Un equipo de investigadores descubrió recientemente que el estrés desencadena una serie de condiciones médicas que pueden hacer que alguien sea más susceptible a un evento cardiovascular, como un accidente cerebrovascular o un infarto.
El equipo, dirigido por Ahmed A. Tawakol, médico de Massachusetts General Hospital, asegura que la actividad en cierta parte del cerebro, conocida como la amígdala, puede predecir enfermedades cardiovasculares futuras.
“Con la amígdala como punto de partida, mostramos por primera vez en humanos que el estrés provoca un aumento en la actividad de la médula ósea y la inflamación en los vasos sanguíneos. Esto prepara el escenario para el desarrollo de enfermedades cardiovasculares“, explica Tawakol.
El equipo de Mass General colaboró con investigadores de la Escuela de Medicina Icahn de Mount Sinai, la Universidad Tufts y el Colegio Médico Weill Cornell para utilizar la tomografía por emisión de positrones (PET) para vincular los datos de imágenes con las características de la enfermedad cardiovascular.
Una exploración PET utiliza un tinte especial que contiene una pequeña sustancia radioactiva recogida por los órganos y tejidos. Las partes del cuerpo con altos niveles de actividad química, que generalmente indican la presencia de enfermedades, aparecen como puntos brillantes en una exploración.
Cuando los investigadores realizaron una imagen del cerebro, pudieron medir la cantidad de actividad en la amígdala, lo que los llevó a descubrir que cuando aumentó la actividad amigdalar, también hubo un aumento en la producción de médula ósea y la inflamación arterial. En conjunto, estos tres eventos aumentaron el riesgo de enfermedad cardiovascular.
Con estos nuevos hallazgos, los médicos están enfocando más sus esfuerzos en el papel del estrés emocional en la salud y la enfermedad. Tawakol dice que ahora se está centrando en cómo los pacientes pueden controlar el estrés utilizando técnicas como las prácticas de atención plena y el ejercicio.
“Ahora, conmigo y con mis pacientes, veo el estrés en términos médicos, como un factor de riesgo”, firma el médico.
Y agrega que si un paciente tiene una alta carga de estrés crónico, existe la posibilidad de que, al reducir su percepción de ese estrés, se reduzca el riesgo de enfermedad cardíaca; sin embargo, señala que la comunidad médica aún necesita realizar ensayos clínicos a gran escala para demostrar que reducir el estrés ayuda a disminuir la probabilidad de que una persona desarrolle una enfermedad cardíaca.