“Cielos”, pieza dancística que habla sobre la mujer migrante

María Brezzo se inspira de su propia experiencia como migrante para hablar sobre el tema con la pieza dancística Cielos, la cual abunda sobre la situación de las mujeres migrantes
Karina Corona Karina Corona Publicado el
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Durante su niñez, la bailarina María Brezzo vivió la dictadura de Uruguay que surgió tras el golpe de Estado del 27 de junio de 1973, por lo que para ella, el exilio, la migración y el desplazamiento forzado fueron temas muy comunes a lo largo de su vida.

Tras varios años de experimentar en carne propia “una urgencia por migrar”, la artista uruguaya consideró que era tiempo de plasmar en el lenguaje escénico sus inquietudes en torno a la situación de las mujeres migrantes en México. El resultado es Cielos, pieza que se interpretará en el Teatro de la Danza Guillermina Bravo del Centro Cultural del Bosque.

“Me tocó no solamente migrar a México, sino también recibir a migrantes, o sea, que también es otra experiencia; es un tema que me llega en lo personal, pero también me parece muy interesante. Cuando lo investigas te das cuenta de que es muy enriquecedor, porque se está hablando desde muchas disciplinas”, explica Brezzo.

En entrevista con Reporte Índigo, la coreógrafa abunda en que con Cielos se quiere unir a una red de activismo en relación con la mujer migrante.

Se trata de un solo dancístico  interpretado por la bailarina Flor Bucio, a través del cual Brezzo busca hacer un acto de resistencia. Partió de la experiencia personal de la coreógrafa y de una investigación alrededor de este fenómeno en México.

“Trabajo el cuerpo como un territorio, por ejemplo, no solamente estamos hablando de migraciones como cambiar de país en una situación muy precaria, de muchísimo riesgo, donde la vida está ahí con puntos suspensivos, sino también hablar de migrar de un género a otro o de nombre.

“Creo que migración está muy vinculada a la identidad y esa identidad también se afecta, migra, no solamente es un estado legal”, aclara la bailarina.

Brezzo señala que Cielos es una obra que pretende influir para transitar hacia otro tipo de representaciones escénicas más sutiles y empáticas con la realidad de muchas mujeres migrantes y familiares.

También propone nuevas narrativas coreográficas que cuestionen el relato de la realidad que viven las mujeres en México.

“Existen situaciones muy precarias cuando una mujer migra de forma ilegal, y algo que me parece fundamental es el tema ético en estos temas, cómo se plantean, y desde dónde. Pero me di cuenta que lo quería abordar desde lo luminoso, y no de lo triste y doloroso, que también forma parte de esto, por supuesto. A la narrativa le quito el drama y dejo el sentimiento a flor de piel”, detalla.

Cielos se estrenará en el Teatro de la Danza Guillermina Bravo del Centro Cultural del Bosque. Ofrecerá funciones: 30 y 31 de marzo, a las 20:00 horas; 1 de abril, 19:00, y 2 de abril, a las 18:00 horas

El público tendrá voz

La pieza, que tendrá funciones a partir del 30 de marzo, también invita al público a que compartan sus experiencias sobre la migración. De esta manera, Cielos se irá desarrollando de acuerdo con las diversas anécdotas de quien desee participar.

“Estará una fisioterapeuta que dará un masaje en la escena, un par de voluntarias y después también hay un espacio abierto a la escucha de estos relatos de migración de parte del público”, abunda.

La bailarina aclara que no es una pieza que narre una situación específica, es más el concepto de migración y qué pasa con el cuerpo y qué migraciones están sucediendo en el mundo contemporáneo.

“No estoy revelando nada nuevo, evidentemente. Es una problemática muy compleja que se está transformando a medida que voy profundizando en este tema. El año que viene quisiera trabajar más la migración de las bacterias, las interespecies, agregar lo que muchos filósofos, y pensadoras están abonando y así crear un tríptico sobre el tema”, concluye María Brezzo.

El título

Brezzo compara las migraciones que se dan por tierra con las constelaciones del cielo, las cuales parecen los pasos que las mujeres han recorrido hasta llegar a su destino.

“Se intenta hacer un paralelismo y una metáfora entre lo que pasa en el país a nivel geográfico y político para colocarlo en el cielo, en sus constelaciones. La vía láctea planteada como una cartografía feminista que visibiliza las migraciones de mujeres en México”, explica.

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