Carlos Fuentes: el escritor que estuvo en la mira del FBI por 20 años

Carlos Fuentes no sólo fue perseguido por EU. En México, al secretario del Trabajo de Vicente Fox, el panista Carlos Abascal, no le gustó que su hija leyera su libro "Aura" –en la secundaria católica donde estudiaba– y decidió censurarlo
Indigo Staff Indigo Staff Publicado el
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Aunque nació en Panamá, y vivió en Uruguay, Brasil, Estados Unidos, Chile y Argentina, Carlos Fuentes se definió como mexicano. Su obra estuvo dedicada en su mayoría a la identidad, e incluso participó activamente en la política nacional, y fue principalmente esta labor que provocó que durante 20 años, sus movimientos fueran monitoreados por el Departamento de Estado y el FBI de los Estados Unidos.

En junio del 2016, las autoridades estadounidenses revelaron que el intelectual fue visto en su momento como un “destacado escritor comunista”, además de tener un importante historial de “relaciones subversivas”.

Incluso, existió una orden emitida por Washington para retrasar su visa, cada vez que Fuentes intentara tramitarla.

El motivo más importante para haber estado en los ojos del “Tío Sam” fue formar parte del Partido Comunista Mexicano.

En el archivo –que reveló el FBI a través de su página web– había papeles internos y publicaciones periodísticas relativas al escritor y sus actividades

Por ejemplo, en 1962, el entonces subsecretario de Estado, Richard Goodwin, invitó a Carlos Fuentes para que hablara de la política de los Estados Unidos con América Latina. Sin embargo, la visa le fue negada.

Hay instrucciones de Washington para retrasar (la respuesta) si presenta la solicitud y esperar más instrucciones

En los documentos de Fuentes hay incluso recortes de periódicos sobre la cobertura de esta prohibición, debido a que fue replicada por muchos medios de comunicación.

Los Estados Unidos le abrirían las puertas al escritor más tarde. No obstante, siempre lo hicieron por poco tiempo:

El también periodista dio clases en algunas universidades estadounidenses, pero el FBI siempre lo tuvo entre ceja y ceja.

Debido a la importancia de Fuentes como escritor, la publicidad que han recibido las negativas de visa previas y su relación con dos universidades de Nueva York, no es deseable una investigación activa en este momento

Advertía un documento que fue enviado al director del FBI en 1970.

De acuerdo con este texto –al cual tuvo acceso la agencia AP–, Carlos Fuentes había tenido una “larga historia de relaciones subversivas y ha viajado a países (detrás de) la Cortina de Hierro y a Cuba”.

Era descrito como “fuertemente antiestadounidense”.

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VIDA Y MUERTE

Carlos Fuentes nació en Panamá pero vivió en Uruguay, Brasil, Estados Unidos, Chile y Argentina porque su padre era diplomático, representante del gobierno de Lázaro Cárdenas.

Llegó a vivir a México hasta los 16 años, sin embargo, él siempre se consideró mexicano.

Estudio Derecho en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y Economía en el Instituto Altos Estudios Internacionales de Ginebra.

Como su padre, se hizo diplomático en la década de los 60 y fue embajador de México en Francia. Pero en un acto de congruencia política, renunció a su encargo porque Gustavo Díaz Ordaz -presidente durante la matanza de estudiantes en Tlatelolco en 1968– fue nombrado embajador de España.

Su primer contacto con el periodismo y la literatura lo tuvo a los 7 años cuando realizó una revista con crayones donde comentaba libros y películas, además de los acontecimientos de su familia.

Gracias a Octavio Paz, Fuentes ingresó a El Colegio Nacional en 1972.

Durante su vida escribió más de 20 novelas, una ópera, 5 obras de teatro, 9 libros de cuentos; varios guiones de cine; libros de política y una biografía; ensayos, columnas de opinión y críticas literarias.

La obsesión de su obra fue la identidad del país y su habitantes (La Región Más Transparente, Agua Quemada o Terranostra como ejemplo).

Para algunos críticos, fue justo La Región Más Transparente la primera obra de la nueva novela hispanoamericana, además de que fue su creación más conocida.

Al escritor le fueron entregados 15 doctorados honoris causa por las universidades de Harvard, Cambridge y la UNAM, por mencionar algunas

En 1976 ganó el premio Xavier Villaurutia; el Premio Nacional de Literatura de México lo obtuvo en 1984; el Premio Cervantes, en el 1987; el Príncipe de Asturias, en 1994; y la Medalla Picasso de la Unesco, en el mismo año.

El 15 de mayo de 2012, Carlos Fuentes falleció en la Ciudad de México a los 83 años, por una hemorragia masiva originada por una úlcera gástrica

Un días después, sus restos fueron homenajeados en el Palacio de Bellas Arte, y, posteriormente, trasladados al Cementerio de Montparnasse, en París.

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LA CENSURA DE AURA

En el 2001, Aura se había convertido en un libro imprescindible para los estudiantes de secundaria.

Algunos profesores utilizaban este clásico de la literatura mexicana de 1962 como herramienta para acercar el lenguaje a los alumnos.

Sin embargo, para el secretario del Trabajo de Vicente Fox, Carlos Abascal, este libro iba más allá de la educación conservadora.

Encontró a su hija leyendo Aura en el 2001. Para el funcionario panista, algunas partes de la novela eran inapropiadas para una estudiante de tercer año de secundaria.

Entonces pidió que se tomaran medidas contra la profesora de su hija Luz Carmen, en el colegio de monjas Félix de Jesús Rougier.

“Felipe cae sobre el cuerpo desnudo de Aura, sobre sus brazos abiertos, extendidos de un extremo al otro de la cama, igual que el Cristo Negro que cuelga del muro de su faldón de seda escarlata, sus rodillas abiertas, su costado herido, su Corona de brezos montada sobre la peluca negra, enmarañada, entreverada con lentejuela de plata. Aura se abrirá como un altar. Murmuras el nombre de Aura al oído de Aura, sientes los brazos llenos de la mujer contra tu espalda. Escuchas su voz tibia en tu oreja: ¿Me querrás siempre?”, se convirtió en uno de los párrafos de la discordia.

A las mordaces críticas se le unieron el cardenal Norberto Rivera y la primera dama Martha Sahagún.

Tampoco faltaron las voces que se alzaron para acusar censura por parte del gobierno foxista: Carlos Monsiváis y Elena Poniatowska creyeron esta decisión como un golpe a la libertad de expresión.

“Cuando un libro es objeto de un acto de censura como que resucita el libro. ‘Aura’ fue objeto de un acto de censura que yo agradezco, porque gracias a esa censura se multiplicaron las ventas del libro. (….) Brincaron a 20 mil ejemplares a la semana. Imagínense ustedes, cosa que nos tenía felices a mi editor y a mí”, festejaba más tarde Carlos Fuentes. 

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