Un estudio de la Universidad de Oxford prueba la eficacia que ha tenido el uso de la dexametasona en el tratamiento de pacientes con COVID-19.
Se trata de un fármaco antiinflamatorio de bajo costo, común y ampliamente utilizado en todo el mundo.
La dexametasona es uno de los primeros tratamientos que muestran avances significativos para lograr la supervivencia de pacientes con COVID-19, cuyos casos se agravaron hasta el punto de necesitar ayuda respiratoria.
El estudio reveló que las muertes entre pacientes que necesitaron asistencia respiratoria bajaron sustancialmente cuando recibieron el tratamiento dexemetasona.
Estos resultados fueron comparados con la misma cantidad de pacientes, en la misma situación, que no recibieron este medicamento y los sometieron a procedimientos estándar.
Oxford study shows low-cost COVID-19 drug improves survival rate in hospitalised patients with severe respiratory complications. Dexamethasone is the first treatment demonstrated to reduce #COVID19 mortality & is already widely available around the world: https://t.co/HHGV9KlcnV pic.twitter.com/m6GYQTmrv0
— University of Oxford (@UniofOxford) June 16, 2020
Desde hace algunas décadas, la dexametasona, un medicamento esteroide, ha estado disponible en su modalidad genérica, lo que lo ha hecho más económico y accesible para la población en general.
Este fármaco se emplea en el tratamiento de diversas enfermedades como asma, reumatismo, alergias y las náuseas de pacientes con cáncer que toman quimioterapia.
Los hallazgos respecto a este medicamento forman parte de un estudio mucho más amplio titulado RECOVERY (Randomised Evaluation of COVid-19 thERapY), que compara los tratamientos potenciales que han surgido para tratar esta enfermedad.
Los antiinflamatorios forman parte importante de esta investigación, pues se busca a ayudar a los pacientes que son víctimas de una respuesta exagerada del sistema inmune llamada “tormenta de citoquinas”.
Lee: Qué es la mortal “tormenta de citoquinas” que provoca el COVID-19
Científicos y médicos de todo el mundo prueban con diversos tratamientos para elevar la tasa de sobrevivientes infectados con el coronavirus SARS-CoV-2.
Por ejemplo, la empresa rusa Gilead prueba con un nuevo compuesto de remdesivir, un antiviral que hasta el momento ha demostrado su capacidad para acortar el tiempo de recuperación de los pacientes con COVID-19.
Sin embargo, el fármaco que más ha causado polémica es la hidroxicloroquina, pues muchos países la han suspendido por generar más daños que beneficios; aunque las pruebas han sido suspendidas y reactivadas en diversas ocasiones.