Hace apenas unos años el internet se volvió accesible para la gente común. El internet cambió la vida de la gente poco a poco desde que a inicios de los 90, se puso a disposición pública la World Wide Web. Para celebrar a la llamada sociedad de la información, recordemos cómo era la vida antes de tener internet.
Al inicio, y como seguramente muchos recuerdan, para poder acceder a la web se requería usar la línea telefónica del hogar y si alguien descolgaba el teléfono, la conexión se perdía.
El internet surgió a partir de tecnología desarrollada en conjunto por el Departamento de Defensa de Estados Unidos y científicos, además se reconoce al inglés Tim Berners-Lee como padre de la web por establecer por primera vez comunicación usando en protocolo HTTP. A pesar de sus orígenes, hasta ahora el internet ha logrado abrirse un camino autónomo y libre.
Antes del internet el consumo de información noticiosa era muy distinta, la versión de los noticieros televisivos y los periódicos más importantes era de lo único que la gente podía enterarse.
Para consumir música se tenía que recurrir a la televisión y la radio, o a tiendas de discos. Para escuchar una canción cuando quisieras podías comprar casetes y grabarla del radio. Estos fueron los años de auge de MTV cuando aún era un canal dedicado a la distribución de música. Si querías enterarte de lo que ocurría en el mundo, saber de moda o entretenimiento se tenía que recurrir a periódicos y las revistas.
Los salones de las escuelas no contaban con proyectores digitales, se usaban proyectores de acetatos en los que se ponían transparencias. Como estudiante si se te olvidaba comprar la monografía o la cartulina del día, no tendrías con qué trabajar. Además para comunicarte en privado con otras personas, se mandaban mensajes escritos en un pedazo de papel.
La función que ahora desempeña Facebook en cierta manera era cubierta por algo llamado ‘chismógrafos’. Se trata de una libreta en la que se ponían varias preguntas personales que se circulaba por la escuela para ser respondidas por todos y obtener información relevante. La pregunta decisiva siempre era: ¿quién te gusta?
Los bullys en las escuelas se limitaban a acosar en los pasillos, no existían Snapchat, Instagram, Twitter y Facebook para continuar el abuso. El escrutinio público era mucho menor.
Antes del internet si querías resolver una duda había de dos: investigar en libros o enciclopedias, o recurrir a otras personas. Google y Wikipedia eran términos desconocidos. Quienes ya contaban con computadora podían también hacer uso de los discos de Encarta.
La gente sufría mucho menos FOMO (fear of missing out), ya que si no eras invitado a una reunión, normalmente no te enterabas y por lo tanto no te sentías excluido. Era una vida un poco menos paranoica pues no existía preocupación cuando alguien no contestaba de inmediato el teléfono.
Otro ámbito que funcionaba de modo muy distinto era el laboral, todo lo que se escribía era a mano o a máquina, para enviar algo a distancia se tenía que hacer uso del correo postal o en su defecto, del fax. Para ser candidato a un trabajo había que ir a dejar currículums a las empresas. Además la jornada de trabajo terminaba cuando te ibas de la oficina a menos que te llamaran, no existían los mails a deshoras.
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Las funciones del cine se tenían que revisar en el periódico del día y ver una serie completa en 24 horas era imposible, uno tenía que ser constante para cada semana ver en el canal y la hora indicada el nuevo episodio de la serie.
Las relaciones cercanas normalmente se mantenían a base de largas llamadas telefónicas, ya fuera con amistades o con la pareja. Para conocer gente nueva no podías recurrir a Facebook o Tinder, había que hacerlo en persona, nada de respuestas o frases pensadas, todo era en el momento.
El contacto con las celebridades y figuras públicas era mucho más limitado, lo que podías hacer si querías declararle tu amor por ejemplo a Poncho de Mercurio, era mandarle una carta con la esperanza de que la leyera. Ahora esto es más sencillo gracias a las redes sociales.
Ah, y conseguir porno era mucho más complicado, no ser descubierto requería de inteligencia y pericia para obtener revistas como Playboy.