La última escena
Jonathan Demme vino al mundo poco tiempo antes de que la Segunda Guerra Mundial llegará a su fin, el cineasta neoyorquino que lograra la hazaña de obtener el “repóker de ases” en los premios de la Academia con su filme “El silencio de los inocentes” (“The Silence of the Lambs”) falleció ayer a causa del cáncer de esófago que le fuera diagnosticado en 2010.
La huella que deja el también productor, según criticos de cine, es tan profunda que a la fecha se le considera como el autor de la cinta de psicópatas que marcó el thriller de terror moderno: “The Silence of the Lambs”.
Fabiola Zurita
Jonathan Demme vino al mundo poco tiempo antes de que la Segunda Guerra Mundial llegará a su fin, el cineasta neoyorquino que lograra la hazaña de obtener el “repóker de ases” en los premios de la Academia con su filme “El silencio de los inocentes” (“The Silence of the Lambs”) falleció ayer a causa del cáncer de esófago que le fuera diagnosticado en 2010.
La huella que deja el también productor, según criticos de cine, es tan profunda que a la fecha se le considera como el autor de la cinta de psicópatas que marcó el thriller de terror moderno: “The Silence of the Lambs”.
Originario de Nueva York (Estados Unidos), el hijo de un ejecutivo de relaciones públicas, según detalla El País, se graduó de la Universidad de Florida y se inició en el mundo del cine en la productora Roger Corman, como muchos otros de esa época.
A pesar de tener una prolífica carrera dentro del séptimo arte Demme se decantó por los documentales y la producción y filmación de videos musicales, pues consideraba que “Hollywood provoca demasiado estrés y acorta la vida. En realidad, no disfruto del viaje empresarial, con tantas personas opinando sobre tu trabajo. Va en contra de mi manera de ser. Y ahora ya no busco guiones, prefiero los documentales, la información”, detalla el portal español sobre lo que relatara el cineasta al presidir el jurado en el festival de San Sebastián en el año 2008.
Con buen ojo
Una de las cosas que Jonathan Demme sabía hacer muy bien era el escoger a sus actores, a quienes encumbró en lo más alto de la meca del cine, como en “Philadelphia” (1993), un drama convencional y la primer película en tratar el tema del SIDA y con la cual Tom Hanks obtuvo el Oscar a Mejor actor. Lo mismo con Anthony Hopkins (Hannibal Lecter) y Jodie Foster (Clarice Starling) en “El Silencio de los inocentes”. Aunque en este caso Demme no quería a Foster en el papel protagónico, pero los productores del filme lo convencieron, detalla la BBC Mundo. También dirigió “El mensajero del miedo” y títulos de comedia como “Algo salvaje” con Melanie Griffith en el papel estelar.
A lo largo de su carrera Demme también filmó documentales premiados, como “Jimmy Carter Man From Plains”, y videos musicales. En 2015, dirigió la comedia de Meryl Streep “Ricki and the Flash”.
El último filme de su trayectoria se rodó en 2016 y es un documental que versa sobre la gira del músico y actor Justin Timberlake.
Sin embargo, como mera casualidad y a modo de despedida, el último trabajo del cineasta se emitió ayer miércoles: el sexto episodio de la primera temporada de “Shots Fired”.