Desperdiciar comida, además de ser un acto de “poca madre”, es un problema medioambiental.
Y es que según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), más de 9 millones de personas mueren por hambruna cada año, a nivel global. En México hay alrededor de 7 millones de habitantes en pobreza alimentaria.
Así que desperdiciar es una mentada de madre que, además, afecta directamente al planeta y sus recursos.
El sistema alimentario internacional se ahoga con desechos, ya que un tercio de los productos que consumen los seres humanos se desperdicia anualmente.
Pero en lugar de centrar la atención en soluciones que cambien la manera en la que se almacenan los desperdicios y la basura, el mundo está volteando hacia una alternativa que ataca esta problemática desde el origen: la dieta.
Como dice Max Elder, investigador del Food Futures Lab del Institute for the Future, “muchas personas han emprendido esfuerzos bien intencionados para luchar contra el desperdicio de alimentos, desde el consumo de productos ‘feos’ hasta el reciclaje de residuos en las comidas. Estas son buenas ideas”, sin embargo, para enfrentar el problema de manera efectiva “tenemos que lidiar con una información crítica sobre nuestro sistema alimentario (…)”.
Y entre las soluciones ajenas al procesamiento de residuos y desperdicios están el dejar de comer carne o al menos reducir su consumo, ya que la preparación de ésta utiliza más energía y recursos, sobre todo agua.
Para hacerse una idea, para cultivar una libra de brócoli se necesitan 34 galones de agua y para una libra de carne se requieren mil 847 galones de dicho recurso vital. Es decir, 54 veces más agua por la misma cantidad de comida.
Elder dice que los diferentes costos que representan los desperdicios de comida, en términos de agua, economía, el medio ambiente o el bienestar de los animales varían considerablemente dependiendo del tipo de alimentos que se convierte en desperdicio y/o basura.
El investigador comparte una regla de oro para todo aquel que desee identificar qué alimento es el que más contamina: los que más cantidad de carbono consumen son los que están en el nivel superior de la cadena alimentaria.
Un meta análisis de la Universidad de Minnesota señala que el 20 por ciento de la carne y los productos lácteos –al igual que el 35 por ciento de los peces– se desperdician en todo el planeta.
Por ello, “las estrategias para reducir el desperdicio de alimentos de origen animal podrían, por lo tanto, no sólo evitar una gran cantidad de daños al medio ambiente, sino también garantizar que se sacrifiquen menos animales”, menciona Max.
El aumento de los ingresos y la urbanización están impulsando una transición alimentaria mundial en la que dietas tradicionales son sustituidas por dietas más altas en azúcares y grasas refinadas, aceites y carnes.
Y si no se controla esta tendencia, para el año 2050 aumentarán 80 por ciento las emisiones de gas consecuencia de la producción de alimentos.
Acabando con los humanos
Ese tipo de alimentación y de círculo vicioso de residuos no solo ahogan al planeta Tierra, también incrementan la incidencia de diabetes tipo II, enfermedades coronarias y otros padecimientos catalogados como crónicos y que reducen la expectativa a nivel mundial.
Y es que las alternativas de alimentación –con menor cantidad de carnes de origen animal– se traducen en beneficios para la salud que, si se ponen en práctica de manera global, podrían reducir la agricultura mundial, las emisiones de gases de efecto invernadero, reducir la extinción de especies y prevenir el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas que no son transmisibles.
De hecho, la alimentación es un enemigo que está acabando con la raza humana que, precisamente, tiene la solución para combatirlo (y ganarle en la batalla).
“El trilema de la salud es un desafío y una oportunidad global de gran importancia para el medio ambiente y la salud pública”, mencionan David Tilman, autor del meta análisis de la Universidad de Minnesota.
Paraíso de residuos
México podría marcar una diferencia considerable en el proceso de reutilización y ahorro de recursos. A su vez, ayudaría a solucionar los problemas de alimentación que aquejan a sus habitantes.