Charlas incómodas
Esta Navidad, si te toca sentarte a un lado de uno de esos familiares con el que poco o nada has convivido desde que tienes uso de razón, no tienes por qué sufrir si de pronto te ves en medio de una conversación sobre un tema trivial como el clima.
Eugenia RodríguezEsta Navidad, si te toca sentarte a un lado de uno de esos familiares con el que poco o nada has convivido desde que tienes uso de razón, no tienes por qué sufrir si de pronto te ves en medio de una conversación sobre un tema trivial como el clima.
De hecho, es una buena manera de empezar una conversación más profunda con cualquier extraño y hacerle saber que estás dispuesto a platicar, de acuerdo a la guía de cinco etapas para una conversación de éxito de Bernardo J. Carducci, profesor de psicología y director del Instituto de Investigación de la Timidez de la Universidad del Sudeste de Indiana, y experto en charlas superficiales.
“Lo que estás intentando hacer es averiguar si la persona quiere hablar contigo”, explicó Carducci a The Atlantic. “En una boda o fiesta, puedes hacer un comentario sobre el bufé”, que es otra estrategia para comenzar una charla: aludir a lo que sucede en el entorno.
Acto seguido, preséntate, sin ser parco. Intenta compartir algún detalle que se preste para prolongar la conversación, como qué es lo que haces en tu empleo, no solo a qué te dedicas.
“Una buena introducción personal ayuda a llevar la conversación adelante”, apuntó Carducci a The Wall Street Journal.
La siguiente etapa consiste en la “Preselección de temas”, en la que uno comparte su gusto por un hobby, por ejemplo, con la intención de que el otro dé algún tipo de retroalimentación, todo con el objetivo de que la conversación siga fluyendo.
Después se conecta con temas que arrojen más información de interés que inmediatamente dé pie a seguir conversando sobre otros asuntos.
“La buena conversación consiste en desarrollar temas”, dijo.
Por último, hazle saber al otro que deseas terminar la conversación, agradeciendo la misma y destacando algo que se haya dicho “(…) para que sepan que has estado escuchando y no solo asintiendo tu cabeza”, sugirió Carducci a The Atlantic. Y si lo deseas, busca una oportunidad para continuar con la plática en otro momento.
Y no te exijas tanto para tener una charla espontánea con alguien que no sea tan allegado a ti o con quien no tengas confianza. “El peor error que cometen las personas que son malos para las pequeñas conversaciones es que no logran empezar”, dijo Carducci. “Ponen toda esta presión sobre ellos mismos. Todo lo que realmente tienes que hacer es ser agradable”.