El calentamiento global está acabando con la vida silvestre. Ya no es novedad escuchar que la población de una especie en particular corre alto riesgo de desaparecer.
Pero los informes respecto al número de ejemplares en declive son alarmantes.
Es el caso de la población de osos polares, que disminuyó 40 por ciento en 10 años, de acuerdo a un estudio realizado por investigadores del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés).
El estudio, cuyos resultados fueron publicados en la revista científica Ecological Applications de la Sociedad Ecológica de América (ESA, por sus siglas en inglés), indica que, durante el periodo de 2001 a 2010, el número de osos polares al sur del mar Beaufort, cerca de Alaska y Canadá, disminuyó a 900.
Y fue de 2004 a 2006 cuando se registró el mayor descenso.
“De los 80 oseznos observados en Alaska de 2004 a 2007, solo se conoce que dos sobrevivieron”, dijo en un comunicado Jeff Bromaghin, investigador de la USGS.
Y es que la USGS explica que los científicos sospechan que el acceso limitado a las focas durante el invierno y el verano contribuyó a la baja supervivencia de estos animales durante dicho periodo, así como el adelgazamiento del hielo de invierno, que se hace cada vez más móvil y más susceptible a romperse o a flotar, lo que puede causar condiciones de hielo más irregulares que dificultan a los osos polares capturar a las focas para alimentarse.
Aunque los investigadores no descartan otras causas potenciales, como la falta de población de focas.
“La baja supervivencia pudo haber sido causada por una combinación de factores que son difíciles de descifrar, y se desconoce por qué la supervivencia mejoró al final del estudio (2010) apuntó Bromaghin.