De Rosalía a Lady Gaga, pasando por las manos de Aurora, Coldplay y Los Tigres del Norte, el peluche del Dr. Simi, imagen corporativa de las Farmacias Similares, se ha convertido en el objeto predilecto de los fanáticos mexicanos para obsequiar a sus artistas favoritos. Cada regalo guarda en su creación el empleo de personas con discapacidad.
Las cinco divisiones que comprenden la empresa CINIA, fabricante de las famosas figuras creada en 2005 en Cholula, Puebla, suman un total de 440 colaboradores repartidos en las áreas de textil, limpieza, jardinería, automoción y acondicionamiento; y representan el 90 por ciento de la plantilla laboral.
De ese porcentaje, las condiciones que predominan entre los trabajadores son: discapacidad intelectual, visual, sensorial y auditiva.
Es en la división textil en la que se hace artesanalmente cada peluche de la marca erigida por el empresario y político Víctor González Torres e inspirado en la imagen del actor Joaquín Pardavé, bajo el trazo del caricaturista Daniel Burgos, y de los que se tiene como meta de producción mil piezas al día y aproximadamente 25 mil al mes.
Asimismo, se realizan uniformes corporativos, bolsas de tela y otros objetos indumentarios que se exportan a países como España, Canadá, Noruega o Estados Unidos.
Un recorrido por la empresa muestra que el ingreso a las zonas de trabajo, capacitación, comedor y baños cuentan con la accesibilidad requerida para el personal, quienes reciben tres meses de capacitación previo a incorporarse a su puesto y, según informó la compañía, a través de Samantha Henríquez, gerente de Marketing y Comunicaciones, obtienen prestaciones de ley, bonos de productividad y créditos Infonavit.
“Es una locura el nivel que ha tenido en las redes, en los medios, hemos recibido varias visitas y han incrementado las ventas en línea de las ediciones especiales”
“Admitimos todas las discapacidades, menos la flojera”, reza un letrero dispuesto en la recepción del lugar, a unos metros de una imagen de gran formato de la Virgen de Guadalupe y un par de bustos de los fundadores, Cinia González Diez y Antonio Fernández Rodríguez.
Derivado del éxito que ha representado el furor por los peluches del Dr. Simi, la empresa tiene el objetivo de duplicar su plantilla, que actualmente es de 180 trabajadores en esa área, por lo que ya ha abierto vacantes en su sitio web.
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— Reporte Índigo (@Reporte_Indigo) August 25, 2022
Demanda de oportunidades
Datos del Censo de Población y Vivienda 2020 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) indican que el 5.7 por ciento de la población en México, equivalente a siete millones 168 mil 178 personas, viven con algún tipo de discapacidad.
De estas, tres millones 734 mil 665 (52 por ciento) son mujeres y tres millones 433 mil 513 (48 por ciento), hombres.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) señala que este sector representa el 15 por ciento de la población mundial, del cual 80 por ciento están en edad de laborar; sin embargo “su derecho a un trabajo decente es, con frecuencia, denegado”.
“La tasa de actividad de las personas con discapacidad es muy baja a nivel global. Siete de cada diez personas con discapacidad son inactivas (ni en ocupación ni en paro), en comparación con cuatro de cada diez personas sin discapacidad.
“En los 60 países de los que se dispone de datos, la tasa de inactividad de las mujeres con discapacidad no solo era superior a la de las mujeres sin discapacidad, sino también a la de los hombres con y sin discapacidad”, menciona la OIT en el informe La nueva base de datos OIT pone de manifiesto los retos del mercado laboral de las personas con discapacidad, de 2022.
Ambiente igualitario en la empresa que fabrica al Dr. Simi
“Todo está bien, porque no hay diferencias, de hecho todos estamos juntos porque no hay de que los auditivos de un lado y las personas mayores de otro, no hay diferencia”, narra Jemina Rosas Camargo, de 59 años, mientras sus manos dirigen lo que será una extremidad del peluche Dr. Simi bajo la aguja de la máquina de coser.
Al terminar de darle forma, toma el trozo de tela y lo coloca sobre una pila de manitas que conserva en el costado derecho de su mesa. Lleva tres años en CINIA y llegó ahí por consejo de su cuñada, quien acudió a solicitar trabajo de “cerillita” y personal del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de las Familias (DIF) la redirigió a la empresa.
Ahora que ha perdido la audición debido al paso de los años, Jemina ha hallado en esta compañía un espacio en donde puede continuar su profesión de costurera. Afirma que en el tiempo transcurrido desde su ingreso se ha sentido bien y, sobre todo, útil.
“No se den por vencidas porque aún somos útiles, la vida sigue, tenemos que seguir adelante”, expresa al dar un mensaje a aquellas personas que, como ella, buscan una oportunidad de trabajo para conservar su independencia y autonomía.
En tanto, Laura Sánchez, de 47 años y quien se dedica a colocar cada batita de los peluches apilados, menciona que siempre le ha gustado vestir muñequitos: “Ahorita tengo sobrinas y les he regalado muñequitos, me dicen: ‘tía, muchas gracias’”.
Esto lo dice sentada, pues tiene problemas de movilidad y solo puede permanecer de pie la mitad de su turno.
Fernando, Fer, como le dicen sus compañeros, antes de la visita de Reporte Índigo dijo que ya no quería dar entrevistas, pero ese día alzó la mano para dar su testimonio y contar en qué consiste su labor de voltear los zapatitos de la figura para ocultar sus costuras. Tiene 44 años, síndrome de down y su versión favorita del Dr. Simi es la del mariachi porque le gustan las canciones de Vicente Fernández.
Cerca de él está Esteban, uno de los 23 empleados de la primera generación que ingresó a CINIA. Con voz tenue cuenta que está bien y contento, mientras utiliza una máquina para darle volumen a las manos que sus compañeros rellenarán con material algodonoso, ensamblarán con las demás partes del personaje y empaquetarán en bolsas de celofán hasta dejarlos listos para su transporte, comercialización y posible encuentro con una celebridad.
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