Bebés menos ‘saludables’

No se ha dejado de hablar acerca de los avances en los tratamientos de fecundación in vitro (IVF, por sus siglas en inglés), así como de los nacimientos sin problemas que han resultado de los nuevos métodos. Pero, ¿qué hay de los riesgos? 

Eugenia Rodríguez Eugenia Rodríguez Publicado el
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El estudio demostró que 47 de cada 100 mil niños de IVF desarrollaron déficits cognitivos, en comparación con 40 de cada 100 mil niños que se concibieron tradicionalmente

No se ha dejado de hablar acerca de los avances en los tratamientos de fecundación in vitro (IVF, por sus siglas en inglés), así como de los nacimientos sin problemas que han resultado de los nuevos métodos. Pero, ¿qué hay de los riesgos? 

En la más amplia investigación realizada a la fecha sobre los efectos de los procedimientos de IVF en el desarrollo neurológico de los bebés, se encontró que, en comparación con la concepción espontánea, ningún tratamiento de reproducción asistida se asoció con un trastorno autista, aunque sí se vinculó con un “pequeño pero estadísticamente significativo aumento del riesgo de retraso mental” en gemelos y trillizos. 

Según los autores del estudio, publicado este mes en la revista científica Journal of the American Medical Association (JAMA), el autismo y el retraso mental son dos de los trastornos crónicos del desarrollo más graves, los cuales afectan entre 1 y 3 por ciento de todos los niños de los países desarrollados.

El autor de esta investigación Sven Sandin, y su equipo del King’s College de Londres, utilizó datos de 2.5 millones de niños suecos nacidos entre 1982 y 2007. 

Y les dieron seguimiento hasta el año 2009, con el fin de estar al tanto de posibles diagnósticos clínicos de trastorno de espectro autista o de retraso mental.

Alrededor de 47 de cada 100 mil niños nacidos por fecundación in vitro desarrollaron déficits cognitivos, comparados con aproximadamente 40 de 100 mil niños que fueron concebidos por la vía tradicional. 

“Existen riesgos de la IVF que ya se conocen, como defectos congénitos y cáncer. Y ahora el retraso mental probablemente debería sumarse a la lista”, dijo Sandin a la revista TIME. 

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