Casa de mascotas, un retrato crudo de las parejas
Por primera vez en México se presentará Casa de mascotas, pieza teatral que pone en escena las vicisitudes de las parejas que sufren de la falta de comunicación en su relación
Karina Corona¿Hasta dónde se está dispuesto a callar con tal de que no se sepa la verdad? Bajo esta premisa, la obra Casa de mascotas cuenta la historia de dos matrimonios: Aarón y Eva; Nicole y Bill, quienes llenan uno de sus tantos vacíos con sus perros. Sus vidas cambian cuando Iago, el rottweiler de Aarón, devora al pequeño poodle de Nicole y Bill. Sin embargo, Eva y Aarón deciden mantenerlo en secreto.
Al respecto, el actor y productor de la obra, Tizoc Arroyo explica a Reporte Índigo que la obra, como primera capa, revelará lo que sucede con ambas parejas al ocultar la muerte de una de las mascotas y cómo este hecho afectará en su vida personal.
“La pieza trata sobre la relación de dos parejas en su búsqueda de procrear y tienen una mascota en sustitución. Algo que, de repente, hacen las parejas contemporáneas, al no tener hijos adoptan una mascota y cubren ese hueco; además, se convierte en catalizadora, es decir, a veces se vuelve el único vínculo en la relación” indica el actor.
Bajo la dirección de Antonio Castro, Casa de mascotas, profundiza en las relaciones de pareja al adentrarse en el universo de dos matrimonios contemporáneos, los cuales sufren de falta de comunicación y que asumen roles impuestos por la sociedad.
Los animales de compañía de ambas parejas llevan el hilo conductor de la historia, siendo éstas la razón de continuar juntos, pero ¿qué pasaría si ellas no estuvieran?
“¿Qué futuro puede tener una relación, cómo nos relacionamos los seres humanos con nuestras mascotas? Son preguntas que surgirán con la pieza, porque, a veces, son decisiones de vida fundamentales. Por ejemplo, cuando tienes mascota, se vuelven compañeros de vida y la relación que también tengas con ellas determina muchas cosas”, explica Arroyo.
Otro tema que aborda la pieza teatral es sobre los roles impuestos por las sociedad. En este sentido, la obra escrita por Micah Schraft hace alusión a la pieza de Henrik Ibsen, La casa de muñecas, la cual habla sobre cómo una mujer logra cambiar su vida al tomar decisiones propias.
“Somos hijos del heteropatriarcado, es una herencia cultural. Pero ha ido cambiando, y lo podemos ver, por fortuna, por esta corriente de pensamiento, desde las nuevas masculinidades y la equidad de género. En esta obra, por ejemplo, vemos que Eva es la mujer que lleva las riendas de la casa, es la proveedora”, explica.
Estos temas son tratados desde la comedia ácida y humor negro, hasta llegar a capas más profundas y dramáticas. Esto, a decir de Tizoc, es para poder llevar a escena la complejidad de las relaciones, el cuestionar sobre los “ideales de pareja”, el amor romántico y lo que ocurre después de un enamoramiento y su desgaste tras una rutina de vida.
Para el actor, esta pieza, además de reflexionar sobre su vida, la recibe como un regalo, pues le permitió salir de la zona de confort como profesional de la actuación, además de recordar un pasaje de su infancia.
“En los procesos de ensayo me acordé de todas las mascotas cercanas, a volver a habitarme cuando era niño y recordar cuando me mordió un perro, lo tenía bloqueado porque fue un impacto durísimo. Los personajes te dan estos regalos, las revisiones de tu vida.
“La sublimación y sanar el impacto a estas alturas de mi vida son los regalos que me deja esta obra”, concluye.
Su personaje
Tizoc Arroyo interpreta a Billy, un hombre que lidia con su adicción al alcohol.
“Es un guardia en un centro de detención para inmigrantes. Busca ser papá junto a Nicole, y por lo pronto, la mascota suple el lugar de ese hijo”, explica.
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