Burial: Música de fragmentación

A Burial no le gustan los reflectores. En una era en la que la privacidad es un mal chiste y permanecer incógnito parece un lujo, el productor londinense mantuvo en secreto su identidad por más de dos años.  

Solo una nominación al Mercury Prize pudo desenmascarar su verdadero nombre y si hacen una búsqueda en Google, el resultado arroja solo una fotografía con su rostro. 

“Únicamente cinco personas saben que hago música”, llegó a decir William Bevan, mejor conocido como Burial, en una de esas raras declaraciones que ha dado. 

Juan Antonio Zertuche Juan Antonio Zertuche Publicado el
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A Burial no le gustan los reflectores. En una era en la que la privacidad es un mal chiste y permanecer incógnito parece un lujo, el productor londinense mantuvo en secreto su identidad por más de dos años.  

Solo una nominación al Mercury Prize pudo desenmascarar su verdadero nombre y si hacen una búsqueda en Google, el resultado arroja solo una fotografía con su rostro. 

“Únicamente cinco personas saben que hago música”, llegó a decir William Bevan, mejor conocido como Burial, en una de esas raras declaraciones que ha dado. 

Con “Burial” (2006) y “Untrue” (2007), sus dos lanzamientos de larga duración, se echó a la bolsa a toda la comunidad de productores, DJs y aficionados a la música electrónica. Se creó una especie de culto a su música, de esos que gozan solo unos cuántos actos como Aphex Twin, Boards of Canada o The Avalanches. 

Desde entonces, de alguna manera se ha mantenido “ausente”. 

Lejos de continuar grabando discos, Burial ha optado por la fragmentación de sus lanzamientos a través de sencillos, EPs y colaboraciones que publica sin previo aviso, como dejando pistas de lo siguiente que vendrá… pero nunca llega.  

En medio de tanta inmediatez y desesperación por lanzar el sonido más nuevo entre lo nuevo, Burial no tiene prisa. De paso, escoge con pinzas selectivas sus colaboraciones: Massive Attack, Four Tet y Thom Yorke.

Y a pesar de que no lanza un álbum de larga duración desde 2007, este año acumuló poco más de una hora de música a través de los tres tracks del EP “Kindred”, dos más con el espectacular sencillo “Truant / Rough Sleeper” y una colaboración –por si fuera poco– con Four Tet.

Escuchar a Burial es sentirte en el Metro de Londres, pero también es el refugio músico-ambiental de emociones “frías”: el perfecto soundtrack para los momentos de soledad y reflexión. 

La suma de estos lanzamientos fragmentados es, a mi gusto, lo mejor que escuché durante 2012. 

No hubo ningún otro sonido que me llevara inconscientemente a sentirme como si estuviera en otro lugar geográfico, en un estado de ánimo en donde el tiempo transcurre a otro ritmo. 

Ese es el don de Burial, que al mismo tiempo que produce sonidos que nunca antes habíamos escuchado de esa manera, hace que nos conecte emocionalmente con estados de ánimo introspectivos y nos transporta a lugares muy puntuales: la sensación de caminar de noche por las calles de Londres.

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