‘Cien años de soledad’ …y vallenatos
Además de la literatura y el periodismo, al autor le fascinaba la música latina, sobre todo los ritmos tropicales, esos que pertenecen "a la gente".
María Alesandra Pámanes
https://www.youtube.com/watch?v=9g_di_p-1pY
Además de la literatura y el periodismo, al autor le fascinaba la música latina, sobre todo los ritmos tropicales, esos que pertenecen “a la gente”.
El fallecido Gabriel “Gabo” García Márquez era un aficionado de todo tipo de ritmos y sonidos, “desde las canciones ya históricas de Rafael Hernández y el Trío Matamoros, hasta las plenas de Puerto Rico, los tamboritos de Panamá, los polos de la Isla de Margarita en Venezuela, o los merengues de Santo Domingo. Y por supuesto, la que más ha tenido que ver con mi vida y con mis libros: los cantos vallenatos de la costa Caribe de Colombia”, declaró en alguna ocasión.
Creía que la música “guapachosa” nunca pasaría de moda, le fascinaba el sonido alegre y tropical, incluso declaró en vida que “sin ironía, nada me hubiera gustado en este mundo que haber podido escribir la historia hermosa y terrible de Pedro Navajas”.
Cuando obtuvo el Premio Nobel de Literatura en 1982, Gabo festejó bailando vallenato con músicos colombianos en Estocolmo, Suecia. Ese mismo año, el que fuera escritor, periodista y guionista colombiano confesó en su artículo titulado “Bueno, hablemos de música” que nunca logró escribir con música de fondo, “porque le presto más atención a ésta que a lo que estoy escribiendo”.
A pesar de que creció escuchando vallenatos colombianos, García Márquez disfrutaba escuchar música clásica, pero no le gustaba que la denominaran de esa manera, ya que decía que la música popular también es culta –y clásica–, “aunque de una cultura distinta. Aun la simple música comercial, que no siempre es tan mala como suelen decir los sabios de salón, tiene derecho a llamarse culta, aunque no sea el producto de la misma cultura de Mozart. Al fin y al cabo, los grandes maestros de todos los tiempos saben que el manantial más rico de su inspiración es la música popular”.
Cuando le preguntaron al autor de la célebre novela “El coronel no tiene quién le escriba” qué disco se llevaría a una isla completamente desierta, éste contestó sin titubeo alguno: “la ‘Suite No. 1 para cello’ de Johann Sebastian Bach”.
Gabo no solo era uno de los autores más representativos del realismo mágico y un aficionado de la música de todo tipo, también era un gran cantante. En entrevista para el diario El Financiero, la escritora y periodista mexicana Ángeles Mastretta declaró que Gabriel García Márquez le enseñó a venerar la música y agregó que tuvo “la suerte de cantar con él en muchas ocasiones, fue maravilloso”.
El también autor de la novela “El amor en los tiempos del cólera”, inclusive dijo que su obra literaria “Cien años de soledad” no era más que “un vallenato de 350 páginas”.
Y es que el vallenato lo llevaba en la sangre, no perdía oportunidad para bailar al ritmo de este sabroso género musical y hasta se llegó a declarar fanático del cantante, compositor, arreglista y acordeonista regiomontano Celso Piña.
Gabo y el apodado “El rebelde del acordeón” no hablaban con mucha frecuencia, pero se tenían admiración y cariño mutuamente.
Celso se encontraba en Veracruz cuando se enteró de la muerte de Gabo, el jueves 17 de abril, y no dudó en expresar su lamento ante el deceso: ” Él me regaló uno de sus libros y ahí me puso que él era mi hincha, que le gustaba mi música ahora que llegue a la casa ese libro lo voy a atesorar mucho más (…) pero repito, creo que el maestro la gozó muy bien, hizo lo que quiso y nos deja un muy buen legado. Sabíamos que estaba internado pero nadie sabía realmente cuál era la gravedad del asunto”.
Libros para tus oídos
La obra de García Márquez está cargada de imágenes audiovisuales, su capacidad de ambientación era tal que el lector puede escuchar los sonidos propios de Macondo.
Cada una de sus novelas e historias cortas entrelazan la fantasía y el surrealismo con diálogos coloridos, con un uso del tiempo excepcional e imágenes que convierten al lector en un cómplice de los personajes y la narrativa misma.
Es por eso que la música también forma parte de la obra literaria de Gabriel García Márquez, ese espíritu “guapachoso” que desprendió el autor en cada ocasión en la que bailó sus tan queridos vallenatos, está presente en cada una de las letras que escribió. La armonía se destila en cada párrafo, convirtiendo la experiencia de leer en una sinfonía de arte, pasión e imaginación pura.
El escritor, guionista y periodista colombiano falleció el 17 de abril, en la Ciudad de México, a los 87 años de edad.
El escritor colombiano bailando y cantando en su cumpleaños número 85, en el 2012.
De vallenato a la música clásica
La “Suite No. 1 para cello” de Bach, es la música que se habría llevado García Márquez a una isla desierta.
No te pierdas el video en el que Gabo baila cumbia en un concierto improvisado en la ciudad de Monterrey, en el 2004.