Enero es un mes de cambios para muchas personas, ya que como marca el inicio de un nuevo año, se vuelve la fecha perfecta para emprender proyectos o cambios radicales. Algunas deciden transformar sus hábitos alimenticios para obtener su peso ideal y así lucir un cuerpo de ensueño. Pero hay quienes buscan un cambio más fuerte, así que deciden someterse a una cirugía plástica.
Para la maestra en Psicología Sara Leo Rodríguez, especialista de Doctoralia, la mayoría de las cirugías son por un tema de vanidad que tiene que ver con el autoestima. La gente busca cambiar partes de su cuerpo que no se pueden modificar con ejercicio, como la nariz.
Aunque también están las personas que se someten a estos procedimientos por cuestiones de salud, por ejemplo, las cirugías reconstructivas.
“El principal motivo es la presión social, por el tema de estereotipos. La misma sociedad como que tiene esta pauta, pasa más en mujeres, pero cada vez toman más fuerza en hombres. Nosotros queremos alcanzar elementos de perfección, porque genera ansiedad no tenerlos. Algo que se ha visto en la actualidad es que la gente quiere obtener más rápido los resultados esperados, estamos muy acostumbrados a la inmediatez”, explica Leo Rodríguez.
“Si eso fuera así de directo, que automáticamente mi autoestima va a estar mejor, entonces, como sugerencia profesional les diríamos que sí lo hicieran, pero la realidad es que no. El autoestima se compone de diversos factores que no necesariamente tienen que ver con el aspecto físico. Esa sensación como de satisfacción con uno mismo no solamente tiene que ver con lo que yo veo en el espejo, sino con el contenido de mis propios pensamientos”, asegura la psicóloga.
Generalmente, son los pensamientos los que van haciendo que las conductas de las personas se vayan modificando, por ejemplo, los que causan mucho disturbio como “no me gusta mi cuerpo”, “no me gusta lo que veo”, “no le gusto a mi pareja”, son pensamientos que se van repitiendo y que van generando cuadros de ansiedad. Esas ideas no necesariamente son ciertas, pero son las que los pacientes deciden creer.
“Creo que las cirugías plásticas tienen la parte benéfica de ayudar a gente que verdaderamente no tiene otra forma de recuperar o de mejorar algo en su cuerpo, por ejemplo, un cáncer de mama, pero la realidad es que no sólo con el hecho de operarme, mi autoestima va a mejorar, siempre vamos a tener un elemento que me va a dejar poco satisfecho sobre mí. Si no trabajo sobre esos pensamientos, sobre las diferentes virtudes que puedo tener, además de la cuestión física, la verdad es que el aspecto de bienestar va a ser súper chiquito”, confiesa la experta.
Leo Rodríguez aclara que no hay que estigmatizar estos procedimientos, pero sí señala que es importante preguntarse, una vez que se cumpla con la cirugía, “¿qué más hago para sentirme bien?”. Desde el aspecto conductivo-conductual, una opción es trabajar con esos pensamientos, con los elementos de aceptación para generar diferentes perspectivas que puedan provocar más pensamientos que sean funcionales y que estén estacionados en la realidad.
Cuando la decisión ya se tomó
De acuerdo con los últimos datos de la Sociedad Internacional de Cirugía Plástica Estética (ISAPS), el número de personas que se realizaron este tipo de procedimientos aumentó considerablemente en el país. Tan solo en el 2016, más de 900 mil mexicanos se sometieron a alguno.
El doctor Nephtalí Ortiz Lucio, cirujano plástico estético y reconstructivo de Doctoralia, certificado por el Consejo Mexicano de Cirugía Plástica, indica que los principales cambios que se realizan los mexicanos son: la liposucción, el aumento de busto y la abdominoplastia, en cuanto a procedimientos quirúrgicos. Mientras que en cuanto a procedimientos no quirúrgicos son: implementación de botox, rellenos con ácido hialurónico, depilación con láser y radiofrecuencias.
“Debe quedar claro que no todos los pacientes son candidatos a una cirugía plástica. Tenemos que tener siempre su historial clínico para saberlo. Hay indicaciones, por ejemplo, las personas con problemas del corazón, de autoinmunidad y de sobrepesos, no son candidatas a ciertas cirugías plásticas”, afirma Ortiz Lucio.
Además, la hipertensión descontrolada y el aumento de los triglicéridos en el colesterol, pueden favorecer la presencia de problemas cardiacos durante la cirugía, desde un infarto, hasta una trombosis.
Tampoco los pacientes con enfermedades crónicodegenerativas, como la diabetes no controlada, son candidatos a estos procedimientos.
Hay algunos otros factores como enfermedades de la tiroides o autoinmunes, como el lupus, artritis reumatoide o vasculitis, que impiden que una persona se pueda someter a un procedimiento de este tipo.
Además de contar con un buen estado de salud, los pacientes siempre deben de consultar la base de datos de la Asociación Mexicana de Cirugía Plástica, Estética y Reconstructiva, A.C. para ver que su médico pertenezca a esta asociación.
En segundo lugar, valorar su certificación, esto se hace en la página del Consejo Mexicano de Cirugía Plástica, Estética y Reconstructiva A.C., en la cual se indica si el médico al que se está consultando cuenta con certificado vigente. De ser así, el médico escogido es una persona que estudió una especialidad y una subespecialidad, primero en cirugía general y luego en plástica, además de que se está actualizando siempre.