El descubrimiento de 23 cajas de plomo que corresponden a los santos protectores de la Catedral Metropolitana se trata de un hecho insólito. Foto: Especial

Así fue la recuperación de las reliquias de la Catedral Metropolitana

El hallazgo de 23 cajas con imágenes religiosas en la cúpula del recinto es insólito por la cantidad de objetos y su disposición. La restauradora María del Carmen Castro, coordinadora de Conservación del INAH, detalla los trabajos de restauración que realizaron

La Catedral Metropolitana parece ser una cápsula del tiempo que resguarda decenas de tesoros poco conocidos en sus muros, techos y cúpulas. Así lo demuestra el último hallazgo registrado en la linternilla de la cúpula central del recinto histórico: una serie de imágenes contenidas en 23 cajas de plomo que corresponden a sus santos protectores.

Las reliquias salieron a la luz durante los trabajos de restauración que se realizaron en diciembre en la cúpula del monumento histórico, el cual está siendo atendido después de los daños que sufrió con los sismos de 2017. Las cajas, que aparecieron en pequeños nichos ocultos y datan de la época final de la construcción de la Catedral, a principios del siglo XIX, sorprendieron a los especialistas porque cada una contenía pinturas distintas, inscripciones en latín, así como cruces de madera y palma. Además, encontraron que la número 11, había sido saqueada.

Se trata de un descubrimiento insólito, ya que es la primera vez que se registra tal cantidad de cajas votivas en un recinto religioso del país, de acuerdo con la restauradora María del Carmen Castro Barrera, coordinadora Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

“Sí era algo común, pero no la cantidad que encontramos y la disposición que tuvieron, a veces nada más se encuentra una caja con alguna estampa, con alguna moneda que hace referencia al año, pero esa consecución de tantos arcángeles y escena religiosas, no tengo registro de haberlo sabido en otro momento”
María del Carmen Castro BarreraRestauradora

Según la restauradora, al momento del hallazgo tampoco tenían registro de la existencia de estas reliquias, pero no descarta que los acervos de la Catedral contengan información. “No hemos tenido tiempo todavía de ver si en alguno de los documentos de la Catedral existe alguna referencia; lo que sí es que había una nota en una de las cajas, que es la de San Juan el Bautista, una nota de uno de los pintores que trabajó ahí en 1810, en donde hace referencia a que había encontrado la caja y puso información en un documento con letra manuscrita sobre quién era el emperador de España, el de Francia, que entonces era Napoleón Bonaparte, y quién era el arzobispo”, contó.

El hallazgo, dado a conocer el viernes por el arquitecto Arturo Balandrano Campos, director general de Sitios y Monumentos del Patrimonio Cultural de la Secretaría de Cultura, durante la conferencia matutina del presidente Andrés Manuel López Obrador, se registró el 30 de diciembre, cuando trabajadores de la empresa encargada de la restauración realizaban sus labores. Inmediatamente dieron aviso al INAH y en los días siguientes Castro Barreja, junto con otros restauradores, tres químicos y un fotógrafo, montaron ahí mismo un pequeño taller-laboratorio donde, durante tres días, hicieron todo el trabajo de registro, limpieza y conservación de los objetos.

 

La restauradora detalla que la primera caja, que es la de mayores dimensiones, contenía imágenes y referencias a la presentación de Jesús en el Templo, mientras que en casi todas había una cruz de madera, tres o dos cruces de palma, la imagen pintada de algún santo, arcángel o de alguna escena bíblica, así como fragmentos de un medallón de cerámica, de barro o de cera.

“Durante tres días estuvimos abriendo cajas, haciendo conservación inmediata, registro fotográfico y análisis no destructivos con un equipo de fluorescencia de rayos X y microscopía”, dijo. Según la especialista, todos los objetos fueron devueltos inmediatamente a sus cajas, embalados con papeles libres de ácido para asegurar su conservación.

En todo este proceso de conservación, comentó, tuvieron que atender algunas cruces de palma rotas y controlar el ataque de microorganismos en papeles o pinturas. Sin embargo, las condiciones de los objetos no eran tan malas, lo cual les permitió atenderlos en poco tiempo. “La madera se encontraba en muy buenas condiciones, creo que es una madera de estas tropicales chinas; las pinturas, solamente unas cuatro sufrieron algunas pérdidas porque había humedad en esta zona de la linternilla”, aseguró la restauradora.

Antes de volver a sellar las cajas y devolverlas a sus nichos, las autoridades religiosas y especialistas dejaron al interior de la caja saqueada un pequeño texto, escrito a mano, para dejar constancia del hallazgo, de los trabajos de conservación, del contexto histórico, y de quiénes participaron, emulando aquel escrito de 1810.

Atenderán esculturas este año

De acuerdo con Arturo Balandrano Campos, la restauración de la Catedral está a punto de terminar. 

Uno de los grandes pendientes es la recuperación de las tres esculturas de Manuel Tolsá —la Fe, la Esperanza y la Caridad—, que coronaban la fachada del recinto y que fueron removidas después de los sismos de 2017

Al respecto, Castro Barrera dijo que aunque fue la Coordinación de Conservación del INAH quien diseñó el proyecto de restauración, será el área de Sitios y Monumentos la encargada de ejecutar la obra este año. “Ellos son los que se van a hacer cargo en este año de la intervención de las tres virtudes, sobre todo de la Esperanza que fue la que sufrió más daños”.

Durante la conferencia matutina en Palacio Nacional, Balandrano Campos informó que la primera etapa de trabajos en la Catedral, que inició en 2019, se centró en atender los pilotes de control para mantener la estabilidad del recinto, debido a que se encuentra en lo que fue una zona lacustre y se hunde constantemente; en la segunda etapa, dijo, se retiró la flora parásita que crecía en los paredes y se rehabilitó, con ayuda de la Comisión Federal de Electricidad, el sistema eléctrico “para evitar algún chispazo y algún siniestro por incendio y también se rehabilitó el sistema de pararrayos para protegerla del golpe de algún relámpago en alguna tormenta”.

Añadió que en diciembre terminaron de atender daños menores en las dos torres y en las cúpulas, por lo que la restauración concluirá pronto.

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