porque te dicen ‘mira, vas a entrar aquí y no puedes grabar hasta que llegues, vas a grabar ahora y vas a parar ahora’”, narra Beriain con respecto a su encuentro con los capos en entrevista para Reporte Indigo.
El programa televisivo llega a Latinoamérica después de tener un éxito rotundo en España con ocho episodios para su primera temporada, donde además de los dedicados a la institución criminal fundada por Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, se exhibe también a Las Maras de El Salvador, a la caza del rinoceronte en África por su cuerno, el saqueo de sepulcros arqueológicos en Perú y la operación encubierta que mantuvo la CIA en el país de Laos, el cual bombardeó en las décadas de 1960 y 1970.
El narco al desnudo
Los momentos de tensión son claros en “Clandestino”, y Beriain dice que lo que se muestra en la serie es lo que ocurrió, sin tampoco pagarles dinero a quienes aparecen a cuadro por parte del crimen organizado.
“Cuando tu pagas corres el peligro de que te digan lo que quieres escuchar aunque no sea cierto, nosotros empleamos productores locales, gente que trabaja con nosotros y son a ellos a quienes les pagamos, o sea gente que trabaja con nosotros igual que yo cobro un sueldo, y son ellos los que proveen los contactos y son ellos los que se merecen gran parte del crédito de lo que hacemos”, aclara el periodista.
Durante un año y medio hicieron una preproducción exhausta para poder realizar el programa y una vez estando en terreno sinaloense, grabaron durante más de tres meses al interior del Cártel de Sinaloa durante el 2016.
“¿Cómo se pacta? ¿Cómo se arregla uno? ¿Cómo consigue uno el acceso? Bueno, nos ayudaron varias cosas (…) creo que ellos tenían cierta voluntad de mostrar que estaban fuertes, quizás porque la intuición de la debilidad por parte de terceros podía ser muy peligrosa para ellos”, indica Beriain.
Sin marcha atrás
Cuando empezaron a producir la temporada televisiva, el objetivo primordial era otro realmente, llegar con “El Chapo” Guzmán y ponerlo en la lente de Discovery, pero se llegó tarde al objetivo ya que se suscitó la aprehensión del capo.
“Nos planteamos la posibilidad de por qué no llegar a entrevistar a “El Chapo” Guzmán en la clandestinidad, mucho antes siquiera que pensásemos en la posibilidad de viajar a México “El Chapo” cae preso, y nos preguntamos ¿Tiene sentido que sigamos haciendo esta historia? Y la respuesta a esa pregunta era otra pregunta ¿Sigue siendo el Cártel de Sinaloa la organización criminal más poderosa del mundo, si o no? y al contestar esa pregunta es que vinimos”, comenta.
Beriain no titubea al decir que se necesitó establecer compromisos con los criminales, los cuales tuvieron que ver con la seguridad de proteger la identidad anónima de los delincuentes, pero no comprometieron la integridad periodística de su programa.
“Si creemos que estamos ahí para contar una determinada cosa que no creemos que sea periodísticamente correcta nos vamos de ahí. Sí, nos comprometimos a mantener la clandestinidad, a proteger sus identidades y a mantener la seguridad”, revela el reportero.
‘dentro o fuera’
Acerca de los momentos de peligro que pudieron salir mal, Beriain argumenta que al ser corresponsal de guerra uno decide que tanto acercarse al fuego enemigo, pero al estar documentando, al interior de una organización criminal no hay esa opción.
“Aquí no hay medida, aquí o estás dentro o estas fuera, aquí si hay problemas, no van a ser problemas con otros, van a ser problemas contigo y existe un riesgo continuo que piensen que si algo sale mal, si aparece la policía, si aparece el ejército, si aparecen los contrarios sea por tu culpa”.
Una experiencia que quedó registrada en video y que aparece en el segundo capítulo de la temporada es como la impunidad se hace presente en el poder judicial de Sinaola.
“Nosotros vamos viajando con un convoy de sicarios por Culiacán, dos sicarios van delante, tapados con capuchas porque les estamos grabando y con fusiles AK-47 Kaláshnikov, y yo voy atrás con la cámara, vamos grabando, haciendo la entrevista. Llega un momento en que nos detiene la policía, llega una patrulla y nos rebasa y nos da el alto. El sicario, el pistolero del cártel coge el Kaláshnikov, lo pone aquí (señala apuntándose), se pone detrás de mí y me dice ‘a ver’ y tu dices ‘me va a matar’”.
“Llega el policía, baja la ventanilla ¿qué ve? Dos tipos con capucha con dos Kaláshnikov y la conversación es de este tipo: ‘Buenas noches señores ¿cómo están?’, ‘Aquí trabajando’, ‘Ahhh bueno, pues nada, tengan buena suerte, continúen’. Creo que pocas veces, pocas veces se ha grabado un momento en televisión, en formato audiovisual que cuente tan a las claras el grado de impunidad que se tiene en estos territorios”, recuerda.
Armas sin control
Otra experiencia que le ha dejado marcado al español es ver cómo la importación de armas provenientes de Estados Unidos se hace sin la menor regularización y control.
“Dos mil armas ilegales cruzan la frontera todos los días de Estados Unidos a México, eso significa que son 700 mil armas de guerra que cruzan la frontera cada año. Entonces cuando el presidente de Estados Unidos apunta con el dedo quizás debiera recordar una cosa, que el narcotráfico no es más que la versión más salvaje, violenta y radical que existe de la ley de la oferta y la demanda”.
“¿Y quién demanda esas drogas? Y es más ¿quién provee de las armas para que los mexicanos se maten entre si, para que los cárteles se maten entre si y maten a mexicanos inocentes? A lo mejor con tanta tontería sobre el muro, al final quienes van a terminar pidiendo que se construya el muro son los mexicanos”, puntualiza.