Cambio de horario: ¿por qué los días duran menos durante el otoño-invierno? La ciencia lo explica
Los días no sólo duran menos por retrasar una hora el reloj durante el horario de invierno, sino por la inclinación de la Tierra con respecto al Sol.
Indigo StaffDurante el horario de verano, la puesta del Sol sucede cerca de las 8:00 horas de la noche. Al retrasar la hora para cambiar al horario de invierno, la luz solar se va poco después de las 6:00 de la tarde.
¿Pero por qué si únicamente se atrasa una hora, el sol se oculta casi con dos de diferencia? Este fenómeno se debe a la misma razón por la que tenemos las estaciones del año (primavera, verano, otoño e invierno): la inclinación de la Tierra con respecto al Sol.
La Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) explica que el eje de la Tierra es un polo imaginario que atraviesa el centro desde arriba hacia abajo. Nuestro planeta gira alrededor de ese polo y completa un giro por día. Por ese motivo tenemos día y noche. Las estaciones se deben a que ese eje no está en línea recta.
Cuando el polo norte se inclina hacia nuestra estrella, es verano en el hemisferio norte y la región recibe mayor tiempo de luz solar. Al contrario, cuando es el polo sur el que se inclina, en el hemisferio norte pasamos al invierno y tenemos menos tiempo de luz.
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Menos horas de luz durante el horario de invierno
Durante el equinoccio (cuando entramos a la primavera u otoño) el eje de la Tierra queda perfectamente alineado con el Sol. Por ese motivo, el día y la noche duran exactamente lo mismo.
Luego del equinoccio de otoño, la inclinación del hemisferio norte hacia el Sol comienza a disminuir. En consecuencia, la región recibe luz solar durante menos tiempo y los días comienzan a durar cada vez menos, dando paso a noches más largas.
De hecho, el día más corto del año tiene lugar justamente durante el solsticio de invierno. Se trata de la fecha con la noche más larga, ya que la inclinación de la Tierra alcanza su máximo.
Luego del día del solsticio de invierno, las noches comienzan a durar cada vez menos, y en consecuencia, los días son cada vez más largos hasta alcanzar su punto máximo en el solsticio de verano.
