Repasando los temas de grandes artistas del jazz como Duke Ellington, Sammy Nestico y William James “Count” Basie, entre otros, pero desde una mirada infantil y juvenil mexicana, nació una agrupación de big band que es única en su haber y que fue impulsada por el saxofonista Pavel Loaria, un 30 de abril de 2016.
Así, en esa fecha se juntaron tres celebraciones importantes: Día del niño, Día Internacional del Jazz y el aniversario de creación de la Pavel Loaria big band infantil y juvenil, la primera agrupación en todo México bajo este concepto.
“Tras estudiar un diplomado con el maestro Joe Temperlay, en la escuela Juilliard, en Nueva York, el maestro me muestra a las big bands infantiles y juveniles, quedé asombrado y regresé a México buscando bandas similares para poder apoyar lo que había aprendido y me llevo la sorpresa que no teníamos ninguna”, describe Loaria, vía telefónica.
Para dar pie a esta máxima celebración, el ensamble musical se presentará mañana, 1 de mayo, en el Lunario del Auditorio Nacional, a puerta cerrada, para ofrecer un concierto en vivo que será transmitido completamente sin costo en las redes sociales del recinto y de la banda de jazz.
El saxofonista revela que cuando convocó y se reunió a los aspirantes suficientes para formar la big band, para nada tenía pensada la fecha del 30 de abril, así que fue un hecho fortuito que terminó llegando a ese día especial; a partir de ahí fue que se sumó esta múltiple celebración cultural para la música, el arte y las infancias mexicanas.
“Ese Día del niño de 2016 coincidió con todo, fue muy temprano el primer ensayo, nos vimos a las 10:00 de la mañana y también fue una manera de darles la bienvenida, de poder compartir un poco de música. Empezamos montando ‘La pantera rosa’ en la big band para que los niños y jóvenes se identificaran con algo que habían escuchado”, comparte el músico a Reporte Índigo.
Loaria, además, revela que todos los integrantes de esta big band rondan las edades de entre 7 y 21 años y provienen de distintos extractos culturales y socioeconómicos, sin ninguna discriminación de por medio. Varios de ellos, incluso, ya empiezan a posicionarse en el mundo profesional de la música.
Contra viento y pandemia
Cuando llegó la crisis sanitaria a México el año pasado, los ensayos de la big band infantil y juvenil tuvieron que suspenderse. Pavel Loaria notó las complicaciones de poder llevar una práctica virtual, debido a que varios de los integrantes se encuentran sin la tecnología necesaria para lograrlo, así que decidió que el proyecto se pausara.
“Hay muchos que se pueden conectar a Internet, otros que no, no podemos obligar absolutamente a nadie; entonces, tuvimos que detenernos totalmente, el segundo semestre más o menos tuvimos la oportunidad de juntarnos un poco”, platica.
Para que los pupilos musicales siguieran con interés por el jazz desde casa, el saxofonista pudo convocar a una clase maestra con Ron Carter, contrabajista afroamericano octogenario, quien tiene el récord Guinness de ser el mayor músico en su especialidad en tener más discos grabados en la historia, ya que tiene dos mil 221 álbumes en su discografía.
Fue a raíz de que se levantó el semáforo rojo que Loaria pudo reanudar ensayos, los cuales fueron paulatinos y además con horario reducido, algo completamente distinto a como sucedía con anterioridad.
“Nuestros ensayos regularmente eran de seis horas, ahora han sido de dos horas máximo, Ha sido un trabajo complicado, pero los chicos han demostrado este amor por la música, por el jazz, y ha sido sorprendente”, dice el músico.
Big band para todos
Cuando el proyecto inició hace cinco años, Pavel Loaria invitó, primero, a sus alumnos recurrentes para formar la big band juvenil, además de otros estudiantes de colegas cercanos
Como esta fue la primera agrupación dedicada al jazz desde el ámbito infantil y juvenil se corrió la voz cuando hicieron su primer concierto en agosto de 2016, y eran tantos los interesados que el músico tuvo que abrir cupo para un segundo ensamble.
“Dentro del proyecto la idea es que las clases sean gratuitas, como de ensamble, de fraseo de jazz, de improvisación y de armonía; entonces, llegó un momento que ya no podía dar todo esto porque eran demasiados y se tuvo que hacer una selección de los más disciplinados, más comprometidos, los más interesados en ser músicos profesionales a futuro”, agrega.
Desde que se inició la big band, explica Loaria, ha habido rotación, al menos en estos cinco años ya se encuentran en su tercera alineación de formación de músicos. A los que han crecido, el mismo saxofonista los ha orientado y ayudado a que se integren a otras agrupaciones de adultos.