Cegados por el peso
Fomentar buenos hábitos alimenticios es solo la punta del iceberg en los esfuerzos que se deben realizar para atacar la epidemia de la obesidad.
Y es que las percepciones erróneas del peso, aunado a la pobre educación en materia de salud, obstaculizan las estrategias para hacer frente a este problema.
Los resultados de dos nuevos estudios ponen en evidencia la complejidad de abordar el tema de la obesidad tanto en niños como en adultos.
Eugenia RodríguezFomentar buenos hábitos alimenticios es solo la punta del iceberg en los esfuerzos que se deben realizar para atacar la epidemia de la obesidad.
Y es que las percepciones erróneas del peso, aunado a la pobre educación en materia de salud, obstaculizan las estrategias para hacer frente a este problema.
Los resultados de dos nuevos estudios ponen en evidencia la complejidad de abordar el tema de la obesidad tanto en niños como en adultos.
En un estudio encabezado por investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de California, en San Diego, se encontró que los padres de niños obesos no suelen reconocer los riesgos para la salud asociados al exceso de peso.
La edad promedio de los hijos de los 202 padres que fueron encuestados era de 13.8.
La investigación, cuyos resultados fueron publicados en Journal of the Academy of Nutrition and Dietetics, reveló que 31.4 por ciento de los papás percibía que el peso de sus hijos era excelente o muy bueno, mientras que 28 por ciento ni siquiera consideraba que el peso de sus hijos como un factor preocupante para la salud.
Otro hallazgo fue que solo 41.1 por ciento de los papás aseguró que estaban intentando aumentar la participación de sus hijos en actividades físicas.
“Los padres tienen dificultades para cambiar los comportamientos dietéticos y actividad física de sus hijos”, dijo en un comunicado la pediatra Kyung Rhee, autora de dicha investigación.
Otra encuesta, que fue realizada por los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) dio a conocer que casi un tercio de los niños ni siquiera tenía una idea exacta de su propio peso.
La mayoría de ellos tenía exceso de peso, pero consideraba que su peso era normal.