Tony Wilson, el legendario conductor de la televisión británica irrumpió la calma de los hogares europeos en agosto de 1976 al presentar a un cuarteto que nada tenía que ver con los trajeados Beatles de Liverpool.
Con una seria similtud a Alex DeLarge -el personaje de La Naranja Mecánica- Wilson junto a otros 41 ingleses fueron al auditorio de la primera presentación de los Sex Pistols en “So it goes”, el show televisivo de las mas vanguardistas propuestas musicales de mediados de la década de los setenta.
La transmisión comienza con Wilson a cuadro y una serie de pantallas que están detrás de él proyectan un mismo mensaje, que de manera sincronizada pasan a un primer plano con un simple desenfoque, este mensaje, invita a la gente a tomar precauciones ya que lo próximo que verán contiene lenguaje ofensivo. Justo cuando el conductor está por terminar se ve interrumpido por los gritos desesperados de Johnny Rotten, que son secundados por los instrumentos de sus compañeros, las cámaras hacen un corte directo a ellos y ellos, los Pistols, ya están listos para ofrecer su presentación en la caja idiota, listos a labrar -con destrozos- un nuevo camino en las montañas sinuosas del capitalismo inglés.
La maravilla de la tecnología permite encontrar un testigo de este momento en youtube, donde se ve a la alineación original de los Pistols integrada por Rotten en la voz, el guitarrista Steve Jones, el batería Paul Cook y el bajista Glen Matlock que tan solo unos meses después sería reemplazado por el afamado Sid Vicious a principios del año siguiente por ordenes del manager de la banda Malcom McLaren.
Esta poderosa actuación muestra a unos Pistols precisos y enojados, bien concentrados -paradoja de su filosofía anarquista- mirando de frente a la cámara, teniendo bien presente que este es el momento esperado, es la oportunidad de llegar a toda una generación nueva, una generación que no quiere vivir en los estragos de la vida que sus antepasados inventaron.
La actitud de los Sex Pistols penetra la pantalla, sus ropas reflejan sus vidas, se les ve su ira, están hartos de que la sociedad los mire con menosprecio.
Lo hecho por ellos nadie lo había logrado, alejados de todo virtuosismo musical, dan más importancia al carácter, logrando un choque entre lo visual y musical. Lo visto en el programa “So it Goes” fue totalmente nuevo para la época y llegó a los hogares de la juventud para ser el banderazo del cambio en una generación, por que ellos son los primeros en autoproclamarse jodidos y que el mundo está igual por que nadie quiere cambiarlo.
Después de esta aparición nada volvió a ser igual en la ciudad de Manchester, una oleada de música New Wave o Post Punk se hizo presente en la sociedad, los mensajes claros de desprecio y cuestionamientos a la sociedad hechos por los pistolas de sexo modificaron actitudes, generando una nueva era de rebeldía y anarquía presente en la industria de la música y de las pasarelas. El punk, despreciado en ese momento, iniciaba su camino a la consolidación en el establishment.