Por mucho tiempo, la coreógrafa Bárbara Alvarado ha hecho de la danza su proceso terapéutico para sanar antiguas heridas, como la muerte de su mamá. No obstante, al ver a su padre enfermo de COVID, durante el 2020, la artista volvió a sentir miedo e incertidumbre al creer que perdería a otro ser amado.
Este hecho detonó una serie de reflexiones para indagar sobre sí misma y cómo, a través de sus proyectos, la muerte y el amor siempre van ligados. Así nació Relato, proyecto de danza-teatro que presentará el 25 de agosto en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris
“Me di cuenta que a través de mi obra coreográfica iba sublimando y resignificando la vida a través de la muerte. Fue como meterme en el mundo de Alicia en el país de las maravillas para hacer una recapitulación de mi vida y mis relaciones, elegía a chicos más jóvenes que yo, con un perfil depresivo para ‘salvarles la vida’, fue cuando me di cuenta que no pude salvar a mi tío Luis Alberto”, relata Alvarado a Reporte Índigo.
A través de los recuerdos y el corazón de Luis Alberto Alvarado, la coreógrafa Bárbara Alvarado, junto con el dramaturgo Juan Carlos Franco, pone el dedo en la llaga sobre las visiones erróneas de la vulnerabilidad y, al mismo tiempo, le da voz a un suceso personal; Relato también revela que hay narrativas y situaciones que se convierten en puentes temporales.
“A lo mejor no es válido confesarlo, pero, a veces, uno se puede enamorar o idealizar a alguien de tu familia, no que yo quisiera tener una relación con mi tío, pero sí era mi referencia para casarme con alguien como él, por cómo lo percibía, su ternura, decisión, fuerza y pulcritud en el actuar y con esta cosa melancólica frente a la vida misma siendo tan joven”, explica.
Luis Alberto Alvarado nació en 1965 y fue miembro activo de la primera generación del Consejo Estudiantil Universitario (CEU) de la Universidad Nacional Autónoma de México, los jóvenes que participaron en aquel evento lograron defender la gratuidad de la UNAM en los años 80.
Sin embargo, Alberto, tras separarse de su pareja y ver la situación política dentro del CEU decidió quitarse la vida en 1996.
“Decidí usar lo único que tengo en la vida, que es a mí misma con mi primer y último deseo, que es la escena. Me di cuenta que necesitaba dar a luz a esa niña creía que cree que puede darle una salvación a su tío”, explica.
El trabajo en escena
Cinco actores y bailarines le darán vida a Luis Alberto y su lucha social, que es como la de tantos hombres, por su libertad.
“Esta obra llama a mirarnos a través de su figura, a descubrir nuestros ideales, motivos para voltear a ver al otro, a ser más empáticos con los demás, en medio de una sociedad fragmentada y dividida”, indica.
Para la coreógrafa, los procesos creativos y de montaje fueron como un patio de juegos, donde los actores compartieron sus dolores para plasmar una pieza honesta y cruda, pero con un mensaje de amor y resiliencia.
Además, a través de Relato, los hombres podrán romper con las masculinidades tóxicas, y poder sentir a plenitud, llorar y ser ellos mismos.
“La obra es un acto de amor, en el sentido de reconocer que hay terrenos como mujeres donde no conocemos a los hombres, no tenemos ni idea de qué es lo que pasan en su soledad.
“A los actores les dije ‘conmigo están a salvo, no los voy a juzgar, necesito que me abran su alma y su corazón, no los voy a traicionar’. No importa lo que pueda mirar, sus monstruos, si se declaran vulnerables, porque ese material lo pusimos para hacer este ritual y sublimarnos a través del dolor de Luis Alberto y de tantos hombres que no han podido exponer su dolor, sus cargas y sus dudas”, cuenta.
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