“El programa número uno de la televisión humorística”, Chespirito, dejó de aparecer en la pantalla chica. Los casi 50 años de su transmisión y retransmisiones llegaron llegaron a su fin y aún no se tiene una postura oficial por parte de Grupo Chespirito, comandado por los hijos del actor y escritor Roberto Gómez Bolaños.
“Mi familia y yo esperamos que pronto esté Chespirito en las pantallas del mundo. Seguiremos insistiendo, y estoy seguro que lo lograremos”, anunció Roberto Gómez Fernández, hijo y heredero de Gómez Bolaños.
Y aunque Roberto no especificó las razones del porqué los programas de su padre dejarán de transmitirse, Édgar Vivar, quien interpretó a “El Señor Barriga” en “El Chavo del Ocho”, declaró que por el uso de los derechos de los personajes de Gómez Bolaños terminaron su contrato con Televisa el pasado 31 de julio, y el problema fue que esta empresa ya no quiso pagar por ellos.
Por lo tanto, todas las creaciones de ‘Chespirito’ regresaron a sus herederos, quienes podrían volver a negociar con Televisa, esperar propuestas de otras televisoras o plataformas, o simplemente crear con los personajes originales otros programas.
Al respecto, el actor y director Fernando Bonilla comparte que la creación de otros contenidos podría ser una opción muy válida para la familia de Roberto Gómez Bolaños, pues así aprovecharían para presentar nuevos formatos que vayan acorde con la sociedad actual.
Para Bonilla, aunque el contenido que Gómez Bolaños fue muy aclamado en sus años de proyección, hoy en día ya no tiene mucha cabida, especialmente luego de las luchas en favor de la no discriminación y de que el humor y la comedia ya se manejan desde otro ángulo.
En diferentes sketches de Chespirito, como “Doctor Chapatín” o “El Chavo del Ocho”, aparecen diálogos poco convenientes para los televidentes, pues se critica la fisonomía de otros personajes, e incluso se tocan aspectos sexuales poco apropiados.
–Hemos notado que el Doctor Chapatín enamora a las mujeres sin importar la diferencia de edad. ¿Sería capaz de casarse con una mujer de 28 años? -le preguntan al personaje de Gómez Bolaños.
–Prefiero a dos de 14.
–A propósito, llegó al programa el siguiente telegrama: ‘Averguénsome ver, Doctor Chapatín, que enamora a niñas menores de edad’.
–¡Falso, me están levantando falsos! ¿Quién firma ese telegrama?
–Una niña de 12 años.
–¿Y no mandó su fotografía? -dice el personaje con tono interesado.
Este diálogo de “Doctor Chapatín” fue transmitido en televisión abierta, haciendo ver que la atracción a menores de edad, la pedofilia, era algo divertido.
De acuerdo con el Artículo 63 de la Ley Federal de Radio y Televisión, están prohibidas todas las transmisiones que causen la corrupción del lenguaje y las contrarias a las buenas costumbres, ya sea mediante expresiones maliciosas, palabras o imágenes procaces, así como frases o escenas de doble sentido.
Gabriela Bautista, crítica de cine y académica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), comparte que los programas de Gómez Bolaños, además de promover la burla hacia los otros, normalizaba esos actos en la sociedad, llegando incluso a romantizar la idea de la pobreza con “El Chavo del Ocho”.
De acuerdo con Bautista, la postura de Grupo Chespirito ahora debería ser de comprensión y decir “nos hemos dado cuenta que este es un proyecto que va en contra de todas las luchas sociales, así que proponemos otra serie o proyectos que sí vayan acorde con los derechos humanos y la integridad de las personas”.
Chespirito podría tener una oportunidad en plataformas
Ya que los programas de Roberto Gómez Bolaños quedaron fuera de las pantallas televisivas, tanto Gabriela Bautista como Fernando Bonilla sugieren pasar ese contenido a plataformas como YouTube, para sólo ser vistas por personas que así lo deseen.
De esa forma, Fernado García, académico de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón, comparte que la gente dejaría de ser un televidente pasivo, el cual siempre está en espera de consumir cualquier proyecto dictado por las televisoras convencionales.
Asimismo, Gabriela Bautista sugiere transmitir los contenidos de Gómez Bolaños en un canal de televisión privado para que los televidentes que quieran ver este tipo de entretenimiento paguen para hacerlo.