Caos y mucho perreo, así se vivió el concierto de Bad Bunny en el Estadio Azteca

Juan Gabriel, “Cielito lindo", shots, una pedida de mano, mucha música, luces y diversión, enmarcaron la presentación del puertorriqueño en el Coloso de Santa Úrsula
José Pablo Espíndola José Pablo Espíndola Publicado el
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El “concierto más esperado del año” sucedió. Bad Bunny trajo el perreo al Estadio Azteca y el caos a la Ciudad de México con su World’s Hottest Tour.

Esta noche nadie perro sola, porque entre amigos, alcohol, luces y mucha música, la noche tomó forma y la fiesta no paró. “Si yo no te escribo, tú no me escribe’, ey; Si tú quieres, te busco, yo sé dónde tú vive’” cantó el puertorriqueño y los gritos resonaron en “El coloso de Santa Úrsula”. “Benito, Benito”, Benito” coreaban más de 80 mil personas.

Mientras todas las gradas estaban a reventar, la cancha se percibía vacía. No todos estaban presentes, no todos cumplieron el sueño de poder ver a Benito Antonio Martínez Ocasio interpretar sus éxitos como “Me porto bonito”, “Un ratito”, “Efecto”, “Party” o “Tarot”. Alrededor del Azteca el caos se vivía, había lágrimas y no eran de felicidad ni emoción.

Miles de personas no pudieron entrar al concierto. Entre las que habían sido estafadas con boletos falsos o clonados y a las que el sistema de Ticketmaster le había jugado en contra por la saturación, el enoja y la impotencia hicieron de lo que prometía ser una gran noche, una pesadilla, síntoma de la corrupción que se vive en México alrededor de los conciertos.

 

“En cada lugar que me presento siempre lo dijo con mucho orgullo que representó a Puerto Rico y a todos los latinos, y eso incluye a mi gente de México, gracias por creer en mí y qué viva México”, expresó el cantante ante un público que lo dio todo.

Bad Bunny también recordó sus orígenes y agradeció a los mexicanos por siempre estar ahí y cumplir su sueño de presentarse en lugar tan grande y emblemático como el Estado Azteca. Con la porra “Benito, hermano, ya eres mexicano” y la canción “Cielito lindo” abrazaron al reguetonero durante la velada.

El público, quien portaba brazaletes que cambiaban de color y ritmo conforme la música lo marcaba, se mostró feliz y eufórica por estar ahí; Bad Bunny correspondió y al grito de “fondo, fondo, fondo”, se tomó dos shots de un solo trago.

“Ojitos lindos” sirvió para que una pareja se declarara su amor en el escenario y se comprometieran y la canción “Querida”, de juan Gabriel, fue el preámbulo para escuchar “Si estuviésemos juntos”. También sonaron “Safaera”, “Titi me preguntó”, “Dákiti” y “Yo no soy celoso”.

Las luces no pararon durante la noche y el cielo se iluminó con los fuegos artificiales que a lo largo del concierto se soltaron. Bad Bunny se elevó en su pequeña isla y recorrió el Azteca desde lo alto cantando “La canción”. El escenario también simulaba una playa, con sus palmeras y arena.

 Aunque la cancha del Estadio Azteca nunca se llenó durante la noche, los afortunados, los que sí pudieron conseguir boleto y entrar al Coloso de Santa Úrsula fueron testigos de uno de los mejores conciertos del año. El “Conejo malo” no decepcionó.

Fuegos artificiales y muchas luces marcaron el final de la fiesta y la promesa de que esta no sería la última vez.

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