Este caso fue apodado como el “Chernóbil mexicano”, pero no hay certeza de cuántas víctimas con padecimientos dejó el incidente: Foto: Especial

“Chernóbil mexicano”: Así ocurrió el mayor accidente nuclear de América con Cobalto-60

El mal manejo del material radioactivo provocó que este se esparciera por 17 estados de México e incluso por Estados Unidos

Uno de los accidentes nucleares más recordados de la historia es el de la explosión en la central de Chernóbil; no obstante, en México también se presentó un caso grave por el mal manejo de material radioactivo durante la década de los 80.

Su impacto fue tal que ha sido apodado como el “Chernóbil mexicano” e incluso es considerado como uno de los mayores accidentes nucleares de América, ¿conoces la historia de la contaminación por cobalto-60?

¿Cómo empezó el peor incidente nuclear de América en Chihuahua?

Todo comenzó debido a que el Centro Médico de Especialidades de Ciudad Juárez compró una unidad de tratamiento con cobalto-60 fabricada en Estados Unidos, el 25 de noviembre de 1977.

El cobalto-60 es un material radioactivo que se utiliza en el área de la salud para combatir el cáncer, no obstante, también puede llegar a ser tóxico para las personas si la exposición a este material es elevada, de acuerdo con el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA)

A pesar de sus aplicaciones médicas, su importación debía contar con un permiso expedido por la Comisión Nacional de Seguridad Nuclear y Salvaguardias (CNSNS); sin embargo, el organismo nunca fue notificado y no se contaba con la autorización.

Y, aunque se logró llevar hasta el centro médico sin supervisión, el aparato jamás fue utilizado por el personal de salud, ya que no contaban con el personal capacitado para que manejaran la máquina de manera adecuada.

Por este motivo, la unidad de tratamiento con cobalto-60 fue almacenada durante 5 años, hasta que 6 años más tarde, el técnico de mantenimiento de la clínica Vicente Sotelo Alardín sacó la máquina del Centro Médico de Especialidades.

Sobre el motivo por el cual tomó la unidad de cobalto-60 hay varias versiones, ya que el hombre asegura que le dieron permiso de tomar la máquina; los directivos indican que no dieron su autorización y otra teoría apunta que le habrían indicado que desmantelara el aparato.

¿Por qué una máquina de radioterapia terminó en la chatarra?

Sea cual sea la versión original, el técnico, sin saber que tenía en sus manos material radioactivo desarmó la unidad con el objetivo de venderla a la chatarra.

Para esta labor, Sotelo pidió apoyo a su amigo Ricardo Hernández, quien lo ayudó a destruir la máquina y subir las piezas a una camioneta Datsun blanca, de acuerdo con el informe “Accidente por contaminación de cobalto-60 México 1984” de la CNSNS.

Para ello, los hombres se deshicieron del cabezal, del cual extrajeron un cilindro, en el que estaba el cobalto-60. Este fue perforado provocando que los 6 mil balines de 1 milímetro de diámetro de material radiactivo se regaran en el auto.

Pero no solo eso, ya que una vez listos, se dirigieron al depósito de chatarra conocido como el Yonke Fénix, por lo cual los pequeños fragmentos también fueron dejados por todo el camino desde el centro médico hasta el sitio.

Además, una vez que llegaron a este lugar, el material radioactivo se mezcló con el resto del fierro viejo y las grúas del deshuesadero. No obstante, lo más peligroso llegó después, debido a que el material fue vendido a dos fábricas.

El material contaminado llegó a Estados Unidos y 17 estados de México

Se tratan de Aceros de Chihuahua (Achisa) una fábrica de varilla de construcción en la capital del estado; y Falcon, empresa que se encargaba de fabricar soportes para mesa.

De esta forma, utilizaron el material contaminado que compraron para realizar sus productos a tan solo 8 días de que la máquina fue extraída del hospital. Tras ello, el 1 de enero de 1984 comenzó la exportación de la varilla y las bases de mesas a Estados Unidos.

