Canción de protesta, libro que convoca a los jóvenes a hablar sobre las desapariciones
El volúmen de Daniela Rea y Adolfo Córdova teje una historia de ficción sobre esta dolorosa realidad que aflige a los jóvenes con fragmentos de canciones, poemas y otros recursos literarios y artísticos
Abida VenturaEn México, niñas, niños y jóvenes son las principales víctimas de desaparición forzada. Una dolorosa realidad de la que no se habla frecuentemente, pese a que está en los noticieros y medios de comunicación todos los días. Canción de protesta por lxs jóvenes detenidxs desaparecidxs, libro de Daniela Rea y Adolfo Córdova, quiere ser ese espacio donde este grupo vulnerable pueda enunciar sus miedos, sentimientos e ideas sobre esta situación que impera desde hace décadas en el país y en Latinoamérica.
“Más que enseñar algo, lo que nos gustaría proponer es un espacio para escucharles, donde se pueda hablar de las desapariciones, pero también para que ellos mismos reconozcan toda la potencia que tienen, esa potencia de vida, de rebeldía, de conocimiento, de ganas de hacer cosas para responder a este crimen”, comenta en entrevista con Reporte Índigo la periodista y escritora Daniela Rea.
El libro, que se presentará durante la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería el domingo 25 de febrero, es una especie de canto colectivo, donde la historia de un personaje ficticio, Lupe, se va tejiendo con fragmentos de canciones, poemas, cuentos, novelas, ensayos, testimonios y entrevistas.
Lupe, que vive con su padre, decide un día abandonar su casa huyendo de las restricciones e injusticias del mundo adulto. En el camino se encuentra a Gato Montés, un chico que sobrevivió a una desaparición forzada y que ahora ayuda a otras personas a buscar a sus desaparecidos.
El relato es acompañado en su mayoría por ilustraciones de Rosario Lucas, algunos dibujos realizados en talleres con jóvenes, niñas y niños, fichas de búsqueda de personas desaparecidas, así como imágenes de obras exhibidas en 2022 en la muestra Giro gráfico. Como en el muro la hiedra, curada por la Red de Conceptualismos del Sur, en el Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC).
Retoman temas de Mercedes Sosa y Britney Spears
Publicado en la colección juvenil Hilo de Aracne por la Dirección General de Publicaciones y Fomento Editorial de la UNAM, la Dirección General de Artes Visuales y el MUAC, el volúmen está montado como una larga pieza musical, donde los samples son desde fragmentos de poemas y diversos recursos literarios hasta canciones de artistas como Mercedes Sosa, Silvio Rodríguez, Café Tacvba, Ely Guerra, Ana Tijoux, Fito Páez, Lila Downs, incluso Britney Spears.
“Britney Spears cabe aquí porque retomamos la historia de Fanny, una chica que desapareció en Torreón, Coahuila, a inicios de 2004. Ella es hija de Silvia Ortiz, fundadora del Grupo Vida. Una de las artistas favoritas de Fanny era Britney Spears y encontramos que la canción “Lucky” habla de una joven, y pensamos que una manera de nombrarla, de hacerla presente, era tejer un poquito de su historia con esta canción que le gustaba tanto”, explica Daniela Rea.
Así como el caso de Fanny, este relato retoma la historia de otros jóvenes desaparecidos, pero también la de quienes han huido por voluntad propia de entornos de violencia, otros que se han convertido en buscadores o que están proponiendo ideas para sobrellevar esta realidad.
El volúmen, cuenta la periodista, implicó un minucioso ejercicio de recopilación de materiales, ya que al final utilizaron fragmentos de cerca de 400 obras: “Ese ejercicio de recopilación fue bien bonito porque fue como una forma de hacer comunidad. Por un lado, reconocer todas esas voces que han estado ahí convocándonos y dándonos palabras para nombrar lo innombrable y, por otro lado, llamando a otras voces a que se sumen a hablar sobre esto”.
La importancia de hablar de desapariciones en el arte
Directora del documental No sucumbió la eternidad (2017), y autora de libros como País de muertos. Crónicas contra la impunidad (2011) o Recetarios para la Memoria, realizado en colaboración con madres buscadoras, Daniela Rea tiene claro que el arte y las palabras son dispositivos de protesta y memoria. Por eso considera necesario hablar de temas como la desaparición forzada desde la literatura y el arte, que son lenguajes que “permiten convocar a la gente a hablar sobre lo que duele y lo que importa”.
“La literatura, la música, la palabra hablada son lugares de resistencia porque son espacios para decir lo que no queremos. Una de las cosas que más me gustó de Canción de protesta es que empieza con un ‘No’, de parte de los jóvenes hacia los adultos. Es un ‘no queremos su forma, no queremos su indiferencia’. Y yo creo que estos lenguajes han sido lugares para la protesta y la resistencia desde la posibilidad de decir ‘No’, a lo que nos duele, a lo que nos violenta, excluye o nos borra”.
Pero el arte también es un lugar para decir sí a lo que se desea y se sueña, añade: “Creo que este libro logra ser un espacio de denuncia y también un lugar de resistencia al decirnos lo que sí podemos hacer y lo que sí deseamos”.
Canción de protesta, plantea la escritora y periodista, es un proyecto que se suma a otros que se están haciendo desde la literatura, el arte, el ensayo, el periodismo, la academia o el activismo con el fin de sumar miradas, formas de entender y responder a esa dolorosa realidad que viven millones de familias mexicanas.
“Es importante que se siga hablando del tema y tenemos que encontrar otras formas de contarlo, porque así también podemos plantear los distintos ángulos de impacto que tienen algo como la desaparición”, dice.
Una tradición musical que perdura
Entre las múltiples referencias musicales que incluye el volúmen hay conocidos representantes de la llamada “canción de protesta”, que tuvo su auge en las décadas de los 60 y 70 en Latinoamérica y que se catalogó como “Nueva canción latinoamericana”.
En la actualidad, aunque no sea la más popular, esa tradición musical sigue presente, considera Daniela Rea:
“Si bien la canción de protesta se identifica socialmente como la trova, porque fue la forma que tomó en los años 60, ahora hay muchas otras formas, tiene otros ritmos, el trap y otros géneros. Pienso en Mare Advertencia o hay una chica que tiene algo de canto cardenche; hay un reclamo de las violencias y del deseo de otras formas de vivir. Sí hay canción de protesta, solo que ya no es la trova como lo escuchamos en los 60” .