Aura García-Junco construye la metáfora de un mundo de un petrificado
La escritora mexicana Aura García-Junco platica sobre su reciente novela Mar de piedra, en la cual reflexiona sobre las desapariciones y la violencia normalizada que se vive en México
Karina CoronaEl color gris tiñe la Avenida Madero, pavimento originalmente destinado para los automóviles, pero que desde hace un tiempo por cada desaparecida y desaparecido en la Ciudad de México surge una estatua. Figuras de mujeres, niños y hombres, cada uno uniformados por el color de la piedra.
Este insólito fenómeno coincide con la propagación de los mattangs —mapas que, según los creyentes, revelan el destino a quien sepa leerlos— y cuyo culto se ha apoderado de los capitalinos.
La escritora Aura García-Junco invita al lector a este mundo con su libro Mar de piedra (Seix Barral). Su intención no era hablar específicamente de las desapariciones de miles de mujeres cada día, pero aclara que es inevitable poner el tema sobre la mesa.
A partir de 2016 se comenzaron a visibilizar con más auge los feminicidios. Aunque ya se sabía lo que estaba pasando, pero, a decir de García-Junco, hubo un boom mediático que, de alguna manera, puso en evidencia cuán mortal es la violencia machista.
“Las desapariciones eran algo que ya estaba en la conversación pública desde hace mucho tiempo, antes del sexenio de Calderón. Para mí era la manera de hacer las cosas y de hablar de un gramaje de violencia. Me interesa el tema desde lo íntimo para llegar a lo macro”, aclara la autora a Reporte Índigo.
Mar de piedra surgió al conocer los mattangs, artefactos antiguos de navegación para crear una religión inexistente, una metáfora, la cual le pareció poderosa y pertinente para hablar de aquello que no está presente o de aquellas personas que pierden a alguien.
Aura García-Junco relata que empezó a escribir de una manera mucho más intuitiva y menos clara a partir del peso que se le puede dar a una religión, como lo es en su libro los mattangs.
En esta ciudad distópica habitan Sofía, una profesora que busca a su amiga Eloísa; Luciano, un alcohólico en recuperación y Ana, una joven cuya vida ha estado marcada por la violencia y el abuso.
“Sofía busca a una amiga, no tiene una relación tan cercana como sí sucede en nuestra realidad, por ejemplo, las madres buscadoras. Aunque intenta suprimir este hecho durante 10 años, el dolor que le causó acaba aflorando, porque es duro perder a alguien de esta manera, tan sin sentido, teniendo intuiciones más no convicciones.
“Incluso, con la esperanza de que siga viva, porque eso también pasa mucho con las desapariciones, no se puede cerrar ese ciclo, porque no hay un cuerpo”, relata García-Junco respecto a la realidad que se vive cada día en México, en el que, hasta 2022, se han sumado poco más de 100 mil desaparecidos.
Mar de piedra aborda el tema de las desapariciones; no obstante, la intención de la autora es hacer un entretejido entre la ficción especulativa y la ciencia ficción con tintes místicos.
Además, la creación de personajes complejos que fueran más como las personas reales, con sus traumas y dolores que pueden convertirse en olas, las cuales se pueden ir replicando.
“No me interesa replicar la violencia que vemos todos los días, victimizar a las personas o la crudeza de imágenes de un crimen. Para mí es sobre la intimidad de tres personajes y la configuración de su psique, partiendo de que están profundamente heridos y cargan una herida tremenda, que reconocen en mayor o menor grado”, explica.
A decir de Aura, la ficción especulativa resulta una herramienta para hablar de una manera más profunda, aunque oblicua, de los temas más relevantes de la condición humana, “me gusta porque siento que es un gran escape imaginario para pensar nuestra propia realidad, sin tener que verla directamente, porque muchas veces eso nos ayuda a pensar cosas que, quizá, ni siquiera tenemos en mente”, indica.
Jugar con el destino, la técnica de Aura García-Junco
En Mar de piedra también se pone en debate la idea del destino o la casualidad, puntos de reflexión por los cuales Aura le emocionaba reflexionar e ir desarrollando conforme a la personalidad de sus personajes.
Incluso, que el lector al encontrar tres vidas y posturas diferentes pueda discutir sobre ello en su vida diaria hasta llegar a temas como la religión, o sus propias creencias.
“La idea del destino es medular, pero destino como algo que se puede debatir, qué tanta suerte asignada tenemos, pensar que si estoy haciendo algo es porque el destino me trajo aquí y era el único camino posible. Depende un montón del grado de credulidad o comodidad, de la religión que se profesa, o el estilo de vida como eso de vibrar alto.
“Me gusta mucho esta discusión, porque a lo largo de la historia de la humanidad siempre ha estado en debate filosóficamente. Quien lea el libro pensará que los personajes encontraron su camino porque era su destino o era una coincidencia, y las coincidencias podrían ser vistas, por un lado, como un acto del azar, o del fenómeno tan cotidiano como una casualidad”, platica.
Aura García-Junco comparte que escribe simplemente porque hay cosas que le “mueven”, al grado de tener que compartirlas a través de la escritura, sin pensar en el impacto, pues esas reflexiones llegan después.
En el caso de Mar de piedra quiso crear un libro digerible, donde pudiera plasmar sus inquietudes, sin que sean premeditadas o planeadas.
“Para mí es importante dejarme llevar por aquello que me atraiga, sino se volvería algo muy técnico, porque la literatura es mi espacio para la imaginación, más que de la planeación. Lo místico y la ficción es por mi incapacidad de creer en cosas, la escritura me permite crear cosas que no podría creer en mi vida cotidiana, siento que es terapéutico tener varios personajes con diferentes opiniones, es una cosa casi esquizofrénica que te permite la escritura”, concluye.
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