Cambios frecuentes, niños inestables

Cambiar a los niños de escuela puede tener un efecto negativo a largo plazo sobre su salud mental, de acuerdo con un estudio de la  Warwick Medical School.

El doctor Swaran Singh, jefe de la división de salud mental de la universidad, dirigió la investigación, en la que se estudió a cerca de 14 mil niños nacidos a principios de los años noventa, hasta que cumplieron 13 años.

Ana Paulina Valencia Ana Paulina Valencia Publicado el
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Cambiar a los niños de escuela puede tener un efecto negativo a largo plazo sobre su salud mental, de acuerdo con un estudio de la  Warwick Medical School.

El doctor Swaran Singh, jefe de la división de salud mental de la universidad, dirigió la investigación, en la que se estudió a cerca de 14 mil niños nacidos a principios de los años noventa, hasta que cumplieron 13 años.

Su objetivo era identificar los factores que se relacionaban con la psicosis, y para descubrirlos entrevistaron a las madres sobre la cantidad de veces que los pequeños habían cambiado de escuela antes de los nueve años. También entrevistaron a los niños sobre su experiencia con el bullying.

El análisis posterior sugiere que los niños que cambian de escuela más de tres veces en los primeros años de su vida tienen hasta el doble de riesgo de desarrollar síntomas como alucinaciones o pensamientos interrumpidos, característicos de la psicosis.

La teoría de Singh sobre las causas de esta relación es que entrar a una nueva escuela también implica comenzar como “el nuevo” y tener que integrarse a un nuevo grupo. En principio, esto provoca baja autoestima y sentimientos de exclusión.

La repetición de este patrón, señala Singh, contribuye a los síntomas psicóticos.

Además, el estudio descubrió que los estudiantes que se cambian frecuentemente son más propensos a ser víctimas de acoso, lo que también está asociado a la psicosis.

“Las experiencias repetidas de derrota en situaciones sociales generan cambios en el cerebro y en el sistema que produce dopamina”, menciona el doctor, “y algo sobre la marginalización y exclusión crónicas es dañino para la neurofisiología”. 

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