Here comes México

Ni siquiera participo en el debate ‘el cambio climático es o no real’ (…) No me importa si es real o no”, dijo en alguna ocasión Donald Trump, actual presidente de Estados Unidos, quien considera a esta amenaza contra el planeta un “invento”.

Este “invento” no solamente provoca sequías y el aumento de la temperatura global, también ha afectado –y reducido– la producción de alimentos en distintas partes del mundo e incrementa los niveles del mar, también fomenta la extinción de especies y vuelve vulnerable a diversos ecosistemas.

Y aunque parezca que los estragos del cambio climático son exclusivos para los países subdesarrollados o para quienes viven en poblaciones casi inhóspitas, lo cierto es que México es una de las naciones más afectadas por las consecuencias del calentamiento global, por ejemplo.

De acuerdo a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, este fenómeno climático aumenta la desertificación, de hecho regiones del norte del país ya son terrenos estériles, en las que los ríos están secos, mueren las especies y vegetales.

México también ha enfrentado consecuencias como el aumento extremo de la temperatura, la cual está casi cuatro grados centígrados más arriba. A su vez, ha incrementado el número de tormentas intensas en la República Mexicana.

Y en el norte, el calor llega de manera anticipada (la época de Navidad parecía un pleno verano en esta región del país), y se va después de lo habitual.

En México se están perdiendo los bosques y los incendios forestales también son consecuencia del aumento de la temperatura.

Además, los glaciares en los volcanes de Popocatépetl, Iztaccíhuatl y el Pico de Orizaba son cada vez menos extensos.

Y sí, los casos de enfermedades como dengue también podrían estar relacionados al cambio climático.

Pero México no se queda de brazos cruzados y tampoco cede ante los estragos del cambio climático. De hecho, es de los países más activos para combatirlo.

En 2012, la República Mexicana se convirtió en el primer país en desarrollo en contar con una Ley General de Cambio Climático y en 2015 fue el primer país en desarrollo en presentar formalmente sus planes post 2020 sobre cambio climático a la Organización de las Naciones Unidas y, al igual que la Unión Europea y países como Suiza y Noruega, México estableció sus compromisos para reducir la emisión de gases de efecto invernadero (GEI).

Pero la buena voluntad mexicana no es la única arma para frenar al cambio climático, ya que hasta 2015, México ocupaba el noveno lugar del mundo en la emisión de GEI, según datos de The World Resources Institute (WRI). Es decir que el país contribuyó con 723.9 toneladas métricas de carbono que llegaron a la atmósfera, lo que equivale al 1.67 por ciento de las emisiones totales del planeta.

Mexicanos al grito del planeta

México es de los países con mayor actividad para combatir los estragos causados por el cambio climático y es de las naciones que presentan más iniciativas, así como propuestas en favor del medio ambiente, comparado con el resto de países de América Latina.

Según el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, en inglés), México también se suma a iniciativas como la Hora del Planeta, en la que ciudades apagan las luces de monumentos y edificios durante una hora. Tal vez suene insignificante y no representa un cambio crucial en la reducción de la emisión de los GEI, pero sí es una muestra de conciencia, buena voluntad y acción por parte de las naciones que participaron, entre ellas México.

Esta convocatoria de los ciudadanos de 7 mil ciudades –de 170 países–, es también una postura frente a las acciones de Trump, cuya llegada al poder en Estados Unidos es una “amenaza” para los acuerdos a los que se ha comprometido dicho país con el fin de salvar al planeta o al menos frenar las amenazas a las que se enfrenta.

Y es que México va en serio en la lucha por combatir el cambio climático, ya que tiene como objetivo la reducción del 25 por ciento de sus GEI –y sus compuestos derivados–, y pretende reducir el 22 por ciento de las emisiones directas de óxido nitroso, metano, CO2 y clorofluorocarbonos.

De acuerdo al WWF, si se cumplen los objetivos del Acuerdo de París, las mencionadas reducciones podrían ser del 40 por ciento, ya que se obtendría el apoyo financiero suficiente “para mitigar los GEI en los países en desarrollo y garantizar la transferencia de tecnología a los sectores económicos que más emiten”.

Peligro latente

>> Sólo el 1.67 por ciento de las emisiones de GEI corresponde a México

>> Del 15 al 37 por ciento de las especies podría extinguirse a causa del cambio climático

Con metas y objetivos fijos

Como parte de sus compromisos y planes para 2030, México busca “aumentar la capacidad de adaptación de los 160 municipios más vulnerables del país, así como alcanzar la deforestación cero”, según la página web oficial del WWF México.