Ayólotl, una obra de títeres que revela los monstruos que están acabando con los ajolotes

Sensibilizar a los niños y jóvenes sobre la importancia de la conservación del medio ambiente y las especies también es posible a través de las artes escénicas. Eso es lo que busca Ayólotl: corazón de agua, una obra de títeres que aborda la extinción de los ajolotes en la zona chinampera de Xochimilco, y que se presenta los fines de semana, hasta el 26 de mayo, en el Teatro del Pueblo.

Escrita y dirigida por Oswaldo Valdovinos, de la compañía Astillero Teatro, la pieza concebida para jóvenes audiencias cuenta la historia de Xóchitl, una niña de siete años, y su tío Felipe, un chinampero de Xochimilco, quienes a partir de un rumor de que “hay un monstruo en los canales”, hacen un recuento de los diversos factores que han puesto en peligro de extinción a los ajolotes, como la urbanización desmedida, la contaminación del agua, la introducción de especies extrañas o el turismo nocivo.

“La obra busca transmitir y exponer esta problemática, que no es precisamente de hace pocos años, pero que se sigue incrementando y se siguen sumando más factores. La idea era mostrar lo que afecta al entorno ambiental de ese lugar y decidimos que lo mejor era que todo eso se viera reflejado a partir de la extinción de los ajolotes”, comentó en entrevista con Reporte Índigo Valdovinos.

Una obra lúdica sobre un tema científico

El director escénico y realizador de títeres contó que la obra nació a partir de un proyecto impulsado por el Instituto Politécnico Nacional (IPN), en colaboración con la Cooperativa Cultural Chinampayolo, con la idea de trasladar al teatro el cuidado de la biodiversidad y el medio ambiente, una problemática cada vez más latente en distintos territorios.

“Hicimos uso de la técnica de teatro documental para recuperar testimonios, hacer visitas en las zonas chinamperas de Xochimilco, también algunas entrevistas con especialistas. Todo eso lo incluimos en esta obra que, en lugar de dar puros datos duros o la información científica, usamos  títeres- objeto”, señaló.

Astillero Teatro se dedica desde 2005 al diseño, producción, escenografía, títeres y puestas en escena dirigidas al público infantil. Por lo que no fue tan difícil trasladar esta historia a un universo de títeres, donde quienes causan todos los problemas en ese entorno son monstruos o grandes y ruidosas maquinarias.

“Trabajamos en los objetos de una manera simbólica para representar el problema y usamos música a todo volumen para introducir, por ejemplo, la maquinaria pesada”, detalló el director.

“Procuramos evitar un teatro aleccionador, más bien apelamos a comunicar a través de una cuestión audiovisual, tanto en la escena como con la música, y eso ha propiciado que los niños se metan en algunas escenas. Por ejemplo, cuando aparecen estas maquinarias, empiezan a gritar y a decir que no está bien que tiren los árboles. El hecho de que logremos que los niños intervengan, nos dice que logramos cierta empatía”, comentó.