Boards of Canada: La ‘cosecha’ del año

Con una breve fanfarria al inicio, muy al estilo de las viejas producciones en formato Beta o VHS, Boards of Canada nos introduce a su cuarto álbum de estudio tras ocho largos años de ausencia. 

Como acostumbran los hermanos escoceses Michael Sandison y Marcus Eoin en cada álbum, "Tomorrow's harvest" abre con un track que funciona como introducción para dar paso a un poderoso segundo track. 

Juan Antonio Zertuche Juan Antonio Zertuche Publicado el
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Con una breve fanfarria al inicio, muy al estilo de las viejas producciones en formato Beta o VHS, Boards of Canada nos introduce a su cuarto álbum de estudio tras ocho largos años de ausencia. 

Como acostumbran los hermanos escoceses Michael Sandison y Marcus Eoin en cada álbum, “Tomorrow’s harvest” abre con un track que funciona como introducción para dar paso a un poderoso segundo track. 

Es el caso de “Gemini” y “Reach for the dead”. Después de la fanfarria, una aguda nota sostenida introduce a una cascada de graves ecos que después se transforman en los raros sonidos que Boards of Canada ha 
perfeccionado. 

“Reach for the dead” llega de manera espectacular. Luego de una misteriosa estrategia publicitaria al estilo de un rally, con numerología y pistas secretas de por medio que actualizaron el estatus enigmático del dueto, este track se convirtió en la primera muestra de lo que sería “Tomorrow’s harvest”.

Boards of Canada comisionó al artista Neil Krug para grabar los visuales de la canción. El video muestra imágenes de un desierto californiano, una estética en color sepia que traduce visualmente lo que el sonido de la canción transmite. Esta estética al final sirvió para armar el arte del álbum. 

Es importante señalar que muchísimo antes de que existiera Instagram, Boards of Canada ya había logrado incluir filtros retro a las imágenes mentales de su música. 

Esta fijación por lo retro, vintage, es un elemento que está presente tanto en la manera de producir su música (utilizan instrumentos antiguos y análogos, además de una exquisita selección de sampleos de viejas producciones audiovisuales) como en el origen de su nombre. 

Los hermanos de 42 y 43 años de edad, crecieron con una fuerte influencia de los documentales educativos en formato de 16mm producidos por la National Film Board of Canada, así como por sus respectivos soundtracks. 

En una fortuita y extraña entrevista que le concedieron recientemente al diario inglés The Guardian, los escoceses enumeraron las influencias más notables en su trabajo. Destacan los compositores Fabio Frizzi, John Harrison, Mark Isham y Wendy Carlos, que en conjunto suman un cuerpo de trabajo intrigante: las composiciones de macabras bandas sonoras de películas de sci–fi y terror de las décadas de los setenta y ochenta.

Y es precisamente esa cualidad siniestra y macabra en su música, aderezada con una manipulación única de sonidos ambientales que nos remontan a paisajes naturales, lo que le da un estilo inigualable a la música de Boards of Canada. 

Al escuchar álbumes como su impresionante debut “Music has the right to children” (1998), se percibe una sensación de nostalgia retrofuturista que no se puede ubicar en el tiempo, ni etiquetar en géneros. A Boards of Canada hay que ubicarlos más por moods y estados de ánimo, que por etiquetas de géneros musicales. 

Para aumentar el misticismo, este dúo dedica años a la planeación no solo de la música, sino de las referencias que utilizan y esconden en sutiles sampleos y que vuelven locos a sus seguidores más fieles. 

Hay cientos de foros y grupos de Internet que se dedican a rastrear y a descifrar lo que Boards of Canada dice entrelíneas.  “De hecho hay más uso de subliminales en este álbum que en los previos que hemos lanzado, así que estamos interesados en ver qué agarra la gente de eso”, le contestó Sandison a The Guardian. 

En “Palace posy”, percusiones con una cadencia cuasireligiosa nos hipnotizan durante casi cuatro minutos para introducirnos a un mantra ininteligible que seguramente tiene una connotación escondida, y que los fans se encargarán de descifrar.  

“Tomorrow’s harvest” tiene un aire desolador, melancólico y reflexivo que musicaliza el camino autodestructivo que hemos decidido tomar como especie. Esta sensación se confirma con títulos como “Sick times”, “Collapse”, “Sundown” o “Come to dust”.

Pero de manera contradictoria, el título del álbum se traduce en “la cosecha de mañana”, lo que puede darnos pistas de la esperanza que aún nos queda. Sin una sola palabra de por medio, Boards of Canada se ha dedicado a lo largo de su discografía de crear la banda sonora de la interacción que tenemos con el medio ambiente. Por tal motivo su música a veces suena gélida y distante, autodestructiva pero no renuncia a la posibilidad de la salvación. 

“Tomorrow’s harvest” estará sin duda en lo más alto de las listas a lo mejor del año. Este es uno de los álbumes imperdibles de 2013.

Álbum recomendado

>“Tomorrow’s harvest”
Boards of Canada
(Warp; 2013)
120 pesos en iTunes

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