Bailarinas toman calles de la CDMX para alegrar el día a capitalinos estresados
Una compañía de danza ofrece su arte a transeúntes y automovilistas en el marco de la iniciativa ‘La teatralidad en el espacio público’
Indigo StaffLa iniciativa de la compañía de teatro Ardentía llamada “La teatralidad del espacio público”, está acaparando los reflectores con sus actos de ballet en los cruceros de la transitada Ciudad de México.
Circulando por la ciudad es cada vez más común ver a bailarinas de danza, vestidas con tutú, caminando de puntillas por las aceras, que toman los cruceros, en cuando un semáforo se pone en rojo, para interpretar su danza.
El espectáculo busca alegrar el día a los conductores y transeúntes que a diario enfrentan las dificultades de una ciudad en la que el tráfico es constante.
Las actuaciones callejeras están ambientadas con piezas clásicas de ballet como “El lago de los cisnes” o “El Cascanueces”, pero también por algunos temas modernos como “Rock With Me” de Michael Jackson.
Luchando contra el ruido de bocinas, el traqueteo de los automóviles y uno que otro grito de algún tamalero o voceador, las bailarinas llegan a realizar hasta siete actuaciones distintas, cada una de ellas con coreografías y vestuarios propios.
La idea de las representaciones se inspiró en el fotógrafo Omar Rodríguez, quien fue de los primeros en captar imágenes de bailarinas en las calles.
Ahora, en sus actuaciones, que llevan ya dos semanas, los bailarinas han atraído la atención de decenas de fotógrafos, periodistas y gente que con su celular busca capturar una historia que sigue creciendo.
“Nunca creímos que iba tener este impacto”, dijo la bailarina Manuela Ospina Castro a la agencia internacional AP. “La gente, aparte de que lo está aceptando, lo necesita. Necesitan este tipo de actividades muy extraordinarias para acercarse al arte”.
La compañía de danza Ardentía haciendo una intervención en Insurgentes Sur #FeriaDeLasFlores @DDCulturaDAO pic.twitter.com/5UQSqH8w3q
— Pilar (@farruquilla) 22 de julio de 2018
Es común que quien pase por el espectáculo se quede a ver todas las piezas y no sólo la que se interpreta cuando un semáforo se pone en rojo. El ballet empieza a tomar las calles de la caótica Ciudad de México para llevar, aunque fugazmente, tranquilidad a sus habitantes.