Si eres un paranoico de la tecnología, esta historia reforzará tu desconfianza antes los llamados “dispositivos inteligentes”.
Alexa, la asistente de voz de Amazon, se tomó la libertad de grabar una conversación privada de su dueña; no conforme con esa violación a la privacidad, el dispositivo envió la grabación a una personas en lista de contactos de la mujer.
Pues bien, lo que planteaban como una broma se volvió realidad hace un par de semanas, cuando una empleada de Danielle le preguntó sobre la extraña grabación que había recibido.
Por fortuna, la grabación sólo contenía a la pareja charlando sobre remodelación y pisos de madera. Al conocer el extraño acontecimiento, Danielle se puso en contacto con un ingeniero de Amazon, quien le ofreció disculpas.
La empresa, propiedad del hombre más rico del mundo, confirmó el caso y pidió perdón por el error que, según Amazon, fue provocado por una serie de palabras que Alexa interpretó como comandos voz.
El Amazon Echo es un dispositivo de audio que se coloca en la casa y al cual se le pueden dictar una serie de instrucciones, por ejemplo, que ponga algo de música, que encienda la tele y busque algo en Netflix o que llame a alguna persona.
¿Cómo pasó esto, según Amazon?
Según la compañías, la falla fue generado por una serie “improbable” de señales vocales inadvertidas que activaron el dispositivo, causaron que comenzara a grabar y luego lo llevaron a interpretar una conversación posterior como una solicitud de “enviar mensaje”.
Paso siguiente, Alexa preguntó ‘¿A quién?’, por la conversación de la pareja, la asistente de voz interpretó el nombre de una persona en la lista de contactos y procedió a enviar el audio, sin que la pareja lo supiera.
Hasta el momento, se desconoce cómo fue que la pareja no escucho las respuestas de Alexa, ya sea porque habían bajado el volumen del dispositivo o simplemente no la oyeron.
Un de esas historias tecnológicas que si duda nos hacen pensar en la serie Black Mirror.