Además, los productos también fueron vendidos en 17 estados de México, en donde fueron utilizados para la construcción de edificaciones, algunas de las cuales posteriormente fueron demolidas.

De esta manera, la contaminación por cobalto-60 se extendió por gran parte del territorio nacional, llegando hasta la frontera, en donde, por una casualidad fue detectada la alta cantidad de radiación, revelando el accidente nuclear.

¿Cómo lo detectaron?

Durante poco más de un mes nadie se había percatado de que el material contaminado se estaba esparciendo por diferentes lugares, fue hasta el 16 de enero que las autoridades de Nuevo México en Estados Unidos se dieron cuenta.

Lo anterior, debido a que un camión de carga pasó cerca del Laboratorio Nacional de Los Álamos, lo cual detonó los detectores de radiación y comenzaron a investigar qué había pasado.

 

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De esta manera, revisaron las cámaras de seguridad para encontrar qué es lo que había activado el sistema de radiación, dando así con el camión de la empresa Achisa. Ante esto, las autoridades dieron aviso a México.

¿Qué sucedió después?

Es así que la CNSNS comenzó una investigación al respecto y se trasladó hasta Ciudad Juárez para encontrar el rastro del material radioactivo, lo cual ocurrió hasta el 19 de enero de 1984.

Esto quiere decir que transcurrió alrededor de un mes con 13 días desde que la máquina salió del hospital hasta que las autoridades descubrieron la radiación. Tiempo en el cual, incluso ya habían usado los materiales en construcciones.

Pues con la chatarra contaminada produjeron 30 mil bases para mesa y 6,600 toneladas de varillas. De esta manera, encontraron además que Yonke Fénix y Achisa estaban contaminadas.

Así como todos los lugares por donde pasó el vehículo en donde fue transportada la máquina. Por lo cual buscaron la pequeña camioneta Datsun, la cual pasó cerca de 40 días estacionada debido a una falla mecánica.

En México, se comenzaron a inspeccionar alrededor de 17 mil 600 construcciones, de las cuales 814 tuvieron que ser demolidas: Foto: CNSNS

Esta situación llamó la atención, ya que las lecturas de niveles de radiación llegaron en un momento hasta 1.000 R/h, lo cual se considera muy alto: “Con una exposición de una hora, a cuerpo completo, puede morir la persona”, explica a BBC Mundo el doctor Epifanio Cruz, de la UNAM.

Por este motivo, la camioneta fue llevada a un lugar poco poblado y comenzaron a limpiar y descontaminar las fábricas en donde estuvo el material radioactivo; además, se comenzaron a recuperar los productos.

En México, se comenzaron a inspeccionar alrededor de 17 mil 600 construcciones, de las cuales 814 tuvieron que ser demolidas, según el informe, en el cual también se detalla que 4 mil personas resultaron “expuestas a la radiación“.

No obstante, encontrar el lugar en donde se dejó el material radioactivo fue un problema, ya que se necesitaba “un sitio apartado de la población, poca lluvia, sin contacto con fuentes de agua y con el menor riesgo de contaminación al medioambiente”, explica la BBC.

De esta forma, luego de que los materiales contaminados fueron llevados a diferentes lugares, se eligió un paraje desértico del sur de Ciudad Juárez llamado “La Pedrera” en donde se realizó una excavación para depositarlos.

Una vez que estuvieron ahí, fueron cubiertos con concreto, para neutralizar su efecto nocivo, lo cual ocurrió el 14 de febrero de 1984.

A pesar de lo grave de este accidente nuclear en México, no es el único en donde la población ha sido expuesta a materiales radioactivos, ya que entre junio y agosto de 1986 llegaron de Irlanda cinco barcos que transportaban leche en polvo contaminada con partículas de Cesio-137, sustancia altamente tóxica.

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