Cuando se lanzaron al mercado los e-books (o libros electrónicos), la mayoría pensó que el papel moriría lentamente y las impresoras se quedarían en el olvido y una que otra en un museo. Sin embargo, con el paso del tiempo, el auge de los e-books fue decayendo y en su lugar se posicionaron los audiobooks (o audiolibros). Mientras las ventas de los libros en papel también comenzaron a subir.
Sin duda, desde el 2015, los audiolibros se han ido apoderando de las ventas y del gusto del público. Y el mercado en América Latina es una potencia que podría generar gran demanda de este tipo de literatura, este 2017.
Y es que los audiolibros son cómodos y permiten que el usuario (escucha-lector) pueda realizar múltiples actividades mientras disfruta el contenido en audio, tal como manejar, cocinar y hasta trabajar en una oficina.
Aunque los audiolibros están desde los tiempos del cassette, hoy se han convertido en productos para apps y descargas en versión móvil, y casi todo el planeta está conectado a su celular durante todo el día.
En Estados Unidos, por ejemplo, “el porcentaje de personas que escuchan audiolibros sigue creciendo y ahora se sitúa en 43 por ciento, lo que representa un aumento respecto al 41 por ciento en 2015”, señala una publicación en GoodE-Reader.
“En 2015, los consumidores de audiolibros escucharon un promedio de 5.8 audiolibros durante todo el año. A lo largo de 2016, esa cifra fue de 6.7 (…)”, agrega el sitio mencionado. Además, se estima que esa cifra siga en aumento en Estados Unidos y que lo mismo suceda en AL.
En Brasil, por ejemplo, las compañías literarias se han sumado a la revolución del audiolibro que iniciaron Europa y Estados Unidos. La plataforma uBook comenzó en dicho país y ya tiene un catálogo de 10 mil títulos de los cuales 2 mil están en portugués, 2 mil 500 en español, 5 mil en inglés y 500 idiomas diferentes.
Como indica uBook, “los audiolibros están aquí para quedarse y no solo es por moda. En el ajetreo de la vida moderna es difícil tener tiempo para sentarse a leer un libro. Los consumidores se sientan pero para abrir apps como Messenger, Netflix, Facebook y juegos para entretenerse. Y el formato de audio no requiere atención visual (…)”.
Así, el ser humano seguirá con un ritmo de vida en donde reine la comodidad y el multitasking, apoyado por la facilidad y la rapidez que brindan las apps y los dispositivos con Internet.
Si con el papel se inculcó el hábito de lectura y con el e-reader se puso en pausa, con el audiolibro vuelve para quedarse, una vez que se adaptó a la manera en la que se consume la cultura en la actualidad.