Chuy Campos y Veka Duncan revelan los enigmas de la Ciudad de México

En Luis y Caro vs los Fantasmas de la Ciudad, los historiadores Chuy Campos y Veka Duncan sumergen a los lectores en los misterios de la capital del país. La obra trasciende la crónica histórica al fusionar lo sobrenatural con la historia tangible
Karina Corona Karina Corona Publicado el
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En las intrincadas calles empedradas de la Ciudad de México, donde el pasado y el presente se entrelazan, el historiador Chuy Campos, junto con la divulgadora e historiadora Veka Duncan, invita a desentrañar los misterios ocultos entre fachadas centenarias y callejones olvidados.

Con su obra Luis y Caro vs los Fantasmas de la Ciudad (Penguin Random House), sumergen a sus lectoras y lectores en una narrativa que trasciende la crónica histórica convencional al fusionar lo sobrenatural con los aspectos tangibles de la historia de la capital mexicana.

En entrevista con Reporte Índigo, Campos destaca la dualidad única de la Ciudad de México, una urbe que se erige como testigo silencioso de siglos de acontecimientos, conservando no solo edificios añejos, sino también los susurros de sus fantasmas.

“Vivimos en una ciudad que tiene edificios que apenas se mantienen en pie, pero que conservan un gran patrimonio histórico, su fantasía, sus fantasmas. Ese añejo que tienen ciudades como La Habana. Lo que quisimos fue mostrar a los niños que este centro antiguo tiene mucha historia y que esa historia va acompañada de fantasía.

“Tanto Vekita como yo quisimos mostrarles cómo vemos la ciudad, cómo la ven los niños, pero también mi hijo y el sobrino de Veka, Patricio, estuvieron inmiscuidos en la cuestión de las imágenes, fueron los primeros lectores de esta obra que tiene el objetivo de mostrarles que la ciudad es fantástica”, relata el historiador.

Chuy Campos revela la complejidad de escribir desde la perspectiva de un niño. A través de este dilema, el autor invita a reflexionar sobre cómo, a medida que se adentra en la adultez, se corre el riesgo de perder de vista la magia que los niños ven en cada rincón de la ciudad.

La participación activa de niños en la creación de la obra agrega un toque genuino. Esta colaboración directa con jóvenes lectores no solo enriquece la narrativa, sino que también sirve como recordatorio de la importancia de mantener viva la chispa de la infancia en la exploración de la historia.

“Es complicado escribir en la voz de un niño, es como la traición de Peter Pan de James Barry, cuando Peter Pan llega a la ventana de Wendy y le dice, ‘¿por qué creciste? Habíamos quedado que tú nos ibas a cuidar’, un poco así nos pasa a los adultos, vamos dejando el niño y vamos creyendo que la vida es un poquito más seria, pero hay veces que nos aterrizan los propios niños, ellos me contagian un poquito de ese niño que fui en algún momento”, dice.

Una historia de fantasmas

Imagina si existiera un artefacto mágico capaz de revelar la presencia de fantasmas y otros seres sobrenaturales. Esta interrogante plantea Luis y Caro vs los Fantasmas de la Ciudad, historia en la que los protagonistas se embarcarán en la búsqueda de antiguas reliquias que les permitirán realizar viajes al pasado, descubriendo así las leyendas y la verdad oculta que la ciudad resguarda en sus misterios nocturnos.

Sin embargo, tendrán que luchar contra aquellos ambiciosos que, por sed de poder, buscarán obtener los vestigios sagrados para hacer el mal.

“Los personajes de Luis y Caro reflejan un poquito lo que fuimos Vekita y yo, aunque yo siempre aclaro que el personaje de Luis está basado en mi hijo. El objetivo que tenemos todos los divulgadores es quitarle lo solemne a la Historia, yo lo hice desde muy joven, porque soy muy anarquista en mi forma de ser, siempre he tratado de quitarle lo solemne a casi todo, pero la Historia particularmente me preocupa.

“Se juntó el hambre con las ganas de comer y hacer algo que nos importa; el resultado fue este libro que toca temas sensibles e históricos de una manera amena. El reto de cómo la literatura infantil puede ser una puerta de entrada para por ejemplo la educación histórica”, explica Chuy Campos.

La enseñanza a través de la literatura

En un mundo donde las nuevas generaciones se sumergen en la información visual y kinestésica, el historiador Chuy Campos destaca la necesidad de adaptarse a estos cambios. Para él, la idea de que el conocimiento sólo proviene de los libros es una reliquia del pasado, y ahora es crucial incorporar diferentes formas de aprendizaje, desde TikTok hasta ilustraciones impactantes.

“Uno desde su arrogancia se niega, dices ‘solamente el libro produce conocimiento’ y eso es del siglo anterior, pero aún hay que demostrarles que la lectura no es aburrida”, destaca.

En el ámbito de los fantasmas y la historia de la ciudad, Campos comparte su experiencia como “cazador de fantasmas” durante 20 años. Él ve a los fantasmas como denuncias de eventos sensibles y encuentra la importancia de darles voz.

“Como historiador es justo ver que cada fantasma es la denuncia de algo sensible, no se vuelve fantasma porque sí, sino porque fue violentado por algo. Como al fantasma que nombramos como La Verónica, desde el siglo XII se aparece en los espejos y representa la verdadera imagen de lo que tú eres y también de lo que pudo haber pasado; gracias a ese conocimiento y el de Veka de los inmuebles y del arte se dio la mezcla divertida”, comenta.

En la reflexión sobre la educación infantil, Campos aboga por despojar a la historia de su solemnidad. Un ejemplo de esta perspectiva se manifiesta en la participación del artista Gerardo Murillo “Dr. Atl”.

Este personaje crucial actúa como guía para los protagonistas en sus travesías por la ciudad. Tanto Veka como Chuy optaron por incorporarlo al relato, influenciados por su admiración hacia el artista y su particular visión del mundo.

“Me sorprende lo inteligentes que son las y los niños; me sorprende que no les crean o no les den voz. Pero, como decía Benedetti, son pequeños geniecitos, pequeñas grandes superpotencias. Así que con este libro queremos darle voz a ese pensamiento crítico, porque son nuestros grandes maestros”, concluye Campos.

Así nació su amor por la Historia

Chuy Campos revela que su amor por la Historia tiene raíces en las enseñanzas de su padre. Recuerda con cariño los momentos de su infancia cuando su papá le incentivaba a aprender sobre los apóstoles y los mitos, mostrándole la valía de estas historias aparentemente simples.

“De chavito quería ser carpintero y astronauta. Después ese gusto por la Historia surgió quizá un tanto por mi forma de entender luego el mundo, se fue haciendo más importante hasta que se convirtió en mi oficio”, comparte.

Su opinión sobre el plan de estudios y la Historia

Chuy Campos aboga por quitarle lo solemne y presentarla como un cuento accesible. Su enfoque es desmitificar a los personajes históricos y acercarlos a la realidad, humanizarlos. En última instancia, busca romper con la formalidad tradicional y hacer que la historia sea más apasionante y relevante para las nuevas generaciones.

“A mí no me ayudó el plan de estudios, me causaron muchos conflictos porque suenas un tanto arrogante. Después aprendí a contar las cosas sin escucharme tan petulante y ahí fue cuando empecé a escuchar mi voz, porque la universidad pervierte tu voz, piensas que debes escucharte como los maestros y lo que tienes que hacer es curarte de ellos. Encontré que en las cosas simples está la mejor explicación”, opina Campos.

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