Todo Reino Unido está en espera. Aún no existe un plan del Brexit que haya sido aprobado por el Parlamento británico, y esto pone en jaque lo que podría pasar en temas como la cultura, un campo en el que la Unión Europea ha ayudado económicamente al gobierno británico desde hace 46 años.
En 1973, Inglaterra se convirtió en uno de los países que integraron el bloque europeo. De acuerdo con la internacionalista Arlene Ramírez, desde ese momento, Reino Unido obtuvo mejoras en el tema de la preservación de patrimonio, de recuperación de memoria histórica y de acervo cultural.
Uno de los documentos fundacionales de la creación de la Unión Europea fue el Tratado de Maastricht, firmado en febrero de 1992, pero que entró en vigor a partir de noviembre de 1993. Entre los acuerdos que establece este convenio está el que la educación y formación profesional, la juventud y la cultura se conviertan en políticas comunitarias para los miembros que integran el bloque europeo.
Pero en 2016, ese trabajo en conjunto, entre Inglaterra y la Unión Europea terminó. El gobierno de Gran Bretaña lanzó un referéndum para que fueran sus ciudadanos los que decidieran si el Estado debería seguir perteneciendo o no a los 27 miembros.
El 29 de marzo del año siguiente, Reino Unido comunicó oficialmente al Consejo Europeo su intención de abandonar el bloque mediante la activación del artículo 50 del Tratado de Lisboa.
Dicho convenio establece que “todo Estado miembro podrá decidir, de conformidad con sus normas constitucionales, su retiro de la Unión Europea”, para después comenzar a negociar un acuerdo que establezca la forma de su separación, teniendo en cuenta el marco de sus relaciones futuras con el bloque europeo.
Uno de los apartados del plan Brexit en los que se tiene que poner mayor énfasis, según Ramírez, es en los mecanismos de cooperación regional que lograron tener por tantos años el gobierno inglés y el grupo europeo, en los cuales se estaba haciendo un desarrollo vinculatorio para la investigación educativa y cultural.
Ramírez comenta que, tras haberse confirmado el Brexit, ahora se espera que los proyectos culturales que se lograron en conjunto no desaparezcan. “Si eso sucede, habrá de recomponer el rumbo, sobre todo para Gran Bretaña, que perdería el sustento y financiamiento de la Unión Europea”. En caso de que se dé ese escenario, tendrían que haber mecanismos bilaterales para que siga habiendo un intercambio cultural.
El bloque europeo, en 2017, le otorgó a Reino Unido un millón 175 mil 403 euros en materia de educación y cultura, así lo establece el Financial Transparency System.
En el caso de que las dos partes no lleguen a una cuerdo bilateral en el campo cultural, Gran Breña podría recuperarse; a pesar de que una gran cantidad de investigadores detrás de los trabajos en conjunto no reciben su pago del lado británico, sino que lo obtiene con el financiamiento europeo. “Ahora los tendrá que pagar Reino Unido”, asegura Arlene.
El Impulso de Theresa May
Reino Unido tiene una referencia cultural bastante amplia, hay escritores, como Shakespeare, y cineastas como Charles Chaplin, que ya se encargaron de dejar una buena imagen al país europeo. Sin embargo, sus representantes políticos también deben ser partícipes de eso.
“Aunque de por sí Gran Bretaña es un gran representante, sobre todo en cuestión de letras, filosofía y de museografía, Theresa May ha dado continuación en proyectos muy importantes; de hecho, parte de su plataforma natural política es el impulso a la educación y a la cultura”, asegura Ramírez.
El Arts Council England (Consejo de las Artes de Inglaterra), el encargado apoyar actividades en las artes, museos, bibliotecas, teatro, lectura digital, danza, música y literatura, publicó en su página oficial que entre 2018 y 2022, invertirán 1.45 mil millones de libras del dinero público del gobierno y un estimado de 860 mil millones de libras de la Lotería Nacional, para ayudar a crear estas experiencias para la mayor cantidad posible de personas en todo el país.
De 2015 a 2018, invirtieron 1.1 mil millones de libras del dinero público del gobierno y 700 millones de libras de la Lotería Nacional, un aumento que se reflejó a pesar de las problemáticas políticas que está enfrentando el gobierno de Theresa May, la representante de uno de los países que más invierten en cultura en el mundo.
Aunque inicialmente se estableció que Inglaterra saldría del bloque europeo en marzo pasado, hace unas semanas se enfatizó que el Brexit se dará en octubre, cuando el Parlamento británico ya haya acordado un plan estable, evitando a toda costa una separación sin proyecto estable.
Para ese entonces, Arlene Ramírez espera que los trabajos en conjunto, entre Unión Europea y Reino Unido, sigan teniendo continuidad, superando el que la cultura y la educación siempre son los que padecen en este tipo de coyunturas políticas y económicas.